En el corazón de la Unidad Penal 48, un innovador proyecto educativo y cultural está marcando la diferencia. El Centro Universitario San Martín, establecido en 2008, ofrece una oportunidad única para la formación académica y el desarrollo personal para personas privadas de libertad como para agentes del servicio penitenciario. Este espacio no solo busca proporcionar educación superior, sino también transformar la cultura carcelaria a través de la integración de actividades artísticas y sociales.
El jueves 22 de agosto en el CUSAM se realizará un ensayo abierto de Potestad, de Eduardo Pavlovsky. Se trata de un proyecto que llevaron a cabo desde el taller de producción teatral a cargo de Sebastián Emiliano Ostapow. La obra está protagonizada por Luis Alberto Ángel Iñiguez. La pieza tiene un carácter singular ya que el intérprete se encuentra detenido y el resto del equipo está conformado por integrantes tanto en contexto de encierro como de afuera.
Potestad narra la historia de un médico que se ve atormentado cuando el pasado llama a su puerta. El doble discurso, la distorsión de los vínculos y la fascinación por las apariencias ante la verdad inevitable. Revela el intento de impunidad con la que se cometieron delitos de lesa humanidad durante la dictadura cívico militar argentina de 1976.
Iñiguez relata que al mismo tiempo que nació el Centro Universitario en la unidad penal 48, también surgió el espacio artístico como una forma de procesar desde el arte la privación de libertad. “Estábamos cursando el primer año de la carrera de Sociología y la Unsam empezó a pensar que había que construir un espacio para poder procesar y expresar nuestras historias. Fue pasando el tiempo y el espacio artístico cobró suma relevancia, es algo fundamental al día de hoy. No solo es un proyecto para que nosotros podamos cambiar nuestra cabeza y salir mejor, sino que permite ver más allá de los muros. Nuestra responsabilidad como estudiantes universitarios está siempre dirigida a pensar qué pasa en nuestros barrios populares y cómo acompañamos esa transformación, eso es clave para nosotros” dice Iñiguez. Quien también relata que muchos de los egresados, que han salido en libertad, hoy en día han llevado a la práctica lo aprendido, construyendo en sus barrios merenderos y bibliotecas populares.
Él recuerda que vivió un cambio cuando dejó de nombrarse sólo como preso. Primero fue estudiante universitario, luego sociólogo, después investigador. Es también actor y ha realizado una diplomatura en arte y gestión cultural. Hoy sigue estudiando, va por su tercera carrera: trabajo social. “Estudiar te permite posicionarte de una manera distinta dentro de la cárcel y respecto a las oportunidades laborales para después. Pero el impacto laboral no es solo para uno mismo, sino para nuestras familias, nuestros hijos. Ellos sufrieron mucho cuando uno estaba mal.Yo siempre le digo a los compañeros del CUSAM está bien que no se quieran recibir de sociólogos, de trabajadores sociales, pero lo ideal es que puedan adquirir todos los recursos que más puedan de este centro universitario y de los docentes que atraviesan a este espacio. De alguna manera el CUSAM dentro de la Unidad Penal 48 rompe con el paisaje de la cárcel, porque hay algo que opera de una manera muy potente y no pide permiso, se mete por todos los puertos de la piel y eso tiene que ver con la cultura carcelaria, la cultura tumbera. Entonces, de alguna manera el CUSAM viene a deconstruir esos valores” confiesa Iñiguez.
La propuesta de realizar Potestad surgió de una charla del director con Cristina Banegas. “Yo había visto la obra Potestad, actuada por María Oneto, dirigida por Brisky, en el año 2019. Quedé muy impactado por la puesta, por la interpretación. Dos años después lo veo a Iñiguez, actuando un texto de él. Creo que era una celebración sobre una conmemoración del 24 de marzo o algo así. Cuando lo ví, me pareció que él tenía que hacer esta obra, no había dudas y lo charlé con Cristina” dice Ostapow.
Iñiguez recuerda que lo que lo convocó de la obra en un principio fue como el mal puede ser perpetrado por personas comunes, hasta incluso conocidas. “ Eso nos pasaba acá con los agentes penitenciarios en un principio, en aquellos momentos que sufríamos tortura en manos de agentes penitenciarios que provenían de los mismos barrios de nosotros y que muchos de los pibes que se iban en libertad se los cruzaban en la peatonal caminando, eran vecinos”.
Una de las características del Centro Universitario es que los agentes pueden cursar carreras también en conjunto con los detenidos, lo que busca romper el antagonismo tradicional entre reclusos y personal de seguridad, promoviendo una convivencia y aprendizaje conjunto.
Iñiguez también destaca que le impactó cómo se trabaja en el material con el silencio y la complicidad. “Es importante tomar una postura frente a las injusticias. El sistema carcelario funciona como un verdadero desarmadero de la identidad. La obra invita a reflexionar sobre la identidad y cómo esta identidad puede ser construida y a la misma vez destruida, especialmente en contextos de violencia y de represión. Todos estos paralelismos venían a mi mente, a medida que iba recorriendo el texto y en los ensayos” concluye.
Ostapow suma que más allá de la estigmatización y fragilidad que tiene crear y producir en contextos de encierro, se ha encontrado con mucho talento y capacidad creativas en sus alumnos para abordar la obra. “Creo que el misterio del teatro tiene que ver con eso, es magnético, sus dimensiones son incalculables” dice.
Con el elenco tienen programadas dos salidas para realizar la obra fuera de la cárcel. Una será en el teatro de la UNSAM y la otra en el Excéntrico de la 18, la sala a cargo de Banegas, en la Capital Federal. Actualmente están gestionando los pedidos y avales correspondientes para que los jueces autoricen la salida.
También se podrá asistir durante septiembre a las funciones que se realizarán en la cárcel misma. A través de sus redes sociales se pueden solicitar los lugares @potestad.arg.
Este proyecto fue posible gracias al apoyo de la Secretaría de Cultura y Territorio de Unsam y la Escuela de Arte y Patrimonio de la Unsam también.