El socialista Salvador Illa fue investido presidente de Cataluña en una jornada marcada por el desconcierto tras la fuga del independentista Carlos Puigdemont a su regreso a España después de mantenerse prófugo durante siete años para esquivar a la Justicia española.

Puigdemont reapareció brevemente ante miles de seguidores en Barcelona, burlando un amplio dispositivo de seguridad desplegado para detenerlo. Su rocambolesca peripecia impidió la asunción de Illa.

La elección de Illa en el Parlamento catalán salió adelante por mayoría absoluta con el apoyo de los republicanos de ERC -antiguos socios de Puigdemont- tras dos intentos fallidos del partido del expresidente, Junts per Cataluña (JxC), por suspender la sesión.

La policía catalana, los Mossos d'Esquadra, estableció puestos de control para evitar que Puigdemont saliera de Barcelona o de la región de Cataluña, sin embargo levantaron el operativo a las pocas horas al no lograr localizarlo y producir demoras en el tráfico vehicular.

"El dispositivo se había diseñado para que la detención se hiciera de forma proporcional y en el momento más oportuno para no generar desórdenes públicos", alegaron los Mossos en un comunicado. "Los Mossos d'Esquadra desmienten que hubiera ningún acuerdo o conversación previa con el entorno de Carles Puigdemont", recalcaron.

Dos agentes de los Mossos fueron detenidos por presuntamente colaborar en la huida, uno de ellos por ser el dueño del vehículo en el que escapó Puigdemont tras dar su discurso en el escenario dispuesto cerca del Parlamento catalán.

En su breve discurso, el líder independentista señaló: "No sé cuánto tiempo va a pasar hasta que volvamos a vernos, amigos y amigas, pero pase lo que pase cuando nos volvamos a ver espero que podamos volver a gritar juntos bien fuerte (...) ¡Viva Cataluña libre!".

La aparición de la figura clave del separatismo provocó emoción y algunas lágrimas entre los 3.500 seguidores, según la alcaldía de Barcelona, que lo recibieron agitando banderas independentistas.

Se pensaba que Puigdemont intentaría entrar al Parlamento catalán para participar en la sesión de investidura del nuevo presidente de la región. Pero la plenaria comenzó en la mañana sin que el independentista entrara en el hemiciclo junto a sus compañeros de partido, Juntos por Cataluña (JxCAT). 

"El Parlamento de Cataluña convocó a todos los diputados en el debate de investidura del próximo presidente de la Generalitat. Yo tengo que estar y quiero estar. Por eso emprenderé el viaje de regreso desde el exilio", había anunciado Puigdemont el día anterior en sus redes sociales. "En condiciones de normalidad democrática, que un diputado como yo anuncie su intención de asistir a la sesión sería innecesario, sería irrelevante, pero las nuestras no son condiciones de normalidad democrática", apuntó.


Reacciones

El abogado Jordi Cabré, del equipo de defensa del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, afirmó en una entrevista que el plan que habían ideado para su retorno salió perfecto y que el objetivo del político catalán no era hacerse detener ni boicotear ninguna sesión de investidura. Al ser preguntado por el paradero de Puigdemont, respondió que lo desconoce y que no sabe si se dará a conocer en las próximas horas.

El líder del opositor Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, acusó al presidente español, el socialista Pedro Sánchez, de someter al país a una humillación insoportable al no haber detenido ya al expresidente. "Es doloroso asistir en directo a este delirio del que Sánchez es el máximo responsable", indicó y remarcó que es imperdonable dañar la imagen de España así.

El presidente del partido ultraderechista Vox, Santiago Abascal, señaló: "La destrucción del Estado de derecho se retransmite por TVE (la televisión pública de España), con un prófugo dando discursos en la calle... Es una humillación para todos los españoles obligados a pagar hasta la más estúpida multa".

El futuro de Cataluña

Puigdemont, quien se refugió en Bélgica los últimos años, sigue estando bajo orden de arresto, dado que el Tribunal Supremo determinó en julio que no puede beneficiarse de la ley de amnistía en el delito de malversación. Esa ley, muy criticada por la oposición, fue impulsada por el socialista Pedro Sánchez a cambio del necesario apoyo de JxCAT para poder ser reelegido en noviembre pasado.

En la primavera pasada, el líder independentista se instaló en el sur de Francia para hacer campaña para las elecciones catalanas de mayo, pero los socialistas salieron primeros en esos comicios sin mayoría absoluta.

Después de meses de bloqueo e intensas negociaciones desde las elecciones, el socialista Salvador Illa logró hacerse con los apoyos necesarios para convertirse en presidente de la rica región del noreste de España. Su elección pone fin a la cuenta atrás que terminaba el 26 de agosto, fecha límite para evitar una repetición electoral si para entonces no hay un nuevo jefe del ejecutivo regional.