De una buena vez, el Club Universitario de Buenos Aires hizo honor a a sus siglas y votó a favor de la igualdad. Lo hizo en una asamblea de socies, en el que habilitaron la inclusión de mujeres en su sede histórica de la calle Viamonte. La elección salió 768 por la positiva (el 77,5%) y el restante (223 socios y socias) rechazaron la iniciativa en una reunión en la que no faltaron voces arcaicas que quisieron mantener todo tal cual está o incluso, volver a ser un CUBA solo para hombres.
Consumada la votación, el próximo paso será la adecuación de la sede. Es que hasta el cierre de la nota, las mujeres solo podían ingresar a Viamonte para participar de actividades "sociales y culturales", pero no para hacer deporte. Ahora se espera invertir más de 100 millones para reestructurar el subsuelo de la histórica sede (más de cien años de antiguedad) y habilitar un vestuario femenino.
Pero antes de esa remodelación primero vendrán modificaciones en los sanitarios y una vez que haya baños para mujeres quedará habilitado el uso común de los espacios deportivos para judo, taekwondo, aikido, esgrima, yoga, pelota y squash, además del bar y la sala de kinesiología.
Las mujeres no podrán acceder al gimnasio de pesas, el sector para clases de gimnasia, la sala de box, la cancha de parquet y la pileta hasta que finalicen las obras necesarias, cuya duración fue estimada en cuatro meses.
La votación tuvo lugar en la sede de Palermo, de la cual se suspendieron todas las actividades para centrarse en la histórica decisión.
El recuerdo de 2018
Hace ya seis años, el Club Universitario de Buenos Aires (CUBA) había aprobado en otra votaciónque las mujeres puedan ser "socias plenas". La decisión había sido, de nuevo, por la vía de la asamblea. En ese caso fueron 1648 votos a favor, 601 en contra y seis abstenciones.
La votación se realizó mediante el sistema de Boleta Única Electrónica. Dos tercios de los electores estuvo a favor de “la necesidad de reformar los artículos indicados en el punto y de incorporar los artículos transitorios Nº, I, II y III con el objeto de adecuar el Estatuto Social al Código Civil y Comercial de la Nación y admitir a la mujer como socia activa”. Después, cada artículo se aprobó a mano alzada y por mayoría simple.
El periodista Rolando Hanglin, socio vitalicio del club, fue una de las caras más visibles en contra de la reforma. “Creo que el club es el mejor, está bien como está. Equipo que anda bien no se toca”, opinó Hanglin poco antes de la votación. Otros socios tomaron la misma postura que Hanglin.
“Son unos dinosaurios”, se quejó un socio mayor de edad. “Nosotros tenemos hijas, tenemos esposa, no podemos seguir funcionando como en la época de las cavernas”, aseguró.