A partir de una serie de relatos, que componen el libro Para que estés más cómoda, Virginia Feinmann se detiene en la exploración de las relaciones humanas. Y para ello parte de situaciones que pueden resultar cotidianas a primera vista, pero que terminan por ser por demás inquietantes. La obra se distingue por una aguda observación de la psique humana y la habilidad para captar sutilezas del comportamiento social. Pero es en el tono donde la autora encuentra el punto justo para narrar historias complejas, a partir de una mezcla de humor, ironía y un profundo sentido de empatía.

Entre los vínculos interpersonales del libro se destacan las relaciones familiares, y en particular hay un énfasis puesto en las maternidades y las crianzas que operan como recurrencias temáticas bajo distintas figuraciones: la abnegación, la vulnerabilidad, la fortaleza, el deseo, el fuera de tiempo en el ciclo reproductivo, entre muchas más.

El primer cuento del libro, “El bebé de mamá”, presenta a una madre anciana que, a pesar de su avanzada edad, insiste en que está embarazada. El deseo por maternar de esta mujer provoca una serie de reacciones en sus hijas, quienes se enfrentan a la incomodidad y la preocupación de lidiar con una madre en un geriátrico que parece sumergida en una regresión psicológica. El cuento examina con gran sensibilidad el despertar de la maternidad en una anatomía añosa, que más que funcionar como forma de redención por hechos pasados pone en primer plano la dificultad para algunas mujeres de habitar un cuerpo que queda por fuera del mercado (económico, erótico), por estar acabado para dar vida, por convertirse en el encono familiar, por encontrarse próximo a la muerte.

A su vez, “Bebé tiene un mal día” se centra en la vida de Magela, una madre que intenta equilibrar las expectativas externas con las tareas de cuidado de su bebé. La historia destaca la tensión entre las demandas sociales y las preocupaciones personales, mientras Magela asiste a una fiesta a pesar del malestar evidente de su hijo. El relato retrata los desafíos que definen la maternidad moderna.

También se tematiza la contraparte de ese vínculo primario y aparece una preocupación, como en "El pequeño caballo azul de Franz Marc”, por la disonancia entre la percepción infantil y la interpretación adulta. Sin idealizaciones ociosas sobre las infancias, este cuento recala en la capacidad de los niños para ver el mundo de una manera mucho más despojada de prejuicios y menos necesitada de explicaciones causales y definiciones racionales. Este contraste interpretativo se relata a través de un incidente aparentemente trivial: la historia sigue a una pareja que lleva a su hija al médico después de que la niña hiciera un comentario inusual sobre un cuadro de Franz Marc, representante del expresionismo alemán. La preocupación de los padres por la interpretación de la niña, que parece haber encontrado el punctum en un elemento inapropiado en el cuadro, refleja su inseguridad y su deseo de validar las creencias sobre la inocencia de su hija.

En “Polvillo” se retoman problemas de la dinámica familiar en la vida cotidiana y se dispone una escucha atenta hacia la voz de los niños en plena interacción con el entorno cercano. El primer cuento captura la imaginación infantil a partir de la experiencia de dos hermanos durante la remodelación de su pieza de juegos. Los niños realizan interpretaciones particulares de los mandatos familiares y responden a la seriedad de los adultos con imaginación y travesuras.

Los personajes adultos a menudo lidian con sus propias inseguridades y expectativas también en el cuento "Para que estés más cómoda en el auto", donde se aborda la madurez prematura y el deseo de encajar a través de la experiencia de una joven que trabaja en un rodaje de cine. La relación entre la protagonista y Peters, un camarógrafo mayor, se desarrolla en un entorno de manipulación emocional y confusión sexual.

Por su parte, “Elsa” narra el día a día de una niña de nueve años y su relación con la nueva empleada de la casa, cuyo nombre da título al cuento. La niña descubre aspectos ocultos de la vida adulta conocida, a través de sus interacciones con Elsa y lleva este descubrir a instancias creativas marcadas por una curiosidad que pone en crisis las visiones ingenuas de la existencia.

El estilo literario de Feinmann es íntimo y detallado, con una prosa clara, directa al punto, pero que no pierde nunca riqueza en esas descripciones capaces de hacer empatizar de inmediato con las experiencias de los personajes.

La ironía alcanza todo su esplendor en "El glorioso martirio de Santa Úrsula", donde la rivalidad entre estudiantes de colegios de monjas se presenta de manera cómica y entrañable. Un grupo de niñas se embarcan en una misión desopilante con afán de recuperar una fecha vinculada a la leyenda de Santa Úrsula. Este humor no solo aligera la naturaleza densa y serie de las historias sino que contribuye a la introducción de la crítica social. Otra forma del humor se encuentra en “La noche de los perros”, que cuenta una experiencia inquietante para dos adolescentes durante un fin de semana. La trama gira en torno a la expectativa de cruzar a dos perros para tener cachorros, pero el evento se convierte en una experiencia surrealista e incómoda.

“Veinte segundos nomás” examina temas de trauma y relaciones familiares a través de la historia de una mujer que recibe a su tía Claudia, quien ha pasado por un terremoto en México. En el penúltimo cuento, “Hay café”, una mujer reflexiona sobre su relación con su madre mientras se encuentran en una confitería. En este caso particular, Feinmann recurre a temas de memoria, reconciliación y la búsqueda de conexión a través de la interacción entre madre e hija.

El último cuento "Cuentas compartidas" se centra en la vida cotidiana de una pareja, Santiago y Leila, que mantiene un riguroso control de sus gastos domésticos y comparten las cuentas de manera equitativa. Esta rutina evidencia rituales y comportamientos meticulosos, en los que los roles están claramente definidos: él cocina, ella lava los platos. Sin embargo, entre ambos hay una profunda discrepancia en su vida sexual, lo que lleva a una reflexión profunda acerca de los desafíos, las ventajas y los problemas de la vida en pareja.

Para que estés más cómoda de Virginia Feinmann es una colección de cuentos que destaca por su profundidad emocional, su estilo evocador y sus personajes auténticos. A través de las isotopías de la maternidad, la percepción infantil y la dinámica familiar, la autora ofrece una visión rica y matizada de la vida cotidiana y las relaciones humanas. Su habilidad para capturar las sutilezas de las emociones y las interacciones cotidianas hace de esta obra una lectura imprescindible para aquellos interesados en la literatura contemporánea argentina. Pero también, este volumen, y en contraposición al título, viene para incomodar un poco los lugares comunes, para desacomodar impresiones sobre las infancias y hacer bastante ruido entre las distintas formas que hay de amar, vivir, sentir.