El conflicto entre los gremios aceiteros y las cerealeras se agudiza. Los trabajadores lanzaron una medida de fuerza que mantiene paralizada la actividad portuaria desde el martes, en rechazo a la baja propuesta salarial de las empresas, en medio de la negociación paritaria. Pero desde las cámaras empresariales argumentan que los números propuestos le ganan a la inflación en lo que va del año. Por lo bajo, las empresas aducen que parte del endurecimiento del conflicto se explica en la restitución del Impuesto a las Ganancias por parte del gobierno nacional, pero los gremios lo desmienten. En paralelo, los trabajadores entienden que las cerealeras especulan con una posible suba del dólar. “Entendemos que es una cuestión política en la que nosotros quedamos en el medio”, sostuvo Daniel Succi, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) de San Lorenzo. “Nos quieren hacer pagar el pato a nosotros, que somos los que producimos la riqueza”, añadió Marco Pozzi, del SOEA Rosario. Desde los gremios achacan a las empresas una “falta de voluntad” en el diálogo.

La “Huelga Nacional Aceitera” comenzó este martes impulsada de manera conjunta por la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) –que incluye a SOEA Rosario– y el SOEA San Lorenzo, por la falta de acuerdo en la negociación salarial. Los gremios explicaron que este lunes hubo una reunión que duró 8 horas con representantes de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), la Cámara Industrial de Aceites Vegetales de Córdoba (CIAVEC) y la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO). No solo que el encuentro no derivó en un acuerdo, sino que los trabajadores calificaron la respuesta patronal como “insuficiente y provocadora”. Y anunciaron un paro.

La propuesta de las cámaras empresariales fue un aumento del 12% en agosto y un 5% en septiembre. “La industria ya hizo un gran esfuerzo para pagar un 77% de aumento, mientras que la inflación llegó al 79%”, explicaron este miércoles desde CIARA en un comunicado. Y agregaron que, con los números planteados, el salario de los aceiteros acumularía en septiembre un aumento del 94%. Un incremento que, entienden, quedaría por encima de la suba de precios. “No vemos razones objetivas para que no se acepte dicha propuesta y que podamos seguir trabajando, a los efectos de no seguir dañando la industria”, señalaron en el escrito.

Para los gremios, la suba queda corta. Lo que piden es que las cerealeras garanticen un piso de $1.550.000; es decir, un aumento que ronda el 26%. Sin embargo, más allá de los números, en los gremios las dilataciones colmaron la paciencia. También lo dejaron en claro en un comunicado que se conoció este miércoles. “Esta huelga comenzó después de tres semanas de reuniones en las que no hicieron otra cosa que dilatar el diálogo porque ellos tienen tiempo, no tienen problemas. Nosotros no tenemos tiempo. Al igual que el resto de las y los trabajadores vemos cómo el salario cada vez alcanza para menos y no queremos perder lo que conquistamos con años de lucha”, cuestionaron.

En diálogo con Rosario/12, Succi confirmó que desde que inició la medida de fuerza, las cámaras cortaron el diálogo y se cayeron las negociaciones. “El ofrecimiento que hicieron es como si tuvieran una fábrica de escobas o de baldes, cuando son una empresa que crea y maneja dólares. Nos ofrecen sueldos a la baja, como se viene todo en el país, y nosotros vamos a resistir”, explicó el titular de SOEA San Lorenzo. “Nosotros somos un sindicato y estamos acostumbrados a defender los derechos de los trabajadores. Lo vamos a hacer hasta las últimas consecuencias”, advirtió.

En una misma línea, Pozzi explicó que en un principio la medida de fuerza se planteó por 24 horas. Sin embargo, la falta de voluntad de las patronales para retomar las negociaciones fueron extendiendo el paro. Al momento, los gremios se mantienen en una suerte de “asamblea permanente” donde irán definiendo día a día las acciones a seguir. “Nosotros estamos con las plantas paradas y con los compañeros afueras de las fábricas, esperando que nos convoquen”, sostuvo el gremialista rosarino a este medio. “Hasta ahora no hubo ni un acercamiento de parte de las empresas. Cuando tuvimos la oportunidad de dialogar y de intentar llegar a un acuerdo nos ofrecieron un salario a la baja. Mientras no llamen, se va a ir intensificando la medida de fuerza”, adelantó.

