El gobierno de Maximiliano Pullaro abrió la agenda pública de la semana con una conferencia de piedra blanca, para mostrarse otra vez solvente como nadie en un contexto de recesión y ajuste permanente. Presentó una suerte de balance de primer semestre y cantó ¡superávit!: algo más de 160 mil millones de pesos de resultado financiero positivo, todo destinado –según dijeron– a pagar deuda flotante de la gestión Perotti. De paso, cañazo.
El ministro de Economía, Pablo Olivares, y la secretaria de Hacienda, Belén Echevarría, brindaron temprano una rueda de prensa para exponer sus números detrás del superávit declamado de $160.311 millones. "Hemos finalizado el primer semestre pudiendo cumplir un primer objetivo financiero como lo es resolver y compensar los efectos del resultado de ejercicio 2023 y reducir la deuda flotante", dijo el hombre de los números y el presupuesto en la gestión de Maximiliano Pullaro.
Con esto la semana arrancó dejando en segundo plano los devaneos en torno a una eventual reforma constitucional, la amarga certeza de que Nación dejará nomás al transporte del interior sin subsidios, la puja salarial de su paritar, y el reclamo nominal al Tesoro federal por mayores recursos, ahora reforzado por la vía judicial.
Para resaltar aún más el logro fiscal, Olivares puso de contexto que la torta de ingresos formada por recaudación tributaria y partidas federales coparticipables creció a menor ritmo que la inflación: 225% contra 281,5%. "El desafío era ver cómo las prestaciones del Estado no se vieran afectadas en cantidad y calidad. El único mecanismo para eso es la búsqueda de eficiencia: esto significa mantener el nivel de prestaciones o mejorarlos, pero con un uso menor de los recursos", asumió el ministro. A su juicio, las cosas marchan bien en Santa Fe.
En la balanza de la Casa Gris hubo ingresos al 30 de junio por $3.207.526 millones y gastos totales por $3.007.151 millones. En esos términos, la dimensión del superávit no resulta grandilocuente, habida cuenta de que falta mucho para que termine el año y la recesión general hace mella en el aparato productivo y, por ende, en la evolución de la recaudación fiscal de los meses venideros.
Con todo, Echevarría expuso las cifras con cauto optimismo y se ufanó del criterio de austeridad declamado por Pullaro desde la campaña electoral. "Con una inflación interanual en el primer semestre del orden del 281,5%, nuestros recursos crecieron por debajo de la pauta inflacionaria, un 225 % contra el primer semestre del 2023. En tanto que el total de gastos estuvo en el orden del 197%, es decir que nuestros gastos crecieron por debajo del crecimiento de los recursos. El gasto corriente creció casi un 204 % interanual en el semestre, y el gasto de capital un 108,9%", dijo.
La titular de Hacienda precisó que el déficit con el que Omar Perotti cerró su gestión ascendió a 130 mil millones de pesos, y que lo han ido cubriendo durante la evolución financiera que completó estos primeros seis meses de gobierno de manera superavitaria.
"Es aproximadamente el 81% del superávit, y con los recursos que ingresan destinamos una parte para atender esas deudas que quedaron pendientes. El resto es para cumplir nuevos compromisos", abundó Echevarría. Enumeró activos y acciones ejecutadas con esas utilidades: que compraron 940 patrulleros y otros pertrechos para el área Seguridad, que empezaron a construir 250 aulas, la reparación de 1.100 kilómetros de rutas, 150 vehículos para el área salud, y los créditos Nido para viviendas, en coordinación con el Banco Municipal de Rosario como agente financiero.
Olivares afirmó que de esta manera, “con un Estado eficiente, ordenado y transparente, se beneficia a todos los santafesinos, no solamente a un sector, y no perdemos el foco de que estamos ante la necesidad y el deber de administrar recursos de más de 3,5 millones de santafesinos, y que lo tenemos que hacer por cada uno de ellos”.
Para el final, el ministro de Economía encaró uno de sus tópicos favoritos que ya ha desplegado en la mesa paritaria: el ahorro de –según dijo– $4.100 millones por la reducción de reemplazos docentes, y de $2.700 millones por la eliminación de cargos públicos. Un trofeo propio del clima de época bajo el signo de La Libertad Avanza.