HORIZON: AN AMERICAN SAGA – CAPÍTULO 1 8 puntos
(Horizon: An American Saga - Chapter 1; Estados Unidos, 2024)
Dirección: Kevin Costner.
Guión: Jon Baird y Kevin Costner.
Duración: 181 minutos.
Intérpretes: Kevin Costner, Sienna Miller, Sam Worthington, Jena Malone,
Owen Crow, Luke Wilson.
Estreno en Max el viernes 9.
Mucho se ha escrito sobre el colosal proyecto de Kevin Costner, suerte de reactualización del western por vía, paradójicamente, del clasicismo de su propuesta. Se ha escrito sobre sus virtudes, deméritos y, sobre todo, del flaco desempeño en los cines de los Estados Unidos, origen de un cambio de estrategia a la hora de lanzar la segunda parte de la saga (la tercera y cuarta aún no han sido filmadas). En la Argentina, por caso, nunca estuvo planeado un lanzamiento comercial en salas de Horizon: An American Saga – Capítulo 1, que finalmente podrá verse a partir de este viernes 9 en la plataforma Max. Una genuina pena, dada la espectacularidad de las imágenes y el uso de la pantalla ancha, elementos que el género estadounidense por antonomasia supo explotar con creces a partir de la década de 1950. En más de un sentido, Costner se propone crear un súper western, concepto que no es nuevo (recordar la monumental La conquista del Oeste, filmada en el formato Cinerama por tres realizadores distintos) pero que había caído en el olvido.
Las tres horas del primer largometraje (el segundo tendrá su estreno mundial en el Festival de Venecia dentro de algunas semanas) reúnen en sus entrañas las enseñanzas de decenas de relatos cinematográficos sobre el avance de la civilización blanca en territorio salvaje, desde la seminal La caravana de Oregón (1923), de James Cruze, posiblemente el primer western de aliento épico en la historia del cine, a la espectacular La gran jornada (1930), de Raoul Walsh, por citar apenas un par de ejemplos tempranos. Una de las quejas –lógicas o insólitas, dependiendo del punto de vista personal– oídas a partir del estreno de Horizon está relacionada con la multiplicidad de personajes y subtramas, descontentos centrados particularmente en la falta de cierre de la mayoría de ellas. Algo irremediable dada la cualidad de prólogo de esta primera entrega, que parece sentar las bases de todo lo que vendrá.
En principio –de allí el título–, existe un emprendimiento inmobiliario llamado Horizon, un sueño que algunos pioneros están dispuestos a creer, recorriendo cientos de kilómetros para alcanzarlo. Pero como lo señalan tres cruces olvidadas en un desvío y las ruinas de una iglesia de piedra, ese paraje emplazado en un lugar de cruce de varias tribus aborígenes es todavía un páramo. La primera secuencia de porte en Horizon llega temprano, cuando un “malón” cuya intención es literalmente acabar con los colonos echa mano a los recursos del suspenso, destacando la violencia y el instinto de supervivencia. Difícilmente pueda afirmarse que el de Costner es un western revisionista, como los hubo en cantidades en los años '70, pero el punto de vista de los descendientes de europeos no es el único, y es siempre contrapuesto al de los habitantes originarios del lugar. La conquista del oeste de unos sobre otros no fue precisamente un diálogo entre pares.
Costner, que se reserva el papel de Hayes Ellison, arquetipo del hombre solitario y viajero cuya heroicidad es puesta a prueba por las circunstancias, aparece cerca de la marca de los 60 minutos, cuando se cruza casualmente con un par de hermanos en plan de venganza. En paralelo al escape de Ellison y compañía, el guion del propio Costner y Jon Baird acompaña a una caravana de pioneros, con sus clásicas carretas cubiertas de tela blanca, mientras atraviesan territorio indígena e intentan superar sus propias diferencias internas. Habrá que esperar para ver y oír cómo sigue/n la/s historia/s, pero hasta el momento, sin pretender inventar la rueda ni pasarse de listo en términos de ambiciones, el veterano actor y realizador ha logrado conjurar muchas de las bondades del western clásico: la estatura mítica, los espacios naturales y el lugar de los hombres y las mujeres en ellos, la aventura, el peligro, las ambiciones personales y colectivas. Continuará…