El Rosario no tiene fecha de fundación real ni piedra fundamental ni acta notarial, ningún conquistador desembarcó acá con armas, caballos y pertrechos para levantar una fortaleza en tierra firme; enarbolar y clavar un palo para rollo en nombre de su majestad y la justicia, y de la Santísima Trinidad y de la Virgen Santa María y de la universidad de todos los Santos.

 

***

El 27 de diciembre de 1689, a las cuatro de una tarde clara, firmé y tomé posesión de cuatro leguas y media en el paraje del Saladillo, como a veintiocho leguas de la ciudad de Santa Fe, entre los parajes Salinas y Matanzas. Agustín Gómez Recio de Villagrán, juez de comisión, me dio la posesión de las tierras referidas y me tomó el brazo derecho, a modo de señal de posesión real de dichas tierras en concurso de gente. Tuve a mi disposición una vasta heredad, con todas sus entradas y salidas, aguadas, montes, lagunas, para fundar estancias, desde el río Paraná, al este; el arroyo Salinas, al norte; La Matanza, al sur, y al oeste todo lo que no tuviera dueño, todo fondo con tierra vacua. Yo, Luis Romero de Pineda, fui un mercader. Pero también podrán decir que fui el primero en poblar el Rosario.

 

***

El principio de este pueblo fue en 1725.

Desembarqué, accidentalmente, en el Rosario, poblado de escasos ranchos de barro y tolderías, donde todo estaba por hacerse. Uno de los tantos españoles que se había radicado aquí se encargó de darme la bienvenida.

En una aldea analfabeta, era el único habitante que estaba suscripto a El Telégrafo Mercantil, el primer periódico de Buenos Ayres donde escribían Manuel Belgrano y Juan José Castelli. Tenía ocho páginas, salía los miércoles y sábados, pero luego sólo los domingos. Allí publiqué una crónica de la que se ha hablado por siempre: “Relación del pueblo y jurisdicción del Rosario de los Arroyos”.

Había por las fronteras del Chaco una nación de indios reducidos, pero no bautizados, llamados Calchaquíes. Era muy amigo de los Calchaquíes don Francisco de Godoy.

Godoy nació en tierra de caracarás, timbúes y corondas, respetuosos del gran río al que veían como una creación sobrenatura. A Godoy, el amigo cristiano de los indios reducidos, no le resultó difícil convencer al cacique Lencina de trasladar a su pequeña tribu calchaquí. El jefe indio escuchó atento el relato de la existencia de tierras regadas por arroyos en un lugar incierto llamado el Rosario. Godoy se vino con ellos y con su familia, a quienes siguió su suegro, el capitán Nicolás Martínez. Godoy y su suegro Martínez levantaron una casa de techos pajizos y paredes de ladrillo crudo a pocos metros de las tolderías que los calchaquíes montaron, a metros de la plaza Mayor, fabricadas con troncos, ramas de árboles, cuero de potros y espontáneamente dieron origen al primer poblado.

No. Godoy, Francisco, no tuvo el propósito de fundar ciudad alguna pero sí de poblarla con los emigrantes de Santa Fe. Pero con su humanismo y con la colaboración de los indios, y no en estado de guerra con ellos, Godoy dejó una huella cuando se levantó el rancherío.

Me llamaban el tolerable autodidacta. Me conformo con que digan de mí: Pedro Tuella, el primer cronista del Rosario.

***

La obsesión por los orígenes tuvo su gran puesta en escena en el inicio del siglo XX. En 1925, los rosarinos deciden celebrar el “Segundo bicentenario”. La Legislatura santafesina aprobó una ley que declaró como fecha oficial de Rosario el primer domingo de octubre y estableció a 1725 como el año de su creación…

Se hicieron medallas de bronce conmemorativas, vino el Presidente Alvear y la burguesía local bailó en los salones del Jockey Club.

Una multitud salió a las calles a sumarse a los festejos oficiales.

Y una avenida extensa de Rosario recibió el nombre de Godoy.

El día que se cumplieron doscientos años de la fundación del Rosario, el Concejo Deliberante aprobó como fecha fundacional, el 4 de octubre. 

–Fue un error del doctor (Juan Manuel) Cafferata. El 4 de octubre se celebra a San Francisco de Asís -replican desde el púlpito.

–Le recuerdo textual lo que dice la ordenanza municipal: “Declárese como fecha oficial para conmemorar el segundo centenario de la fundación del Rosario el día 4 de octubre de 1925”.

–El error lo corrigió en 1940 la Legislatura santafesina, a través del doctor Absalón Casas.

–Es cierto, pero hubo otro diputado rosarino, Francisco Casiello, que fue más precavido. Propuso: “Declárese feriado para el Municipio de Rosario el día 4 de octubre”.

–Pero el diputado Casas pidió modificar el artículo primero para que dijera en vez del “4 de octubre” el “7 de octubre”, que le recuerdo es el día de la Virgen del Rosario, que le dio su nombre a la ciudad y es oficialmente su Patrona -razonan desde el púlpito.

Fue el triunfo de la historia oficial sobre la fundación mitológica del Rosario. Y Godoy fue borrado de la nomenclatura y la avenida ahora se llama Juan Domingo Perón.

Pero atención: el año que viene, en el 2025, se cumplirán 300 años de la fundación del Rosario. Recuerden esta palabra: Tricentenario. Y habrá celebración oficial, como corresponde,  anunciada esta semana por el intendente Pablo Javkin.

Ingresé al periodismo gráfico a principios de los ochenta. Trabaja en Risario, una revista de humor aborigen. TenÍa un slogan insuperable en cada tapa publicada:

 

Ser rosarino es un chiste del destino.

Hasta ahora no he encontrado mejor definición sobre nuestra identidad.