Especulaciones

Ya el primer comunicado lanzado por los gremios el martes, advertía una “actitud especulativa” de las cerealeras, donde además achacaban la “falta de empatía” con los obreros del sector, en un contexto económico difícil para los trabajadores. Pero el comunicado publicado el día siguiente redobla la apuesta. “Las empresas buscan una devaluación, que va a afectar a trabajadores, desocupados y jubilados. Nosotros buscamos tener un salario que nos permita vivir dignamente después de cada jornada laboral”, señala el escrito, al mismo tiempo que se pregunta cuánto ganan “las empresas multinacionales y grupos nacionales que triangulan exportaciones, fugan divisas y anotan lo que exportan en una declaración jurada”.

Para los trabajadores, el problema de fondo es otro: como las cámaras buscan que el gobierno impulse una devaluación y un dólar más competitivo para la exportación, entienden que hay una “postura intransigente” a la hora de actualizar los salarios, algo que juega en contra de los intereses del gobierno, de mantener contenida la inflación. “Se niegan al aumento por cuestiones especulativas en relación al dólar y el tipo de cambio. Nos quieren hacer pagar el pato a nosotros, que somos los que producimos la riqueza. Lo que exigimos es un salario acorde a las necesidades de los compañeros y nos dejan en medio de la disputa entre el gobierno y las cámaras”, evaluó Pozzi.

En tanto, para Succi también hay “una cuestión política” que deja en el medio a los trabajadores del sector. “Esto directamente es un problema que tienen empresas con el gobierno. Las cámaras ya venían pidiendo rebajas en cuanto a los derechos de exportación y siguen de cerca el tema del dólar”, expresó y agregó: “Hace mucho tiempo que estamos en esto. No somos economistas ni directores de empresas, pero somos trabajadores que sabemos lo que pasa adentro de las empresas y sabemos que acá hay una cuestión política”.

Más directo fue el secretario general de la federación aceitera, Daniel Yofra, que este miércoles también acusó a las cámaras de especular con una devaluación, en declaraciones radiales. “Siempre es el mismo motivo, le están pidiendo algo al gobierno, el gobierno no cede y se niegan a darnos el aumento a nosotros”, dijo a Radio con Vos. “Las empresas aceiteras generaron este conflicto por salarios porque quieren una devaluación”, añadió.

Impuesto a las ganancias

Por lo bajo, las cerealeras deslizaron que los gremios endurecieron la medida de fuerza porque buscan compensar la vuelta del Impuesto a las Ganancias, que alcanzaría a buena parte de los trabajadores. Pero las entidades sindicales lo niegan. El propio Yofra salió a desmentir esas acusaciones: “Acá no estamos discutiendo, como dicen algunos empresarios, sobre el Impuesto a las Ganancias, que eso lo vamos a hacer con el gobierno. Nosotros pedimos un aumento salarial y estamos dispuestos a seguir dialogando si reconocen cuáles son las necesidades que tenemos que cubrir para vivir dignamente”.

No está claro cómo seguirá el conflicto. Los gremios ya anunciaron que irán revisando la medida de fuerza día a día. Mientras que desde CIARA advirtieron que aplicarán descuentos por los días no trabajados. Mientras tanto, el diálogo está cortado y desde ambos sectores se echan culpas. “Abogamos por el pronto levantamiento en el día de hoy de estas medidas y solicitamos a los sindicalistas a que rápidamente se sienten a dialogar para arribar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes”, plantearon desde Ciara en su comunicado.

 

En sus redes sociales, el secretario gremial del SOEA San Lorenzo, Martín Morales, salió a responder: “Otro día de usar a los trabajadores. Estamos en cada portón de todas las empresas, los teléfonos disponibles y tenemos la sede gremial a pocas cuadras de las empresas, no vemos inconvenientes para reiniciar el diálogo. Lo que vemos es que no hay voluntad de lograr un acuerdo”.