Desde París

La impronta de Las Leonas volvió a resurgir en la ciudad de París, y en una tarde gris en la capital francesa abrieron el cielo para que se iluminara la tercera medalla para el país. El bronce quedará colgado durante cuatro años para este plantel, que otorga siempre un plus extra en cada competición que afronta. 

La derrota del seleccionado argentino de hockey ante Países Bajos, por las semifinales de los Juegos Olímpicos, provocó un golpe anímico grande en las jugadoras, quienes dejaron en claro que sintieron ese impacto en los primeros minutos ante Bélgica. El encuentro por la medalla de bronce lo afrontaron 48 horas después, y la falta de concentración en algunas fue muy notoria.

El desorden táctico provocó que Bélgica estuviera más cerca del área de Cosentino, a partir de ciertos desajustes defensivos, principalmente cuando las belgas utilizaban la vía del contrataque. La situación desencadenó en dos córner cortos para las europeas, que aprovecharon la segunda ocasión para convertir el primer gol. Puvrez fue la encargada de festejar, pegándole al primer palo de Cosentino, que había quedado muy desprotegida después de un rebote.

La poca efectividad de Argentina en los córner cortos fue otra falencia a lo largo del certamen. El equipo tuvo que tener cinco para poder llegar a la igualdad, en el segundo cuarto, con una definición al ángulo de Gorzelany, cuando quedaban un poco más de ocho minutos para finalizar el parcial. 

El final del segundo cuarto fue a puro vértigo. Argentina logró revertir el resultado con un gol de Albertario, pero el envión positivo duró poco, debido a que Bélgica igualó por intermedio de Rasir. 

Argentina fue en busca del desequilibrio en el tercer cuarto, pero la ansiedad y el apuro fue perjudicial para tener el dominio del juego. Bélgica, sin apostar mucho en ofensiva, se replegó cerca de su área y defendió con acierto los intentos argentinos. 

El clima en el estadio fue muy diferente a lo que había ocurrido frente a Países Bajos, y la quietud del público fue mucha. Los argentinos que se podían ver eran menos que en la semifinal, y no se mostraron tan eufóricos como en otras oportunidades. El color naranja prevaleció en las tribunas del estadio, ya que los neerlandeses que tenían su ticket para este duelo esperaban por el partido decisivo alentando a las belgas.

El juego llegó a su último parcial, y Granatto tuvo una gran chance para convertir, pero no pudo ante la salida de la arquera belga. Del otro lado, Englebert desperdició su oportunidad, y Argentina tuvo el último córner corto a segundos del final para ganar el partido. Sin embargo, la arquera evitó la derrota con una gran atajada.

Los penales australianos (la jugadora tiene ocho segundos para enfrentar a la arquera y rematar al arco) volvieron a ser para Argentina los que resolvían su lugar en el podio, y nuevamente Cosentino se activó para atajar dos y que Argentina ganara 3-1 por esa vía. 

Las Leonas, desde Sydney 2000, siempre estuvieron en el podio olímpico, excepto en Río de Janeiro 2026, que quedaron eliminadas en cuartos de final. En Australia fueron subcampeonas, en Atenas y Beijing terceras, en Londres y Tokio nuevamente segundas, y París le brindó la posibilidad de llegar a la medalla de bronce.

La alegría de las protagonistas

Luego de la victoria, Sofía Toccalino expresó: "Esto es un logro muy importante para nosotras por todo el esfuerzo que hacemos. Me voy orgullosa porque dimos un paso adelante, obvio que la intención era estar en la final, pero esto es enorme. Estoy orgullosa de pertenecer a esta familia, y por vestir esta camiseta".

"Lo que hacemos lo hacemos con un amor muy grande, sin esperar nada a cambio. Me parece que estar en un podio es impresionante. Los resultados se dan por la entrega y el sacrificio de cada una", agregó.

María José Granatto, por su parte, expresó: "Nos dimos el tiempo para estar tristes por la derrota del miércoles, pero nos mentalizamos para ganar este partido. Estar en el podio es algo muy grande. Los valores que tiene este plantel es enorme. Ser parte de este plantel es un placer y siempre sabemos que tiene que ser en grupo, ya que solas no podemos llegar a ningún lado. Luchar por la compañera es el mejor mensaje que podemos darle a las próximas generaciones de Las Leonas".

La capitana, Rocío Sánchez Moccio indicó que para ella "la de bronce vale oro. Esto es muy lindo por todo el empeño que le ponemos. Tenemos muchas falencias, pero no me voy a meter en política, eso lo dejo afuera. Sin duda, esto es un premio a nuestro trabajo".