Las declaraciones de Fabiola Yáñez tras denunciar a Alberto Fernández por violencia de género continúan generando repercusiones. Victoria Villarruel salió a confrontarla con un discurso anticasta. “Perdón por no sentir lástima”, planteó la vice, “pido disculpas por no empatizar con los 36 mil dólares que el pueblo argentino deberá pagar de su bolsillo para su custodia en España mientras miles de mujeres en contextos de violencia peores no tienen ese privilegio”. A su vez, el ministro de Defensa, Luis Petri, dijo estar "sorprendido" de que el expresidente Fernández este libre y salió a pedir directamente la detención resucitando la doctrina del poder residual conocida en el macrismo para perseguir a la oposición política. Por parte, referentas de kichnerismo como Mayra Mendoza y Vanesa Siley también hablaron. "Irresponsable, vago y violento", dijo Mendoza sobre AF.

“Se debería dictar la prisión preventiva y que después curse el proceso”, dijo el titular de Defensa, que agregó que le “llama la atención” y le “sorprende” que el Poder Judicial no haya considerado dictarle la prisión preventiva, dado el “poder” con el que cuenta el ex presidente para “encubrir y tapar”. El argumento es el de la doctrina Iruzun, con la que a partir de 2016 se justificaron las órdenes de detención de ex funcionarios (como Julio de Vido, Amado Boudou o Carlos Zannini, quienes quedaron privados de su libertad con preventivas)  con el argumento de que, por el poder que habían detentado, podían tener lazos que les pemitieran entorpecer las investigaciones.

Villarruel, en cambio, se plantó con el enfoque anticasta y metió en la misma bolsa a los dos integrantes de la ex pareja presidencial. “La entrevista de Fabiola no significa nada para los que vimos morir a nuestros familiares y no pudimos velarlos y enterrarlos como se merecían”, sostuvo la vicepresidenta en su cuenta de X.

En ese sentido agregó: “Disculpen si mi sensibilidad no es la adecuada, pero luché contra el encierro y a mi padre lo perdí por los protocolos de cuarta de ese gobierno de gente repugnante”.

“Perdonen por no sentir lástima por los 21 viajes de placer en flota presidencial de la ex primera dama, mientras cientos de miles de Pymes Argentinas se fundían. Pido disculpas por no empatizar con los 36 mil dólares que el pueblo argentino deberá pagar de su bolsillo para su custodia en España mientras miles de mujeres en contextos de violencia peores no tienen ese privilegio. Perdón por no aceptar más la hipocresía y mirar para el costado. Dejen de subestimar a nuestro pueblo”.

También habló la ex diputada Graciela Camaño. “Nunca pude entender cómo Alberto Fernández podía ser presidente del país. Era agresivo, demostraba misoginia, psicopatía, sexopatía, demostraba todo lo que nos muestra esta película que estamos viendo”. "La política está abandonando el eje del deber ser y entregándose a los placeres del poder”, añadió. 

Por otra parte,  hicieron declaraciones referentas del kichnerismo. La diputada Vanesa Siley dijo que le cree a Yáñez. “Valoro un montón creerle a la víctima, a Fabiola, porque me parece que en políticas de género creerle a la víctima es la columna vertebral”. Sobre las derivaciones políticas del tema, opinó que "la política argentina es cristinocéntrica: durante cuatro años hubo una pelea interna entre Alberto y Cristina, en realidad con nuestro sector político, que reclamaba otro tipo de políticas económicas, y muchos nos culparon y la culparon a Cristina porque las cosas iban mal, poniendo como víctima Alberto; pero ahora la culpan a Cristina de lo contrario, de que lo eligió ella". 

Con conceptos muy similares, Mayra Mendoza señaló que "Cristina le dio a Alberto Fernández la posibilidad de gobernar el país y él resultó un irresponsable, mediocre, vago, violento y una basura”. "Este caso en particular creo que es una especie de frutilla del postre, de alguna manera. Porque no solamente Alberto Fernández tiene que pedir perdón por esta situación en particular, sino por haber traicionado a Cristina, que es la persona que lo eligió, que lo eligió como dirigente político para darle el honor de gobernar la Argentina. Lo único que tenía que hacer este hombre era trabajar... Y se conoció la bragueta estando de presidente. Entonces, dejemos de ser hipócritas, de querer responsabilizar a Cristina de algo que hizo un tipo, este tipo".