Mientras autoridades, trabajadores y estudiantes resisten en una permanencia parcial la intervención que el Gobierno de Javier Milei decretó sobre la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo (UNMa), el interventor amaga con presentarse ante la comunidad. “Insistimos en que una intervención es una violación a la autonomía universitaria”, remarcó la rectora Cristina Caamaño.

A fines de julio, el Gobierno de La Libertad Avanza a través de una resolución del Ministerio de Capital Humano ordenó la intervención de la universidad fundada por la Asociación Madres de Plaza de Mayo. El argumento que esgrime el documento en el que la ministra Sandra Pettovello designa como “rector organizador” a Eduardo Luis Maurizzio –un exfuncionario del espacio de formación académica– es que la casa de estudios no estaba “organizada”. Milei y compañía asumieron el gobierno nacional en diciembre y desde entonces dejaron de ejecutar el presupuesto de la institución.

La UNMa adquirió escalafón universitario en octubre de 2023 mediante una ley votada por el Congreso, aunque traía consigo más de 20 años de funcionamiento como instituto universitario. Los derechos humanos siempre fueron su especialidad. Caamaño fue designada en ese cargo en diciembre de 2023. A principios de marzo, la exinterventora de la ahora exAgencia Federal de Inteligencia fue elegida por la asamblea universitaria.

“Por supuesto que la universidad estaba y está organizada. Se han conformado los claustros, ha habido elecciones, se han realizado dos asambleas universitarias, el Consejo superior se reúne todos los meses. ´¿Para qué mandan a un interventor? Para perseguir el proyecto, a las Madres y a todos los que trabajamos en él. Es sin ir más lejos un avasallamiento de la autonomía universitaria”, esgrimió Caamaño en diálogo con este diario.

Autoridades, docentes, trabajadores no docentes y estudiantes de la UNMa permanecen en el edificio donde funciona la academia –Defensa al 66 de la Ciudad de Buenos Aires– a modo de “resistencia, de lucha pacífica, de alerta”, definió Caamaño. La semana pasada el interventor “apareció” en la universidad “custodiado por seis personas, entró por el sótano. Los propios estudiantes le pidieron que se retire”, contó la rectora. La intromisión sin “ninguna comunicación ni contacto previo” fue registrada ante la Justicia en el expediente que autoridades y trabajadores iniciaron con su denuncia por avasallamiento de la autonomía universitaria cuando se oficializó la decisión de Pettovello.

Maurizzio fue convocado a la reunión del Consejo Superior que se llevó a cabo el jueves, al día siguiente de su intento de ingresar con la patota de custodios. “Queremos que dé la cara y explique de qué se trata todo esto”, apuntó. El interventor designado no acudió. Ayer, vía mail, convocó a trabajadores docentes y no docentes y a estudiantes a una reunión por la tarde que finalmente pospuso a última hora, sin nueva fecha.