El gobierno anunció su programa de emisión cero en julio. Sin embargo, ese mes la base monetaria creció 10,6 por ciento en términos reales. Así se desprende del último informe monetario mensual que publicó el Banco Central. El aumento de la cantidad de pesos en el mercado ascendió a 1,64 billones de pesos cuando se analiza entre puntas. Es decir, entre el último día de junio y el último día de julio. Si se toman los promedios mensuales el aumento fue de 3,32 billones de pesos de un período para otro.

En el documento del Central aseguraron que “en julio la demanda de dinero continuó mostrando señales de recuperación desde niveles mínimos históricos, en un contexto de fuerte desaceleración de la tasa de inflación y cierta mejoría de los indicadores adelantados de actividad”. A pesar de estas declaraciones, los indicadores adelantados de inflación muestran que el mes pasado la desaceleración de los precios fue menor a la esperada y que la actividad real de la economía se mantiene con un fuerte deterioro.

Por su parte, el informe del Banco Central muestra que, a pesar de haberse cerrado las fuentes de emisión, el circulante de la economía continúo en suba al medirse en términos reales. En teoría, no se emite ni para financiamiento al Tesoro, ni para los intereses de los pasivos remunerados, ni para los PUTs de los bancos ni para comprar reservas internacionales.

Sin embargo, el mercado piensa que el programa es difícil de sostener en el tiempo y provocará un daño grande para el mercado interno. Al mismo tiempo, se observa que el marcó monetario dejó margen para la expansión de la cantidad de dinero en función del tope pautado para la base monetaria. Es otro de los elementos que aumenta la incertidumbre.

El informe de la autoridad monetaria recordó que “se anunció a mediados de mes la puesta en marcha de un marco monetario orientado a consolidar el proceso de eliminación de la inflación y sentar las bases del marco normativo para la implementación de la competencia de monedas”. Es decir, el programa de emisión cero. Se aseguró que esto ocurrió “luego de cumplimentada exitosamente una primera fase del programa de estabilización macroeconómica implementado por el Gobierno Nacional consistente en la eliminación inmediata del déficit fiscal y de la balanza de pagos factores sistemáticos de emisión monetaria y pérdida de reservas”.

En detalle, se planteó que el programa de política monetaria ultra contractiva que apunta a la emisión cero contempla, entre otras características, “la fijación de un máximo de pasivos monetarios”. De esta manera, se agrega como objetivo “el de limitar la cantidad de pesos al monto de la Base Monetaria Amplia del 30 de abril, es decir, 47,7 billones pesos corrientes (9,1% por ciento del PIB)”.

La autoridad monetario sumó que “en línea con esta nueva etapa, se dispuso cerrar la ventana de pases pasivos a partir del 22 de julio, con el objetivo de terminar con la emisión endógena generada por estos instrumentos y dar un nuevo paso en el proceso de saneamiento del balance del banco”.

Se agregó que “con el fin de absorber los excedentes de liquidez, el 17 de julio el Tesoro Nacional emitió las nuevas letras fiscales de liquidez (LEFI) a 1 año de plazo por un monto de 20 billones y las canjeó por títulos públicos ajustables por CER en cartera del BCRA”. Se aclaró que de esta manera, los bancos pudieron colocar su liquidez comprando Letras LEFI por un total de 10,85 billones de pesos luego de desarmar los pases pasivos.

Al mismo, se mencionó que la autoridad monetaria lanzó el 16 de julio una propuesta de carácter voluntario para la rescisión de opciones “PUTs” americanas y europeas sobre la cartera de títulos del Tesoro de los bancos por un valor máximo de 17,7 billones de pesos. “Esta medida, junto con la eliminación de los “BIDs automáticos” sobre títulos del Tesoro, implicó el final para múltiples mecanismos de monetización indirecta del déficit fiscal que habían sido habilitados en los años previos”, indicó.