Sobre la calle Chacabuco al 400, en pleno municipio de San Isidro, fue hallado un túnel subterráneo y se presume que el objetivo era robar un banco. Se desconoce exactamente desde hace cuánto se venía construyendo este túnel --que resultó de una arquitectura particulamente sofisticada-- y quiénes fueron sus autores. El hallazgo sorprendió a la policía, autoridades y vecinos de la zona e incluso al ingeniero del emblemático "Robo del Siglo", Sebastián García Bolster, que resaltó la "prolijidad" de la obra: como para otra película.

El pasillo es de unos tres metros de ancho y 150 metros de largo. Está a una corta distancia de una sucursal del Banco Macro, no más de cien metros, que era el blanco del plan. Por ahí mismo pasó un repartidor en su auto cuya atención fue captada por unas varilla metálica gruesa, de unos 25 centímetros de altura, que emergía desde los adoquines de la calle. Esto ocurrió el miércoles, alrededor de las nueve y media de la mañana. Inmediatamente dio aviso al personal de seguridad de la entidad, que a su vez se comunicó con la Seccional 1ra. de San Isidro. La Secretaría de Ambiente y Espacio Público del municipio, que se encarga de fiscalizar todas las intervenciones de servicios públicos que se hacen en la calle, también envió una inspección.

A partir del operativo conjunto, que descartó la existencia de anomalías en el sistema de alarmas, se iniciaron tareas para determinar el origen de las varillas. Luego de cavar casi tres metros y descubrir que la barra metálica era aún más profunda, se decidió iniciar una investigación judicial a cargo de la fiscalía General de San Isidro, con la intervención de Defensa Civil del Municipio. 

Finalmente se estableció que el túnel desemboca en un galpón ubicado sobre Chacabuco al 500. En el depósito elegido por los delincuentes para comenzar el túnel funcionó tiempo atrás un taller de reparación de autos, con especialidad en los sistemas de inyección de vehículos nacionales e importados. En este lugar se encontraron bolsas plásticas llenas de la tierra que sacaban para hacer el pozo. Allí, además, "se observa gran cantidad de tierra acumulada en el interior y maquinarias para la extracción de tierra". En ese lugar fue donde se cavó el suelo, se montó una escalera de madera y comenzó la obra. Alrededor de la boca del túnel se hallaron diversos elementos propios de la excavación.

Los ladrones estaban a cinco metros de terminarlo para poder ingresar a la sucursal. Para los investigadores “algo pasó”. No saben “si se asustaron” o “los descubrieron previo a que se efectúe el robo”. En distintos videos se observa un camino “perfectamente” realizado con madera en las paredes y hasta luminarias cada tantos metros.

A su vez, fuentes del caso indicaron que dentro del túnel también se encontraron colchones, por lo que estiman que la banda trabajaba durante la noche o la madrugada “desde hace varios meses o incluso, un año”.

Ante la gravedad del caso, se acercaron al lugar el fiscal general de San Isidro, John Broyad, y el intendente Ramón Lanús, y se conformó un servicio de seguridad en la zona. A partir de allí, los vecinos empezaron a atar cabos sobre movimientos singulares que, a la luz de los acontecimientos, podrían tener que ver con la ejecución del túnel.

“El túnel es algo nunca visto. Es una verdadera ‘obra de ingeniería’. Todo perfectamente calculado”, reveló una fuente que recorrió la zona durante los primeros minutos del hallazgo.

Sobre las alarmas

Según indicaron expertos sobre la temática, cualquier banco tiene a disposición una serie de alarmas instaladas en todo su edificio, conectadas con la red y el centro de monitoreo. Entre las más conocidas se destaca la del modelo geotérmico, útil a la hora de registrar movimientos extraños a partir del calor corporal.

La más novedosa, implementada luego del "Robo del Siglo", es la del sensor sísmico que se encuentra a un metro del ingreso de un banco. Esta alarma percibe desplazamientos subterráneos en caso de un intento de ingreso a una sucursal a través de un túnel.

De acuerdo con algunas de las hipótesis que sostienen los investigadores para explicar por qué se frustró el robo, en primer lugar se esgrima que los delincuentes posiblemente se hayan detenido al momento de notar la existencia de dichas alarmas. En un segundo plano, se baraja que hayan sido descubiertos previamente.


