El gobernador bonaerense Axel Kicillof es percibido a nivel nacional como el principal referente opositor, seguido por el diputado nacional porteño Leandro Santoro y los dirigentes Sergio Massa y Juan Grabois. Esta percepción llegó en julio a un nuevo techo de 35 puntos, según un reciente estudio elaborado por la consultora Proyección.

Para el 35 por ciento de los encuestados, en una muestra de alcance nacional, Kicillof es la principal referencia opositora. Lo siguen en la lista, con cierta distancia y muy parejos entre sí, Leandro Santoro (15,8) y Sergio Massa (15,7). 

Después de Juan Grabois (11), asoman los primeros que no pertenencen al espacio de UxP: Myriam Bregman (10) y Horacio Rodríguez Larreta (8,2). Mientras la centralidad opositora del gobernador pegó un salto intermensual de 4 puntos, de 31 a 35, las demás se mantienen relativamente estables.

El monitor de opinión pública de julio fue elaborado por la empresa que dirigen Santiago Giorgetta y Manuel Zunino, entre el 10 y el 20 del mes pasado, con método computer assisted web interviewing (CAWI), a mayores de 16 años residentes en Argentina, sobre una muestra de 1650 casos, con un margen de error de 2,4 por ciento.

Al tratarse de una serie, que mide siempre los mismos elementos, permite observar la evolución mensual de distintas variables y elaborar tendencias. En materia de preocupaciones, por ejemplo, ninguna creció este mes, pero se observa un aumento, desde marzo a la fecha, del temor al desempleo, de 18 a 24 puntos, y de la incidencia de las tarifas de servicios en la economía familiar, de 19 a 30.

Economía, expectativas y atributos

La evolución de ambas variables, tanto el desempleo como la incidencia de las tarifas, es coherente con la creciente recesión y la expresión popular que sostiene que “peor que no llegar a fin de mes es no tener salario”. A su vez, como contrapartida, la preocupación por la inflación cayó de 63 puntos a 53 durante el mismo período. Pero algo no cambia: Sigue liderando el ranking.

En continuidad con la economía, entre los que debieron achicar sus gastos para llegar a fin de mes (38,5) y los que ya no lo logran ni achicando gastos (25,6), suman casi dos tercios de la muestra. El tercio restante se divide entre los que dicen llegar a fin de mes (29) y los que manifiestan poder ahorrar (6,9).

La pregunta por las expectativas económicas es una de las que deja al Gobierno nacional que encabeza Javier Milei más maltrecho. Entre los que creen que a lo largo del próximo semestre estarán igual de mal (20,8), los que creen que su situación empeorará algo o un poco (15,8) y los que creen que empeorará mucho (15,2), suman casi el 52 por ciento.

Mucho más que el 31 que suman los que creen que seguirá igual de bien (11), los que creen que mejorará algo (14,8) y los que creen que mejorará mucho (5,2). Un porcentaje importante, el 17, manifiesta incertidumbre al respecto.

La evolución de los gráficos demuestra que quienes sienten incertidumbre hoy, se sentían optimistas hace apenas un par de meses, cuando el optimismo alcanzaba los 40 puntos. La incertidumbre suele ser tanto un estadío intermedio entre optimismo y pesimismo como el refugio de quienes lo votaron y se sienten decepcionados, pero aún no se deciden a manifestarlo.

A la vez, el pesimismo de julio es el más alto de toda la serie y el de mayor crecimiento intermensual: en junio había sido de 44. Si bien el optimismo registra una caída de 35 puntos a 31, la caída intermensual anterior, entre mayo y junio, había sido mayor, de 40 a 35.

Coincidentemente con lo expuesto con estudios recientes de otras consultoras, el estado de ánimo dominante en la sociedad es la incertidumbre (41). Si se le suman los 25 puntos de pesimismo explícito, son dos tercios de la sociedad manifestando emociones negativas respecto de la situación del país. El optimismo, aunque en caída, conserva aún su 33. 

Otro clásico de estos tiempos, cuando el gobierno promete un futuro venturoso pero lejano e impreciso a cambio del doloroso sacrificio actual, es la pregunta por la paciencia. 

Entre el 36,6 que afirma haber agotado su paciencia, el 7,8 que le da un trimestre más y el 11,4 que lo esperaría hasta un semestre, son 56 puntos los que se agotarían alrededor de fin de año. Diciembre es, historicamente, desde el estallido de la crisis de 2001, el mes más picante en Argentina. 

A Milei tampoco le va bien cuando califican sus atributos personales. Apenas el 27,7 por ciento le atribuye alguna empatía con los sectores más vulnerables y el 32,7 le atribuye la estabilidad mental necesaria para gobernar. Curiosamente, un 38 por ciento dice creer en su capacidad de diálogo. En todos los casos, los numeros son inferiores a los del registro del mes anterior.