Una jueza de Manchester puso este lunes bajo custodia de las autoridades locales a un niño de 12 años por participar de forma "muy grave" en los violentos disturbios ocurridos en el Reino Unido, convirtiéndose en la persona más joven del país procesada en relación a los altercados. Otro chico, también de 12 años, compareció ante el Tribunal de Menores de Liverpool y solo habló para confirmar su nombre y declararse culpable del cargo de "desorden violento". Fijada en los 10 años, el Reino Unido tiene una de las edades de imputabilidad penal más bajas del mundo y la más baja de Europa.
A pesar de que en los últimos años organizaciones británicas que trabajan con niños exigieron un aumento en la edad de imputabilidad, no se consiguió ninguna reforma. La discusión llegó a Argentina aunque en un sentido inverso, ya que el gobierno de Javier Milei anunció un proyecto para bajar la edad de imputabilidad a 13 años, a contramano de lo que recomiendan Naciones Unidas y expertos en la materia. Luego de los actos de violencia racista e islamófoba que afectaron al Reino Unido una semana atrás, centenares de personas que realizaron ataques y autores de publicaciones en Internet consideradas incitadoras al odio siguen desfilando ante los tribunales.
"Más involucrado que cualquier otro acusado"
El niño de 12 años, no identificado por razones legales, se declaró culpable de dos cargos de "desórdenes violentos" ante el Tribunal de Magistrados de Manchester después de haberle arrojado un objeto a un furgón policial y haber participado en dos incidentes violentos diferentes en esa ciudad del noroeste inglés. La fiscal Tess Kenyon dijo al tribunal que el menor acudió el 31 de julio a una concentración frente a un hotel que albergaba solicitantes de asilo en el barrio de Newton Heath, en Manchester, entregando una piedra a otro joven y participando en un ataque a un autobús.
Además el chico de 12 años fue "filmado por la policía pateando la ventana delantera de una tienda de cigarrillos electrónicos" y arrojando un objeto a un furgón policial en la misma ciudad el 3 de agosto. "Está más involucrado en la violencia y el desorden que cualquier otro acusado que vi pasar por estos tribunales, adulto o niño", afirmó la jueza de distrito Joanne Hirst, quien describió el caso como "muy grave" y envió al menor a un alojamiento de vigilancia juvenil antes de ser sentenciado el 2 de septiembre.
El otro menor de 12 años admitió un cargo de desorden violento en el Tribunal de Menores de Liverpool. El niño fue captado por las cámaras de seguridad mientras arrojaba un objeto a la policía el pasado 30 de julio en Southport y luego marchándose en bicicleta. Fue puesto en libertad bajo fianza con la condición de no entrar en la ruta de Southport donde tuvieron lugar los disturbios y tendrá que volver a comparecer ante el tribunal el próximo 17 de septiembre. En el Reino Unido los menores de entre 10 y 17 años son juzgados en cortes especiales y no cumplen sentencia en cárceles de adultos, sino que son enviados a centros especiales para menores.
"Estigmatiza al niño y lo aleja de la sociedad"
En sintonía con las normas internacionales de derechos del niño, organizaciones como VOYPIC (Voice of Young People in Care), Include Youth y el Children’s Law Centre exigen que la edad mínima de responsabilidad penal se eleve a 16 años. Esta postura, defendida por el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, recomienda esa edad mínima basándose en "una amplia evidencia mundial sobre los daños que tiene una edad de responsabilidad penal baja, la ineficacia de dicho enfoque y la mejora de la comprensión del desarrollo infantil y adolescente".
En un informe las ONGs británicas advierten que la edad de responsabilidad penal no está en consonancia con otros límites legales de edad. "Los menores de 18 años no pueden votar, formar parte de un jurado, comprar alcohol, tabaco o fuegos artificiales, hacerse un tatuaje o abrir su propia cuenta bancaria. Los menores de 16 años no pueden consentir relaciones sexuales, abandonar la escuela, jugar a la lotería o comprar una mascota. El trato que damos a los niños en el sistema de justicia penal es radicalmente distinto del que les damos en otras áreas de la política social", plantean.
Las investigaciones, de acuerdo a estas organizaciones, demuestran que la criminalización de los niños "tiende a aumentar el riesgo de que incurran en conductas delictivas". También "estigmatiza al niño y lo aleja de la sociedad, crea problemas de autoestima y crea barreras para volver a la educación o al empleo futuro, sobre todo en forma de antecedentes penales". La Convención de Naciones Unidas, en su observación número 24 relativa a los derechos del niño en el sistema de justicia juvenil, explica que "la madurez y la capacidad de pensamiento abstracto todavía están evolucionando en los niños de 12 a 13 años".
"Alerta máxima" ante nuevos disturbios
El gobierno del Reino Unido subrayó este lunes que sigue en "alerta máxima" para evitar un posible resurgimiento de los disturbios ultraderechistas desatados a raíz de un apuñalamiento perpetrado en Southport por un adolescente de ascendencia ruandesa. El Ejecutivo de Keir Starmer no se da aún por "satisfecho". "El trabajo no habrá terminado hasta que todas las personas se sientan seguras en sus comunidades", destacó un portavoz de Downing Street en declaraciones a los medios.
Starmer enfatizó en los últimos días la necesidad de prevenir nuevas movilizaciones violentas y también en depurar responsabilidades, con procesos judiciales acelerados. Su gobierno no quiere poner un horizonte temporal a todas las condenas, pero el goteo es constante. Se espera que se alcance en breve el hito de mil arrestos en relación con los recientes disturbios. Hasta el momento 975 personas fueron arrestadas y 546 acusadas, según el Consejo Nacional de Jefes de Policía (NPCC).
Este lunes, por ejemplo, un joven de 22 años que arrojó una aspiradora a la ventana de una estudiante nigeriana durante los disturbios en Middlesbrough y le dijo a un oficial de policía: "-Espero que violen a sus hijos", fue encarcelado por 26 meses en el tribunal de la corona de Teesside. Andy Preston, alcalde de Middlesbrough, declaró que el "90 por ciento de los daños fueron causados por jóvenes británicos blancos que buscan sensaciones fuertes y adrenalina sin aparentes motivos ideológicos".
Muchos de los detenidos hasta la fecha fueron procesados por desorden violento, que conlleva una pena máxima de cinco años de cárcel, pero la Fiscalía considera ahora acusarlos de implicación en disturbios, que puede elevar el castigo a hasta 10 años. La ola de violencia empezó el 30 de julio después del asesinato con arma blanca de tres niñas en un centro de verano de Southport, en el noroeste de Inglaterra, a manos de Axel Rudakubana, que acaba de cumplir 18 años, nacido en Gales y de padres ruandeses. Las redes sociales de extrema derecha identificaron de forma errónea que el joven era solicitante de asilo.