El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) anunció este jueves que limitará la utilización de los teléfonos celulares en las escuelas porteñas. Su uso estará directamente prohibido para los y las alumnas del nivel primario, mientras que en la secundaria quedará restringido a las actividades pedagógicas establecidas por autorización docente y del colegio. A partir de ahora, todas las escuelas, tanto públicas como privadas, deberán establecer las pautas para cumplir la nueva reglamentación

El anuncio estuvo a cargo del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, en una conferencia de prensa de la que también participó la vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio, y la ministra de Educación, Mercedes Miguel. Macri sostuvo allí que "una de las razones centrales de por qué los chicos no están aprendiendo en clase es por el celular, que es una máquina de distracción", mientras que Miguel afirmó que "regular no es prohibir" y agregó que "queremos un entorno educativo donde la tecnología sea una herramienta útil y no una distracción". "Cinco de cada diez jóvenes de nuestro país dicen que les genera mucha ansiedad cuando no tienen su celular cerca", indicó la ministra. 

La medida propiamente dicha quedó oficializada este jueves con la publicación en el Boletín Oficial de la Resolución N°2075/24 del Ministerio de Educación. "Regular la utilización de dispositivos digitales personales en establecimientos educativos de la Ciudad durante el horario escolar", dice la parte resolutiva del documento en cuestión, que delega en los establecimientos la conformación de las normas a seguir en cada escuela de acuerdo a un anexo de pautas que acompaña a la resolución. 

El anexo en cuestión diferencia las reglas para cada nivel educativo: por un lado los niveles inicial y primario, y por el otro el secundario. En el primer caso, establece que "aquellos/as alumnos/as que por decisión de su familia lleven teléfono celular u otro dispositivo personal digital a la escuela, deberán mantenerlo guardado y apagado durante toda la jornada escolar". Es decir que no podrán usarlo ni en las aulas ni en los recreos. 

Las medidas disciplinarias a tomar por el incumplimiento de esa regla serán definidas por cada establecimiento, aunque el anexo prevé la posibilidad de que la escuela retenga los dispositivos hasta la finalización de la jornada escolar a fin de garantizar el no uso de los aparatos. El documento también señala en este sentido que el desarrollo de propuestas pedagógicas que incluyan dispositivos tecnológicos deberá ser exclusivamente con "los dispositivos dispuestos en el establecimiento educativo". La única excepción a esto serán los y las alumnas "que requieran del uso de un dispositivo personal digital como apoyo para el aprendizaje". 

En el caso del nivel secundario las cosas serán un poco diferentes. El documento indica que el hecho de que en ese nivel los y las alumnas ya cuenten, en su mayoría, con celulares "requiere acordar, establecer y/o construir normas de convivencia para garantizar ambientes seguros y saludables". Así, se prevé que los aparatos estén guardados durante las horas de clase con una excepción: "Estará permitido únicamente cuando forme parte de una actividad pedagógica previamente planificada y aprobada por el equipo directivo", establece el anexo, por lo que el uso deberá contar con autorización no sólo del docente sino de las autoridades del colegio

Así y todo, el establecimiento deberá conformar una serie de pautas para esa utilización, que incluirán las condiciones de uso, el tiempo y el modo dentro del aula, así como en los recreos. En este último punto se prevé que la escuela decida si está permitido o no el uso durante esos períodos, mientras que los establecimientos deberán conformar "espacios libres de tecnologías digitales para fomentar un descanso adecuado". También aquí estarán exceptuados los y las alumnas que necesiten los dispositivos como apoyo. 

Según aseguraron desde el GCBA, la medida fue consensuada con equipos docentes, especialistas y representantes de ONG's, mientras que se tuvieron en cuenta los datos arrojados por una encuesta específica sobre la problemática realizada por la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa del Ministerio de Educación. La encuesta arrojó que "siete de cada diez familias y ocho de cada diez docentes sostienen que el uso de celulares tiene consecuencias negativas en el bienestar de los estudiantes". La misma cifra de docentes de secundaria indicó que "el uso de celulares en clase dificulta la atención y participación de los estudiantes". 

"También se consideran las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de la Sociedad Argentina de Pediatría sobre el riesgo que implica el uso excesivo de pantallas y medios electrónicos en el desarrollo de las habilidades cognitivas de los chicos más pequeños", sostuvieron desde el Gobierno porteño y agregaron que "en esta etapa del desarrollo dependen fuertemente de la interacción con adultos para entender los estímulos que reciben".

La medida llega luego de que varios establecimientos educativos de la ciudad y el conurbano bonaerense, en su mayoría privadas, comenzaran a tomar medidas tendientes a la restricción del uso de los aparatos en las aulas. En el mundo, en tanto, países como Francia o Reino Unido ya prohíben su utilización, mientras que en Argentina hay diversos proyectos de ley que van en ese sentido, particularmente en la escuela primaria. 

La diputada de Unión por la Patria Luana Volnovich presentó este año una iniciativa para prohibir el uso de celulares en ese nivel con algunas excepciones como la utilización dentro de un "proyecto pedagógico que fundamente su uso". En la Provincia, en tanto, el senador de Unión por la Patria Emmanuel González Santalla también presentó un proyecto de prohibición en la escuela primaria "cuando su utilización no fuera requerida por personal docente".