El transporte público de la ciudad no atraviesa sus mejores días. Un informe del Observatorio Social del Transporte –al que tuvo acceso Rosario/12– revela que el 58% de las líneas incumplen la grilla de frecuencias en los momentos de mayor flujo de pasajeros, mientras que el 95% de las líneas presenta peor frecuencia que en marzo de 2019, previo al inicio de la pandemia. Desde la entidad también registraron que por la irregularidad del servicio, en algunas líneas el lapso de tiempo entre colectivo y colectivo llegó a ser de 54 minutos. Durante la medición, en 36 oportunidades se registraron “baches” superiores a la media hora. “Pudimos detectar que en algunas líneas son retiradas las unidades, porque es notoria la baja en la cantidad de servicios”, explicó el concejal Mariano Romero, del bloque Justicia Social, en diálogo con este medio. En paralelo, esta semana se conoció el último estudio de costos del Ente de la Movilidad, que habilita al Municipio a impulsar un nuevo aumento en septiembre. 

La medición se realizó entre las 8 y las 14 del martes 30 de julio, en la intersección de las calles Santa Fe y Laprida. Allí se tomaron las frecuencias de 20 líneas de colectivos de la ciudad, que representan un 38% de las líneas del sistema. Del relevamiento se desprende que la línea 110, pertenecientes a Rosario Bus, es la que mejores frecuencias registra, con 8 minutos 30 segundos, seguida por la 145 C, con 8 minutos 31 segundos. Ambas pertenecen a Rosario Bus. Mientras que la línea 112 –perteneciente a MOVI– fue la que peor frecuencia registró, con una demora de 41 minutos con 30 segundos, seguida por la 145 S (Rosario Bus), con 39 minutos. Del conjunto de las líneas relevadas, la frecuencia promedio fue de 14 minutos con 20 segundos.

En la comparación, el 58% de las líneas incumplen la grilla publicada por el Ente de la Movilidad en mayo de este año, mientras que el 95% de las líneas registró peores frecuencias que en marzo de 2019, previo a la pandemia. Es notable el empeoramiento cuando se analiza el caso de las líneas 101 Negra y 102 Roja, que cinco años atrás tenían una frecuencia de 5 y 6 minutos respectivamente. En la última medición, la frecuencia registrada fue de 12 y 17 minutos. Es decir, duplicaron y triplicaron sus frecuencias. Algo similar ocurrió con la 126 Roja, que de tardar 12 minutos en 2019, pasó a una frecuencia de 34 minutos con 30 segundos, según el registro del Observatorio Social del Transporte.

El informe también pone el foco en la irregularidad del servicio, que genera distorsión en las frecuencias: a mayor irregularidad, el lapso entre coches se vuelve cada vez más variable. Eso genera que, en algunas oportunidades, pasen dos colectivos de la misma línea, al mismo tiempo. Eso se registró en tres oportunidades a lo largo de la medición. Sin embargo, la mayoría de las veces la distorsión se genera con lapsos extendidos de tiempo. Durante las seis horas que duró el relevamiento, hubo 36 casos en que los “baches” fueron superior a 30 minutos. La espera más larga se dio con las líneas 106 Roja (54 minutos) y la 106 Negra (52 minutos).

“Si nosotros lo comparamos con la prepandemia, o el comienzo de la gestión de Javkin, prácticamente todas las líneas empeoraron sus frecuencias de manera significativa. Algunas de manera categórica, triplicando la frecuencia que tenían”, explicó Romero. “La situación del transporte es crítica en términos definitivos. Hoy tenemos el peor índice en cuanto a la capacidad adquisitiva del salario con respecto a boletos de colectivos desde que hay datos medibles. Más abajo que mayo de 2002, después del estallido del 2001”, añadió.

El dirigente del peronismo local también se refirió a una denuncia cada vez más reiterada: la quita de unidades en las calles. “Pudimos detectar que en algunas líneas son retiradas las unidades, porque es notoria la baja en la cantidad de servicios. Esto trae aparejado que haya una gran cantidad de líneas que tengan una demora, entre colectivo y colectivo, de más de media hora, llegando en su caso máximo a 54 minutos de espera”, expresó y agregó: “Detectamos que en seis horas, hay líneas que retiraron entre cuatro y cinco unidades. Eso es prácticamente un servicio cada hora y media”.

Como conclusión, el informe sostiene que el sistema de transporte en Rosario “mantiene sus servicios en un nivel de supervivencia” y no logra atraer a nuevos usuarios. “Hay una inversión cada vez menor en el sistema de transporte, que se da para abaratar costos. Y esto termina generando la caída de los usuarios de los servicios, porque el sistema es más caro y cada vez peor”, sostuvo Romero. Y planteó: “La gente se sube menos al colectivo y por ende dependemos más de los subsidios. Es una bola negativa muy compleja. Y si le sumamos la eliminación de los subsidios nacionales y la decisión de trasladar ese costo al precio del boleto, el combo es explosivo”.

Palpitando el aumento

Este viernes el Ente de la Movilidad de Rosario difundió un nuevo estudio de costos, donde se da cuenta que el valor del boleto debería ser de 1.423,44 pesos. El monto presenta un desfasaje importante con los 940 pesos que se abonan al día de hoy. Ante ese escenario, el intendente Pablo Javkin posee desde diciembre la facultad de aumentar la tarifa –durante los meses impares– hasta en un 90% de lo que arroje el estudio de costos. De así decidirlo, el boleto en septiembre podría quedar en el orden de los 1280 pesos.

Desde el peronismo le critican al Municipio la decisión de volcar la suba de los costos, y la quita de subsidios del gobierno nacional, a los usuarios del colectivo vía aumento del boleto. En concreto, en los últimos doce meses la tarifa de transporte acumula una suba del 683%, cuando en el mismo período de tiempo la inflación que mide el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) fue del 271%.

 

En ese marco, para Romero la ciudad se encamina a un nuevo aumento del boleto: “Todavía no ingresó en el Concejo, pero el intendente tiene la facultad para aumentar. Seguramente lo que haga es un aumento menor al que podría, como viene haciendo, en conjunto con la tarifa de las ciudades de Córdoba y Santa Fe. Pero en el último año tuvimos un aumento cercano al 700% del costo del boleto, cuando la inflación claramente estuvo por debajo de eso y ni hablar lo que fueron las paritarias del sector”.