El seleccionado argentino de fútbol, sin su capitán y máxima figura Lionel Messi, perdi ayer 4-2 ante Nigeria, en el último amistoso del año disputado en Krasnodar, Rusia, país anfitrión del Mundial 2018. El equipo nacional ganaba 2-0 por los goles de Ever Banega y Sergio Agüero, en un primer tiempo positivo, pero en la segunda parte dejó una preocupante imagen y permitió que Nigeria revierta el resultado con los tantos de Iheanacho, Iwobi, en dos oportunidades, y Brian Idowu. Con esta derrota, el director técnico Jorge Sampaoli dejó el invicto de siete partidos (cuatro triunfos y tres empates) que mantenía al frente del plantel.
Argentina retrocedió con respecto al ensayo del sábado ante Rusia (1-0), ya que a pesar de tener una ventaja de dos goles no pudo manejar el trámite, le dieron vuelta el resultado en diez minutos, y no mostró rebeldía ni reacción. El equipo tuvo momentos destacables en el primer tiempo, pero dejó imagen mala en el segundo, ampliamente superado por el conjunto africano.
En esa primera parte, Argentina no sintió la ausencia de Messi, quien fue liberado por el cuerpo técnico, ya que encontró un buen funcionamiento ofensivo con la velocidad de Di María y Pavón por las bandas. También se vio un aceitado circuito con un mediocampo de buena técnica, pero con escasa marca que, sin embargo, no fue exigido por Nigeria.
Los africanos, primeros de su continente en clasificar al Mundial, se plantaron con una inocente línea de cinco defensores, que dejaba muchos espacios para los atacantes argentinos. De esa manera, la apertura del marcador tuvo a un protagonista excluyente: Daniel Akpeyi. El habitual arquero suplente cometió un insólito error al agarrar la pelota con la mano afuera del área, presionado por Agüero. De ese tiro libre vino el gol de Banega, quien pateó al palo del arquero que completó su cuota de responsabilidad, al armar mal la barrera.
El segundo gol del equipo de Sampaoli llegó por decantación, ya que con Nigeria adelantado aprovechó un contraataque perfecto para aumentar el marcador. Dybala, quien hasta ese momento había tenido un flojo encuentro, dio un buen pase para aprovechar la velocidad de Pavón, quien al entrar al área asistió de primera a Agüero, que solo tuvo que empujarla.
El descuento de Nigeria sobre el final del primer tiempo fue por un tiro libre de Iheanacho, quien debió ser expulsado por un codazo a Otamendi, que encontró una débil respuesta del debutante Marchesín.
En el segundo tiempo la historia fue completamente distinta, ya que en menos de diez minutos Nigeria sorprendió a un dormido equipo nacional, y dio vuelta el resultado. En los dos goles de Nigeria, el equipo argentino dejó en evidencia la ausencia de un mediocampista defensivo (Banega jugó en lugar de Kranevitter), y del flojo retroceso en defensa.
Ese modelo quedó aún más expuesto cuando en el cuarto gol de Iwobi, sobrino de Okocha, gloria del equipo nigeriano en 1998, se sacó de encima a Mascherano con un túnel y definió de zurda.
Argentina no tuvo reacción y recién generó la primera jugada de peligro a los 37 minutos, con el marcador 2-4. Demasiado poco.