“Cuando la Fe mueve montañas” es una muestra de archivo que reúne toda la documentación -fotografías, videos, publicaciones, afiches, pinturas, bocetos, dibujos, cartas, correos, etc.- sobre la acción, “heroica y absurda”, realizada en 2002 para la III Bienal Iberoamericana de Lima, del artista Francis Alÿs (nacido en Bélgica en 1959; se muda a México en 1986), en colaboración con el curador Cuauhtémoc Medina (México, 1965) y el cineasta Rafael Ortega (México, 1965).
En aquel 2002 -cuando se realizó la acción original-, los teléfonos celulares, internet y las redes no eran lo abrumadores y omnipresentes que comenzaron a ser desde ese momento hasta ahora. Sin embargo la acción de Alÿs fue una de las primeras en el mundo del arte que se viralizó (en términos módicos en comparación con la masividad e instantaneidad que implica la viralización actual) a partir de los que entonces eran los ‘rudimentos’ de la tecnología digital: profusión y circulación de correos electrónicos, impresión de fotos y edición de video en uno pocos días.
La cuestión de las búsquedas de sentido a través de desplazamientos territoriales, caminatas y acciones colectivas forma parte de las performances que desde entonces realiza Francis Alÿs.
El curador de aquella acción (y de esta recopilación documental) explica en qué consistió la acción realizada en la III Bienal de Lima: “El 11 de abril de 2002 varios cientos de personas unieron sus esfuerzos para desplazar una duna unos centímetros de su locación original. La obra, titulada Cuando la fe mueve montañas, era una acción al mismo tiempo heroica y absurda que evocaba el inmenso costo que implican los avances sociales, al mismo tiempo que afirmaba la necesidad de la acción colectiva y el cambio. Concebida en el ocaso de la dictadura de Fujimori, al inicio de una nueva etapa de democracia en el Perú, Cuando la fe mueve montañas proponía también marcar una era de retos y cambios con un gesto que quería desafiar el pesimismo y desesperación, con un gesto sorprendente: un milagro profano”.
La obra surgió a partir de ver el difícil contexto limeño de 2002, en medio del crecimiento de los asentamientos precarios y espontáneos -llamados localmente “pueblos jóvenes”- por parte de los migrantes que venían desde las zonas rurales y de todo el interior del país, a buscar suerte en la gran ciudad y sus alrededores, en la zona de Ventanilla.
A contrapelo del exitismo, Medina dice que la fórmula que resume la acción es “Máximo esfuerzo… mínimo resultado”.
En una de las salas se exhibe el video documental de Rafael Ortega sobre cómo se planeó y llevó a cabo la performance.
Entre las piezas exhibidas en la exposición de Proa 21, se pueden ver los dibujos de Alÿs -también arquitecto- que dieron origen a la acción; los mensajes e ideas preliminares; las pequeñas y bellísimas pinturas que el artista realizó para vendérselas a coleccionistas y así solventar la performance; los afiches, la comunicación del primer rechazo y luego la aceptación del proyecto por parte de la Bienal de Lima; junto fotografías que dan cuenta de aquella acción, entre otros documentos.
También hay una serie de testimonios, realizados durante la pandemia en un ciclo online que organizó el Malba bajo el título de “Rumor”, dedicado a hitos de la performance en el arte contemporáneo. La acción de Francis Alÿs formó parte de aquel ciclo y en la presente exposición se reunieron aquello testimonios como parte del archivo. Por ejemplo allí se rescata el lugar que tuvo Richard Perales, un miembro del centro de estudiantes que resultó central para la convocatoria de participantes en la acción artística. En otro video está el testimonio del cineasta Rafael Ortega, que desde su experiencia profesional ayudó en cuestiones clave de la organización y documentación de aquella perfomance multitudinaria. Se incluyen además testimonios del crítico peruano Gustavo Buntinx, entre otros protagonistas de la crítica y la curaduría de ese país. Se puede ver y escuchar un diálogo entre Cuauhtémoc Medina y Francis Alÿs. Entre todos reconstruyen en detalle lo que podría llamarse la intrahistoria del armado, la realización, el contexto y las consecuencias de aquella acción.
La exposición del archivo es un modo de mantener en circulación lo que fue aquella práctica artístico-político-poética, que originalmente duró unas horas, pero que con este kit exhaustivo de materiales documentales puede seguir generando ecos, especialmente en momentos tan oscuros como los que vive la Argentina.
* En Proa 21, Avenida Pedro de Mendoza 2073, hasta octubre.