En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cuestionó al Gobierno de Javier Milei. Aseguró que “no hay un dato que sea saludable en la economía del pueblo” y catalogó como “desastre moral” el rol de los medios de comunicación que llenan sus pantallas de la denuncia contra Alberto Fernández, pero no hablan del hambre que padecen millones de personas en el país.
El editorial de Víctor Hugo Morales
La descripción de Milei es precisa. El drama que hoy cuenta UNICEF, sobre el millón de niños que en la Argentina anoche se acostaron sin cenar, y esta noche se acostarán sin comer, es una de las consecuencias más graves de las mencionadas por Milei.
Milei dice lo que sucede con el Riesgo País a 1600, y hace meses que va de 1550 a 1700. Los meses de Milei. Por eso es que nos tienen con los temas que dominan la escena. Porque no hay un dato que sea saludable en la economía del pueblo, pero mucho menos en la pobre vida material de los más vulnerables.
El desastre neoliberal de Milei se corresponde con el desastre moral de los medios. Que sustituyen el título de un millón de niños que se acuestan con dolor de hambre, con desesperación y resentimiento de hambre, y lo cambian.
Podemos corroborarlo parándonos en cualquier quisco a mirar la pila de diarios. El título no contempla que un enfermero gana menos de 500 mil y gasta en transporte 2.500 pesos por día. O lo que dice Zaiat sobre el consumo caído a pedazos.
O Milei, al que vamos a escuchar diciendo que no tocará las tarifas hasta recuperar el salario, mientras Luciano Fusaro, empresario de los colectivos, dice que en septiembre se acaba también el subsidio en Ciudad.
Los títulos no hablan de los universitarios en su segundo día de paro porque están con el salario más bajo en los tiempos de la democracia. Más de 40 años. Los títulos no se ocupan de niños con hambre.
Van por el lado de explicar que el juez ideal para el caso Alberto Fernández es el corruptísimo Ercolini, pasajero del diario de la mafia en el viaje a Lago Escondido, escondedor de facturas truchas y complotador contra la justicia que debía juzgarlo.
Porque si el sistema no se asegura la injusticia, es posible que las cosas fueran distintas. Que a los niños que menciona UNICEF les vaya mejor. Pero ellos, la elite, perderían lo que Milei y Ercolini de distintas maneras le protegen. El riesgo país es riesgo moral de perder hasta la última gota de decencia.