La justicia rosarina dictó ayer la prisión preventiva para la banda de estafadores de la concesionaria de avenida Pellegrini al 3100, cuyo abogado era nada menos que Nelson Ugolini, mano derecha de Gustavo Ponce Asahad, el ex fiscal caído en desgracia junto con su jefe Patricio Serjal tras la revelación de la venta de información al capitalista de juego Leo Peiti. Ugolini fue imputado por el delito de asociación ilícita en carácter de miembro en concurso real como coautor de estafas reiteradas por abuso de confianza en relación a seis hechos, todos en concurso real con amenazas simples en carácter de autor. Aún resta dar con el jefe de la banda, Alexis Leonel Guarda, que estafaba a personas con la compraventa de vehículos. El juez de primera instancia Alejandro Negroni hizo lugar al pedido de la Fiscalía y dictó la prisión preventiva para la mayoría de los imputados, considerando la gravedad de los hechos y el peligro de fuga. Además, se dispuso la inhibición general de los bienes de todos los imputados.

El entramado delictivo que operaba bajo la fachada de varias concesionarias tiene tras las rejas ahora a nueve personas, quienes fueron imputadas por asociación ilícita, estafas reiteradas, encubrimiento y amenazas.

En una audiencia realizada en el Centro de Justicia Penal de Rosario, los fiscales Pablo Lanza y Fernando Dalmau imputaron a este grupo por integrar una asociación ilícita dedicada a estafar a compradores de vehículos. La banda operaba desde al menos diciembre de 2023 y utilizaba diversas maniobras fraudulentas para apoderarse del dinero y los vehículos de sus víctimas.

Los imputados son Camila Gisel Mendoza, Andrés Javier Alarcón, Roberto Aryston Pereyra, Walter Oscar Ríos, Nelson Rodolfo Ugolini, Maximiliano Hernán Alarcón, Leandro Salom Jaquet, Diego Alberto Ceferino Gordillo y Fernando Andrés Ortellado Rodríguez, y fueron acusados de asociación ilícita, estafas reiteradas por abuso de confianza, encubrimiento agravado por ánimo de lucro y amenazas simples.

La investigación reveló que la organización criminal había montado varias concesionarias de autos que utilizaban como fachada para llevar a cabo sus estafas. A través de engaños y falsas promesas, lograban que las víctimas entregaran sus vehículos o grandes sumas de dinero a cambio de promesas de compraventa que nunca se concretaban.

Los integrantes de la banda se repartían tareas: algunos se encargaban de captar a las víctimas a través de redes sociales o en la calle, otros de cerrar las operaciones y otros de amedrentar a quienes reclamaban. Además, contaban con la colaboración de un abogado que les brindaba asesoramiento legal para llevar a cabo sus maniobras fraudulentas.

Entre las maniobras utilizadas por la banda se encontraban la venta de vehículos usados en mal estado, la retención de vehículos entregados en consignación, la falsificación de documentos y la simulación de operaciones de compraventa.

Este caso pone de manifiesto la complejidad de las organizaciones criminales que operan en la actualidad y la necesidad de una mayor coordinación entre las fuerzas de seguridad y el Poder Judicial para combatirlas.

Aún resta que caiga el jefe de la banda, identificado como Alexis Leonel Guarda, quien cuenta con pedido de captura y ocupa el lugar de jefe del grupo por ser quien se presentaba como el dueño responsable de las concesionarias de autos. Estaba al mando de las actividades de los demás miembros, tenía capacidad de decisión relevante en los casos y contaba con los conocimientos integrales de las maniobra delictivas que lo colocaron en la dirección de la asociación ilícita. 

Además los demás miembros le remitían el dinero que recibían a una cuenta bancaria por medio de transferencia o le entregaban del dinero. En otros casos solicitaba que se realicen las transferencias a favor de tercero. En este contexto era quien decidía el destino del dinero obtenido y de los vehículos que eran captados.