En Wellington, Los Pumas volvieron a hacer historia, como en Parramatta y Christchurch: esta vez, con Felipe Contepomi al mando del equipo, se impusieron 38-30, sumaron la tercera victoria en el historial contra los All Blacks, con record de puntos a favor y un segundo tiempo brillante. Ahora se vendrá la revancha en el mítico Eden Park de Auckland el próximo sábado, y el equipo buscará seguir por este camino. El Rugby Championship recién arranca, pero este resultado hace que sea de la mejor manera: con una sonrisa de oreja a oreja y la ilusión de unos Pumas que sueñan en grande. Hoy le ganaron en su casa nada menos que a Nueva Zelanda y van por más…
Ambos equipos llegaban con señales positivas de la ventana de julio. Los Pumas con un 2-1 a favor, producto de una derrota y un triunfo que dejó la serie igualada con Francia y luego una goleada a Uruguay en Maldonado. En tanto, Nueva Zelanda lo hacía con tres triunfos, dos ante Inglaterra y el restante con una goleada ante Fiji.
Demasiadas infracciones argentinas
El arranque fue bueno para Los Pumas, primero estuvo cerca Mateo Carreras y luego Matías Moroni. En cinco minutos el equipo de Felipe Contepomi demostró que había salido decidido y sorprendió a Nueva Zelanda que respondió bien con su defensa, pero tardó en escaparle al asedio para ir a jugar en el campo argentino. Pero cuando se repuso y lo consiguió empezaron a fallar Los Pumas, que cometían un penal tras otro para frenar los embates de los locales, y así aparecieron los primeros puntos de los All Blacks. Primero con un penal de Mc Kenzie y luego con una hermosa jugada para llegar al try del debutante Darry convertido por el propio Mc Kenzie para poner el resultado 10 a 0 en el primer cuarto de hora.
El equipo de Felipe Contepomi estaba vivo y respondió con un gran try de Lucio Cinti tras una pelota recuperada de Molina. Con espacio apareció Chocobares, quien le cedió al centro platense el balón para achicar el margen en el resultado al apoyar el primer try argentino. Mc Kenzie sumó con un penal para el 13 a 5. Los Pumas sentían que estaban en partido, frenaban a los All Blacks, peleaban el territorio y la posesión, pero cometían infracciones que los rivales aprovechaban para despegarse en el score. Sobre la media hora Los Pumas fueron a fondo, con el line y el pick and gol buscaron ante la férrea defensa local que los frenó con penales. Ahora sí, desde más cerca y de frente a los postes Santiago Carreras sumó y achicó la diferencia (13-8).
Argentina estaba bien en la primera línea de tackle y atento para el juego con las manos, pero la defensa volvió a “pecar” y Lienert-Brown no los perdonó, para con la conversión de Mc Kenzie aumentar y poner el 20 a 8 a cinco minutos del final del primer tiempo. Pero Los Pumas sabían que debían marcar para seguir en partido y fueron a buscarlo. Enseguida Mateo Carreras le devolvió el cachetazo con un try, que dejó parado con un gran quiebre y amague a Mc Kenzie para apoyar la segunda conquista de Los Pumas. La conversión de Santiago Carreras cerraba el parcial abajo, pero a tan solo cinco tantos (15-20) de distancia.
Así se fueron al descanso mostrando buenas intenciones en el juego, con tackles firmes en la defensa y cuando pudieron acertando en la definición. ¿Qué les faltaba entonces para ganarlo? No cometer tantas indisciplinas, ya que se sabía que el equipo local no los perdonaba. Había que ajustar en el entretiempo esos detalles para creer en la victoria en la segunda parte.
Un segundo tiempo coronado con un triunfo histórico
El arranque de la segunda mitad no pudo ser mejor ya que “el Lungo” Molina, tras una gran jugada, apoyó el tercer try argentino y, con la conversión de Santiago Carreras, Los Pumas se pusieron por primera vez arriba en el score (22 a 20). Nueva Zelanda quedó shockeado, el partido se hizo muy disputado y parejo. Los dos equipos se dieron cuenta que podían ganarlo. Un penal de Mc Kenzie puso de nuevo al frente a los locales y luego un try de Telea despegó otra vez a los All Blacks.
Pero Los Pumas no se resignaron. Un penal de Santiago Carerras dejó otra vez a tiro al equipo de Contepomi (30-28) y llegó el primer scrum recién a los 20 de la segunda etapa. Además, llegaron los cambios para jugar ese tramo final en un partido en el que los argentinos se daban cuenta que podían ganarle a los subcampeones del mundo con sus propias armas.
Y así fueron de nuevo a jugar en el campo neozelandés, con Mallía, Chocobares, los dos Carreras, González, Matera, Kremer, y el mismo Creevy, que fueron los puntos más altos de un equipo que estuvo equilibrado y nunca bajó los brazos. Así, llegó el try del centenario Creevy, que con sus 39 años y la experiencia intacta le marcó una vez más el camino a los más jóvenes. La conversión de Santiago Carreras puso al frente a los Pumas por 35 a 30, y había que jugar esos diez minutos finales con la cabeza fría y el libreto programado para buscar esa victoria soñada.
A partir de allí el equipo se agrandó, cumplió el plan trazado y no cometió más infracciones. Concentrados y mentalizados en que se podía, jugaron los últimos minutos frenando los ataques de unos All Blacks que rebotaban contra la defensa argentina. El penal de Santiago Carreras a dos minutos del final le puso el broche de oro a un debut soñado para sellar el 38 a 30, que va directo a la historia del rugby argentino.