Los lectores de esta columna son conscientes de la importancia de los medios de comunicación locales. Y de que el periodismo local en nuestro país está en tránsito a su desaparición, generándose lo que se denomina “desiertos informativos”; es decir, ausencia de cobertura periodística sobre la realidad local en amplias zonas del territorio nacional, como demuestra una investigación del Foro de Periodismo Argentino (Fopea) de 2021.
A medida que los periódicos se reducen o cierran, los “desiertos informativos” se extienden rápidamente por todo el país y decenas y decenas de comunidades ya no tienen ningún tipo de cobertura mediática local. Esta creciente brecha informativa -como demuestran distintos estudios- perjudica de manera desproporcionada a las comunidades, colocándolas territorialmente en la marginalidad. Se trata de periódicos que han aportado al aglutinante social que ha dado vida e identidad a las comunidades como lugares donde las personas se ven a sí mismas participando en una construcción conjunta con personas a las que conoce, comprende y por las que se preocupa. Lamentablemente, eso se está desintegrando.
Esta crisis estructural del periodismo no hará sino agravarse. Como los ingresos por publicidad de los periódicos disminuyen, la información ya no es viable en muchos mercados y comunidades. Además, y gracias a Internet, el modelo de negocios del periodismo comercial basado en la publicidad como fuente principal de ingresos hoy es insuficiente.
Si bien siempre ha habido importantes déficits democráticos en el periodismo argentino, cada vez resulta más evidente que un sistema de prensa puramente comercial no puede satisfacer las necesidades básicas de información y comunicación de una sociedad democrática.
Dado el fallo sistémico del mercado, que hunde al periodismo local, es especialmente urgente crear una red pública de seguridad para mantener a los medios de comunicación locales independientes, competitivos y profesionales. El modelo de negocio dependiente de la publicidad que sostuvo al periodismo comercial históricamente se ha derrumbado de manera irremediable. Se necesitan entonces alternativas sistémicas.
Hasta el momento, todos los esfuerzos por encontrar un nuevo modelo que haga sostenible el periodismo local dentro del enfoque comercial no han dado los resultados esperados. La única opción viable es que el financiamiento provenga del Estado.
Dado que el objetivo es contar con medios política y económicamente independientes, cualquier política viable del apoyo al periodismo local debe contemplar un mecanismo de asignación de fondos basado en parámetros que garanticen el inicio de una renovación del periodismo. Esto implica que no habrá supervisión ni control de contenidos para asegurarse que es un “buen periodismo”. El único requisito será la predominancia de los temas locales.
Ampliando, para la construcción de un sistema público de medios que suministre contenidos de calidad resulta conveniente: regular los medios de comunicación a través de obligaciones de servicio público, como la imparcialidad y la determinación de las necesidades de información de la sociedad; establecer estándares profesionales que protejan a los periodistas de las operaciones comerciales; gestión comunitaria de las redacciones.
Por supuesto, proporcionar a la nación una prensa libre y confiable cuesta dinero. Pero ya no tanto gracias al inmenso ahorro de costos que supone la revolución digital y al hecho de no tener ánimo de lucro. De esta manera podremos contar en cada comunidad con medios con el financiamiento necesario.
La financiación pública convertirá a los medios locales en un bien público que, al no estar sostenidos en una lógica comercial, no privilegian a quienes pueden pagar o a quienes los anunciantes desean alcanzar. En otras palabras, este tipo de medios se guían por una misión universal: buscar y proporcionar información para todos los miembros de una comunidad. La otra ventaja clave está relacionada con la recuperación de la confianza hacia el periodismo.
La lucha por un sistema de medios públicos independiente no termina con la financiación. Una vez creadas las condiciones materiales para este nuevo sistema, es necesario plantearse la gobernanza de una gestión de medios eficaz y eficiente, auditado por la comunidad.
Este planteo requiere asimismo la promoción de un debate político que modifique un sentido común que hace que los argentinos, a pesar de reconocer en general que la democracia requiere de medios locales y comunitarios, albergan una actitud negativa hacia las subvenciones gubernamentales al periodismo.
*Editor de Esfera Comunicacional