Un revival del "Robo del siglo"

En 2006, Fernando Araujo, Sebastián García Bolster, Rubén Alberto de la Torre, Julián Zalloechevarría y Luis Mario Vitette Sellanes concretaron uno de los robos de película --que más tarde tuvo efectivamente su llegada a la pantalla grande-- más extravagantes del país: lograron llevarse 19 millones de dólares en joyas y dinero en la sucursal del banco Río en Acassuso en 2006.

Durante meses se dedicaron a la construcción de un túnel que terminaba en la pared de la bóveda donde, al finalizar el robo, procedieron a fugarse. Si bien hubo 23 rehenes, entre ellos clientes y empleados, quienes durante varias horas estuvieron bajo las "amenazas" de los delincuentes, no hubo heridos ni mayores percances.

"En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores", escribieron en una hoja los cinco antes de huir por el túnel, donde allí también dejaron las armas de juguete que utilizaron. Sin embargo, tiempo después, la pareja de uno de los ladrones los delató al descubrir que su marido se iba a escapar a otro país con la plata y una amante.

En 2010 el Tribunal Oral N° 1 de San Isidro condenó a Araujo, García Bolster, de la Torre y Zalloechevarría a penas entre 9 y 15 años de prisión, mientras que Vitette debía afrontar una pena mayor. Cuatro años después, todos recuperaron la libertad luego de que la Cámara de Casación Penal haya reducido las condenas.

La palabra del García Bolster

A raíz de lo trascendido, el ingeniero de aquel plan de 2006, García Bolster, reconoció la precisión de la obra hallada en San Isidro: "Llama la atención lo prolijo que es el túnel". Consultado sobre el asalto en el que participó, explicó que en su caso la construcción no se hizo "para ir por la bóveda, sino que era el camino para escapar".

Acerca del sistema de alarmas de esa época, el ingeniero comentó que ya existían diversas medidas de seguridad, aunque ahora cuentan con más más sofisticación: "Durante el trabajo hicimos sonar muchas veces el sensor sísmico, pero no pasaba nada, la empresa solo ponía un sticker y no investigaban".

Sobre el anecdótico asalto, García Bolster detalló que su planificación duró dos años mientras que un año fue dedicado al trabajo para ingresar al banco. Además, confesó que durante un mes no participó porque estaba peleado con el grupo: "Al tiempo me llamaron porque no tenían conocimiento y no sabían dónde estaban ubicados y si iban a romper la losa de una casa en vez de la pared del banco".

El dato revelador

Luis Mario Vitette Sellanes se refirió en sus redes sociales al túnel cavado  y aseguró que "hay un dato revelador". "Solo voy a decir que es más parecido al robo al Nación de la calle Cabildo que al del Banco Río de Acasusso solo que un dato revelador los une. Fin", posteó el hombre en su cuenta de la red social X.

El asalto al que hace alusión tuvo lugar en 2011, en el Banco Provincia del barrio porteño de Belgrano, donde una banda accedió mediante un boquete con alfombras en las paredes y en el piso y un sistema de ventilación e iluminación. Luego vulneraron entre 130 y 140 cajas de seguridad.

Al mismo tiempo, mencionó los ilícitos que se les podría a imputar los responsables: "Los actos preparatorios son acciones que se llevan a cabo antes de la ejecución de un delito y que están destinadas a facilitarlo".

"En principio, los actos preparatorios no son punibles, salvo cuando constituyen un delito por sí mismos", añadió y explicó el concepto del "iter criminis": "Es el camino del delito, está compuesto de de las siguientes etapas: idea, preparación (ambas pertenecen al principio de reserva), ejecución, consumación y agotamiento".

En este sentido, Vittete, radicado en Uruguay, remarcó que el fiscal deberá evaluar cuándo empieza el principio de ejecución, a la vez que "se podría hablar de desistimiento voluntario por su poder de cancelación".

"El fiscal va a pedir la tentativa de robo. Dígale que me llamen a mí y a usted y los sacamos caminando. No sé hable más", continuó.

Más tarde, bromeó con que en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) estaban "preocupados" porque salían muchas llamadas desde la Argentina a su número.