Damián Galateo, director de cine saenzpeñense, escribe, filma y juega. También es bibliotecario en la biblioteca popular Mariano Moreno de Sáenz Peña y en la biblioteca obrera Juan B. Justo en Caballito. La bibliotecología la toma como un juego, una oportunidad entre los usuarios y el bibliotecario para pensar e investigar usando a la imaginación como herramienta.

Es de Sáenz Peña, Partido de 3 de Febrero. La localidad está muy presente en su filmografía y a veces, confiesa, se pregunta por qué, más allá de que él nació, vivió y trabaja allá. “Sáenz Peña es un barrio que no es pobre ni rico. No tiene río, no tiene cine, ni nada que lo destaque, solo las vías del tren. A mí me identifica esa cosa del barrio que no es chicha ni limonada. Yo, si bien trabajo con el género terror, no hago un terror clásico, monstruoso, ni tampoco un terror de cine arte. Estoy a mitad de camino, como Saénz Peña, porque cuando uno vive allá siempre tiene que decir del otro lado de devoto, o cerca de San Martín, como si no bastara nombrar al barrio por sí mismo”.

Galateo recuerda que su inclinación por el cine tuvo lugar en los viajes que hacía de adolescente en el tren. Jugaba con amigos a recorrer los trayectos enteros. Ir de Pilar a Retiro, de Lacroze a General Lemos. Mirar por la ventanilla del tren le ofrecía una experiencia similar a la de filmar una imagen en movimiento. “La ventanilla para mí funcionaba como una pantalla, un cuadro”.

Trabajo en Marte

"Papá consiguió trabajo en Marte" es su primer cortometraje infantil. Se estrenó en 2021 y toma como escenario a Saénz Peña a principios de los noventa. Félix es un niño de once años que juega todo el día a la pelota. Pero comienza a percibir que en su casa las cosas no andan muy bien. Un domingo su madre les pide a él y a su hermana que vayan a buscar a su padre. En el recorrido se encuentran con un barrio empobrecido, hombres tristes jugando o bebiendo para tapar la falta de trabajo. Félix entiende que su padre consiguió trabajo en Marte y va imaginando los distintos trabajos posibles que va a desempeñar su padre en ese planeta lejano. Galateo relata que el origen se basa en una experiencia personal vinculada a la figura de su padre y el momento en que perdió su trabajo.

El cortometraje tuvo una recepción notable, participando en importantes festivales como el de Mar del Plata, uno de los más prestigiosos de clase A, y en el de La Habana en Cuba, una experiencia que para él fue un sueño hecho realidad. El corto también ganó un premio en el Festival de Cine de Miami y fue presentado en diversos festivales en Latinoamérica y Europa.

Hoy se puede visualizar de forma gratuita en la plataforma Cine.Ar CINE.AR PLAY - Papá consiguió trabajo en Marte

Terror Familiar

Terror familiar es su ópera prima, su primer largometraje. En esta película indaga también el mundo familiar y Saénz Peña nuevamente es el telón de fondo. Se trata de la historia de su abuelo, Alberto Galateo, una gran figura del fútbol santafesino que jugó en la copa del mundo de 1934. El santafesino surgió en Colón, pero no dudó en aceptar una propuesta de Unión, donde fue ídolo durante largos años. Luego de un paso por Argentino de Rosario, desembarcó en Buenos Aires, donde brilló con la camiseta de Huracán. En 1934 viajó a Italia y fue la figura argentina más destacada de esa copa del mundo. Pero esa imagen pública no tenía nada que ver con su vida personal. Violento y alcohólico, la vida de todos los que estuvieron a su alrededor fue terrorífica. Hasta que en un domingo de febrero de 1961, una mano familiar puso fin a su vida.

“No hay nada de mi abuelo en mi familia. Sus fotos y medallas fueron quemadas. Nunca se hablaba de mi abuelo en casa. Hasta que el día del velatorio de mi abuela en 1992 me enteré de la terrible historia que había alrededor. En 1936 se casa con mi abuela, Fortunata M. Bongiovanni. Se instalan en la casa de los familiares de ella, en Sáenz Peña. Tienen tres hijos. El mayor, David José Galateo, la hija del medio, mi tía Susana Luisa Galateo y el menor, mi padre, Luis Alberto Galateo. Mi abuelo, una vez retirado del fútbol, comienza a trabajar como ebanista. Según cuentan familiares, vecinos y conocidos, mi abuelo era una persona violenta y celosa. Abusaba de la bebida y al volver a su casa les pegaba a su mujer y a sus hijos. De hecho, en varios clubes fue suspendido por su adicción. La situación fue insostenible por años, hasta que en febrero de 1961, un domingo en el horario del fútbol, mi tío lo asesina de tres balazos. Un parricidio”, confiesa Galateo. 

Desde entonces, él se pregunta cómo se podría haber evitado todo aquello. “En lo personal, siento la necesidad de investigar el pasado familiar para evitar, como advertían los griegos, que un crimen aberrante origine un linaje de sufrimiento sin causa, que se extiende por varias generaciones y condena a la repetición. Por otro lado, me motiva cuestionar a una sociedad que, a través de sus dispositivos de poder, coloca a las mujeres en el rol de objeto, impidiéndoles el pleno ejercicio de sus derechos. De ahí la importancia de filmar esta historia en este contexto actual, donde las mujeres están desafiando el rol social que tradicionalmente se les ha impuesto”, comenta el director.


La película documental se inscribe en el género de terror. Según Galateo, él no quería que se generara una comprensión intelectual sino corporal. “El terror es el género más corporal. Uno ve una película de terror y de pronto se asusta, se mueve en la butaca. Además quería que hubiera intriga, que hubiera un entretenimiento, que el espectador quiera saber más. Yo quería demostrar que aunque fuera una historia familiar, no se inscribía en una narrativa de lo íntimo, quería que la película se sostuviera por sí sola”. El film tuvo su estreno en el cine Gaumont, dónde hizo una larga temporada, también se proyectó en el MALBA, entre otras salas. Se los puede seguir en las redes sociales, para enterarse de próximas proyecciones (@terrorfamiliar)

A Galateo hoy en día le preocupan los discursos que se popularizan como que se puede hacer cine con cualquier cosa. “Sin espacios como el INCAA, es mentira que se pueda hacer cine con lo que se tiene a mano. Yo pienso en otros pibes y pibas de provincia de Buenos Aires como yo, que no van a tener posibilidades, porque sí, podés filmar con un celular, pero después no podés hacer más. Producir, pos producir, distribuir, etc. La discusión es la siguiente, si vos hacés muchas películas, es más posible que de esas muchas películas de menor presupuesto salgan directores, productores, técnicos, actores que tengan un crecimiento más rápido y que tengan ya experiencia. Si hacés pocas películas, de seguro esas pocas películas le van a corresponder a aquellos directores, actores, productores que ya tienen un renombre. Entonces lo que estás haciendo es tapar la posibilidad de crecimiento. Es ahí donde se equivocan. Hay que favorecer a la industria del cine, una industria pujante, reconocida internacionalmente y que le da de comer a muchas familias ", concluye.