El lunes fue el turno del Ministro de Cultura Angel Mahler de defender públicamente los 4.265.604.807 pesos que solicitó al Ejecutivo para el presupuesto de su cartera para el año próximo, en el marco de las exposiciones que los responsables de cada área vienen haciendo en las últimas semanas. Como era de esperar, afuera del recinto de la Legislatura porteña hubo algunas movilizaciones de colectivos culturales y adentro, en la exposición, diputados de la oposición cuestionaron al ministro por algunas situaciones puntuales pero sobre todo por el espíritu general del presupuesto, que en términos reales, considerando la inflación del propio Banco Central, se reduce poco más de un 3 por ciento con respecto al de este año.
Fiel a su estilo, Mahler brindó un informe muy corto, de no más de diez minutos, en el que destacó la importancia que supuestamente su gestión da a los programas de cultura en barrios por sobre los grandes eventos masivos. “Es de esperar que a los teatros o los festivales les vaya bien y se llenen y funcionen. Pero con un centro cultural, una biblioteca o un museo de barrio nunca se sabe, por eso hay que estar atrás. Teniendo en cuenta eso, durante todo el año le hemos puesto mucho el foco a los barrios y lo seguiremos haciendo”, anunció el funcionario, que reemplazó a Darío Lopérfido cuando fue expulsado del cargo.
Los legisladores que intervinieron en la ronda de explicaciones le señalaron, sin embargo, que las cifras no se corresponden con ese discurso inclusivo del ministro. En su exposición, por ejemplo, la diputada Lorena Pokoik, del bloque FpV, señaló que la mayor parte del presupuesto está asignada para el Teatro Colón (un 32 por ciento), mientras que por otro lado es evidente la pérdida de participación de los programas de fomento a espacios independientes y descentralizados, que son los más vulnerados por la coyuntura económica general. “Su participación se redujo de 2,7 por ciento en 2016 a 1,91 por ciento en 2017 y continúa disminuyendo con un 1,83 por ciento para 2018”, señaló, a tono con la preocupación de su par Andrea Conde, que precisó a PáginaI12 que “la cultura autogestiva e independiente involucra más de 500 espacios de la Ciudad y miles de personas en todos los barrios, y es la usina donde artistas y público se forman”.
El diputado Pablo Ferreyra, también del bloque FpV e integrante de la comisión de cultura, mostró algunas conclusiones en torno a los números que trabajó previamente en su despacho, y cuestionó al ministro sobre algunos puntos clave como el personal empleado para el dictado de talleres culturales gratuitos en barrios y escuelas de la Ciudad ya que, según precisó, en el proyecto oficial de presupuesto figura un recorte del 42 por ciento en lo que refiere a ese programa. También preguntó por el Programa de Promoción de Actividades Culturales (que incluye, por ejemplo, a las Orquestas Juveniles y la Feria de Mataderos, entre otros proyectos), ya que en el número consignado por el presupuesto no se desglosa el detalle de cada espacio o centro cultural. Como al resto de las preguntas que fueron en la dirección de contrastar números con promesas, Mahler respondió de forma vaga, sin dar precisiones, y apelando a su buena relación con artistas y agentes culturales por su condición de músico.
Si bien su exposición comenzó poco después de las 15, la jornada había empezado un rato antes con una movilización callejera que tuvo como protagonistas a los titiriteros de La Calle de los Títeres, un proyecto de cogobierno entre los artistas, el Ejecutivo porteño y la Legislatura. Su reclamo giró en torno a la falta de pago, por parte del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, del presupuesto correspondiente al período 2015, que nunca fue ejecutado pese a tener una partida designada y que generó un atraso profundo en los recursos con los que cuenta la iniciativa que funciona hace 28 años. Mahler, que nunca los había recibido, prometió el lunes la solución a este conflicto, aunque los titiriteros señalan que no van a parar con el reclamo hasta ver los resultados.
Otros conflictos que quedaron expresados en el Salón Ciudad de Montevideo fueron los referidos al Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla, institución que depende de la Dirección General de Enseñanza Artística de la Ciudad (DGEart) del ministerio de cultura y que, a poco de cumplir 100 años de existencia, jamás tuvo un edificio propio pese a la promesa de los sucesivos ministros, y al cine El Plata, de Mataderos. Como informó el fin de semana este diario, a contramano de la promesa de convertirlo en un centro cultural que sea propiedad del Estado, el gobierno de la Ciudad le mostró la semana pasada el inmueble a dos empresarios que estarían interesados en comprarlo para negocios privados. Cuando se le pidió una explicación sobre esto, Mahler aseguró que “no está en los planes venderlo de ninguna manera” y lamentó que se haya entendido eso. “A veces es necesario saber cuánto vale”, dijo haciendo referencia solamente a la tasación y no a la presencia de empresarios privados.
De la partida también fueron algunos referentes de colectivos culturales, que también pujaron por aumentos en sus sectores. Desde la Asociación Argentina del Teatro Independiente (Artei) se reclamó un incremento del 30 por ciento en el presupuesto para Proteatro y desde el colectivo Cultura Unida remarcaron la importancia de que se eleve a 3,5 dentro del presupuesto total de cultura a la partida destinada para el Programa 11 (el de incentivo a la producción cultural independiente), algo que ya está expresado en un proyecto de ley. Como en todo, el ministro no tuvo respuesta concreta, lo que augura otro año difícil para la comunidad cultural.