Desde Catamarca
Ayer se cumplieron 50 años de la Masacre de Capilla del Rosario, en la que 14 miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) fueron fusilados por la Policía de Catamarca, la Policía Federal y el Ejército, a 12 kilómetros de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, después de que fueran sorprendidos cuando intentaban copar el Regimieno Aerotransportado 17. Debido a que la justicia argentina mantiene libre a los genocidas, familiares de las víctimas harán una presentación oficial ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Desde el viernes 9 hasta este 12 de agosto se realizaron diversas actividades por el aniversario. El acto central se hizo en las puertas de la capilla ubicada en el departamento Fray Mamerto Esquiú, lugar donde se cometieron los asesinatos y donde hoy está el Sitio de Memoria Capilla del Rosario.
Antes del acto, en la Casa de la Memoria de Catamarca, hubo una charla con los abogados que llevan adelante la causa judicial, Bernardo Bugeau, Pablo Fresneda y Claudio Orosz, en la que se denunciaron incongruencias procesales. Los militares retirados Carlos Carrizo Salvadores, Mario Nakagama y Jorge Ezequiel Acosta fueron condenados a prisión perpetua el 8 de octubre de 2013, pero tres años después (9 de junio de 2016) fueron absueltos por la Cámara Federal de Casación Penal, que declaró estos que hechos no están comprendidos dentro del plan sistemático de eliminación de personas llevado a cabo por el Estado argentino en los años 70.
La fiscalía y las querellas apelaron este fallo de Casación y esperaron una resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que dejó pasar más de siete años para rechazar un recurso de queja.
Orosz recordó que el fallo de la Sala III de Casación Penal (dado por mayoría con los votos del juez Eduardo Riggi y la jueza Liliana Catucci, mientras que la jueza Ana María Figueroa confirmó la sentencia) afirma que estos hechos previos al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 no constituyen delitos de lesa humanidad, y afirmó que representa un "pésimo ejemplo de calidad democrática", sobre todo teniendo en cuenta que en el país hay numerosos antecedentes de sentencias judiciales en el país que declaran crímenes contra lesa humanidad a hechos previos al 76. Es por eso que los familiares de las víctimas realizarán en septiembre una presentación formal ante la CIDH.
Durante el acto oficial, y a lo largo de todas las actividades, se reiteró que la Masacre de Capilla del Rosario se enmarcó en el plan sistemático de eliminación de personas llevado a cabo por el Estado argentino. El 12 de agosto de 1974 fueron fusilados Antonio del Carmen Fernández, Hugo Cacciavillani, Rutilio Betancourt, Luis Roque López, Rogelio Gutiérrez, José María Molina, Mario Héctor Lescano, Juan Carlos Lescano, Juan Olivera, Roberto Jerez, Héctor Moreno, Luis Billinger, Raúl Sianz, Pedro Urbano y Alberto Rosales.
Orosz insistió en que quedó demostrado que "había un ataque a la población civil de manera sistemática y generalizada para exterminar al enemigo o al adversario político", característica que de los crímenes de lesa humanidad. "Es también lo que ha dicho la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuya jurisprudencia es obligatoria" en el país, remarcó. Incluso dijo que durante el juicio soldados describieron cómo se procedió a los fusilamientos cuando las personas estaban desarmadas.
"Necesitamos justicia"
Petrona López, sobrina de Luis Roque López, fusilado en la Masacre, ratificó que a 50 años del hecho continúan en la lucha por el pedido de justicia, a pesar de que la Cámara de Casación "dio vuelta esa sentencia tan importante para la reparación histórica del país y para reparación de todos los familiares". "(Los genocidas) no les respetaron la vida a pesar de que se habían entregado", recordó. Dijo que por eso recurrir a la CIDH es "una instancia más, y hasta lo último vamos a seguir pidiendo memoria, verdad y justicia, pero juicio y castigo, que sigue siendo de nuestras consignas fundamentales".
Su madre, Juana López, hermana de Luis Roque, revindicó durante el acto "la lucha de los compañeros que cayeron", y también ella aseguró que seguirán pidiendo justicia "porque siempre queremos llegar hasta las últimas consecuencias, necesitamos justicia, que no se borre la memoria y que alguna vez los familiares quedemos con un poco más de sosiego en este caso".
Por su parte, Andrés Fernández, hijo de Antonio del Carmen Fernández, subrayó que recurrir a un organismo internacional es para visibilizar las fallas judiciales en Argentina. "Acá se pudo lograr una condena y resulta muy raro que la justicia haya absuelto (a los autores), demostrando tener muchas contradicciones". "No hace falta que sea en dictadura" para cometer crímenes de lesa humanidad, aseguró.
Reafirmar la lucha y la democracia
Más de un centenar de personas asistieron al acto oficial que se desarrolló en las puertas de la capilla. Además de los representantes de la Secretaría de Derechos Humanos y de Género de Catamarca; del departamento de Fray Mamerto Esquiú; de sobrevivientes y familaires, y de organismos de DDHH de la provincia y la región NOA y Centro, sobresalió la asistencia de Mirta Clérici, quien junto a Ana Radusky y Jorge Alberto Perea, impulsaron la reactivación de la causa en 2004.
En el acto se leyó también un comunicado de los organismos de DDHH del NOA, que denunció la impunidad judicial y llamó a mantener viva la memoria, la verdad y la justicia, y el compromiso con la democracia: "venimos hoy a homenajear a aquellos militantes que lucharon por alcanzar una sociedad justa y solidaria, a reivindicar la vigencia de aquellas luchas", afirmaron. También repudiaron la visita de diputados libertarios a genocidas condenados.
De los más de 20 sobrevivientes de la Masacre, viven Teodoro Ramírez, Ángel Belisario Gutiérrez, Hipólito Mustapá, Mario Paz y Paulo Videla. Paz, además es miembro fundador de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez. Dijo a este diario que en un nuevo aniversario se expresan asegurando que una de las primeras reivindicaciones es reconocer que "siempre fuimos tropas argentinas, soldados de conciencia, somos militantes por la vida y por un proyecto de país diferente".
Mientras que Gutiérrez recordó a su hermando Rogelio, asesinado en la Masacre: "Éramos conscientes de que corríamos el riesgo, porque fue un gran desafío que nosotros enfrentamos, un desafío que para nosotros es histórico", dijo antes de reflexionar que entre los desafíos actuales se destacan la soberanía nacional y la justicia independiente.