El club de los Vándalos 8 puntos 

The Bikeriders, Estados Unidos, 2023 

Dirección: Jeff Nichols 

Guion: Jeff Nichols, basado en el libro The Bikeriders, de Danny Lyon. 

Duración: 116 minutos 

Intérpretes: Jodie Comer, Austin Butler, Tom Hardy, Michael Shannon, Boyd Holbroock, Damon Harriman, Emory Cohen, Norman Reedus. 

Estreno: Disponible en salas.

Ambientada en el universo de las pandillas motoqueras en su momento de mayor auge, durante la segunda mitad de los años ‘60, El club de los Vándalos se sostiene en una de las características salientes que definen la identidad de estos grupos: su carácter de familia. Lejos de limitarse a solo una de las acepciones de este concepto, la película las abraza de manera amplia. Entre ellas está la más obvia, la que refiere a un núcleo de personas ligadas por vínculos emotivos muy fuertes, aunque no necesariamente sanguíneos (no hace falta aclarar que hace rato una familia va mucho más allá de la genética). Pero también la que se utiliza en esferas marginales, como podrían ser distintas organizaciones criminales, de las mafias italianas para abajo.

Teniendo en cuenta este detalle, no llama para nada la atención que su director y guionista sea el estadounidense Jeff Nichols, quien de forma consciente o inconsciente construyó una filmografía estupenda contando historias en las que el valor de los vínculos es el soporte fundamental. En ellos se apoya Atormentado (Take Shelter, 2011), en la que un obrero se debate entre una serie de sueños apocalípticos y su miedo a la posibilidad de perder la cordura, para tratar de proteger a su familia. Lo mismo puede decirse de Midnight Special (2016), historia con algo de Stranger Things donde un padre escapa con su hijo para ponerlo a salvo de una secta y de una agencia del gobierno, quienes pretenden aprovecharse de sus poderes sobrenaturales. O Mud (2012), donde un par de niños entablan amistad con un fugitivo que se dirige a reencontrarse con la mujer que ama.

Como algunos de ellos, los protagonistas de El club de los Vándalos también hallan un lugar en el mundo fuera de los márgenes de la sociedad. Son los miembros de una cofradía de descastados que encuentran satisfación en la mutua compañía, compartiendo su amor por los motores, las dos ruedas y la sensación de libertad que les provee esa vida de vagar juntos por los caminos. Jugando con el límite del homoerotismo, Nichols elige retratarlos lejos del prejuicio y la mirada reprobatoria. Para ello es fundamental la elección de un punto de vista que en principio es ajeno al grupo, pero que de a poco llegará hasta su corazón.

El mismo corresponde al de un personaje femenino, Kathy, una chica que casi por casualidad termina en un bar rodeada de motoqueros -los Vándalos del título-, quien no podrá evitar enamorarse a primera vista de Benny, uno de los más jóvenes y radicales miembros de la banda. El desarrollo de ese vínculo le permitirá convertirse en miembro de esa familia disfuncional, en la que Johnny, su fundador, ejerce un primitivo rol de padre, cuyo carácter rudimentario no le impide ser justo ni condiciona la existencia de un amor genuino con sus vástagos/ vándalos.

La labor de Jody Comer en el rol de Kathy es extraordinaria, acompañada por un sólido elenco que incluye a Tom Hardy, al ascendente Austin Butler y al siempre cumplidor Michael Shannon, actor fetiche de Nichols. No deja de resultar curioso que los dos últimos compartan el honor de haber interpretado a Elvis Presley, auténtico modelo a seguir para esta clase de outsiders, junto al Marlon Brando de El salvaje (Laslo Benedek, 1951). El primero en la versión de Baz Luhrmann, el segundo en Elvis & Nixon (Liza Johnson, 2016).

Filmada con sofisticación, y recurriendo a una construcción fotográfica que ubica su espectro lumínico entre el crepúsculo y la noche -momento del día que también hace su aporte al tono nostálgico que identifica al relato-, El club de los Vándalos en efecto amerita ser abrazada como una saga. La historia de una familia feliz en su disfuncionalidad, en la que, al revés del mito de Cronos, son los hijos los que se acaban devorando a los padres.