Al día siguiente de que el gobierno provincial abriera la semana con el anuncio de que su semestre había cerrado con superávit financiero, la economía real se hizo presente. Un análisis sobre cifras oficiales indica que entre diciembre de 2023 y el mes de mayo último, en la provincia de Santa Fe se perdieron casi 12.000 puestos de trabajo registrado. En la cuenta de la Secretaría de Trabajo de la Nación, esta provincia es el tercer distrito de Argentina que más ha sufrido las consecuencias del modelo económico que dirige Luis Caputo.
Los datos corresponden a un trabajo del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) en base a información del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
La destrucción del empleo formal entre diciembre y mayo asciende a 14.700 puestos si se toma un criterio desestacionalizado, o sea sin contemplar las altas y bajas que se dan por circunstancias coyunturales como sucede con el comercio cuando toma personal extra para cubrir ventas por las fiestas de fin de año. Pero con el criterio desestacionalizado, el impacto en Santa Fe ha sido de 11.876 empleos menos. La variación interanual es negativa en un 2,5%, mientras que respecto del mes de abril es de -0,3%. A mayo, había en Santa Fe 509.600 personas ocupadas.
Aldana Denis, economista del CEPA, marcó que la tendencia del mercado laboral santafesino fue de ascenso hasta agosto de 2023, y que desde entonces vino en declive a tono con el contexto nacional. Primero por goteo, luego con mayor rapidez una vez que el modelo Milei hizo pie: de a cientos entre setiembre y noviembre, y ya desde enero a razón de 2700 puestos por mes, otros 2000 menos en abril, 1700 menos en mayo.
Construcción, comercio e industria son los sectores que más padecen el impacto, y la consecuencia es notable por cuanto se trata de, los dos últimos, las ramas de la economía que ocupan al 40% de la masa laboral. "Cualquier proyecto económico que afecte a esos sectores producirá un impacto a nivel empleo –señaló Denis–. La industria a nivel nacional perdió 22.000 puestos laborales desde la asunción de Javier Milei; la construcción perdió 64.000 puestos, y el comercio unos 6.600 puestos menos. Esa es la explicación para la destrucción del empleo, por los sectores más afectados por la crisis en general y el modelo económico en particular".
No solo la construcción y la industria manufacturera. También la hotelería y gastronomía achicó personal. El sector servicios y el comercio, al menos en Santa Fe, tienen relativa estabilidad.
Un relevamiento del CEPA detecta que la mayoría de los despidos –el 74%– se dan en empresas que emplean a más de 500 trabajadores. Es decir, están en proceso de reducción pero no de cierre.
Distinta suerte a la del sector pyme. De las 7.860 bajas que se han dado en el registro de empleadores del SIPA, el 99% son empresas que tienen menos de 500 trabajadores.
Con este panorama, las cifras interpelan el deterioro de la capacidad de compra del salario. Y dialogan con otro estudio como lo es el de las ventas en supermercados, donde el rubro Electrodomésticos se ha desplomado por completo. "Es un círculo vicioso, la situación que atraviesa la industria de línea blanca, significativa ahí en Rosario, se explica entre otras variables por esta retracción del consumo por la pérdida de poder adquisitivo", razonó la economista consultada.
La disminución del universo de empleados registrados del sector privado tiene su correlato en otras estadísticas. No hay desagregados por provincia, pero a nivel nacional, citó Denis que se perdieron 123.000 puestos en el sector privado y 37.000 en el sector público, durante el período analizado. Asimismo, disminuyeron 15.683 empleos en casas particulares. Pero el trabajo independiente autónomo aumentó 27.976 registros, y 70.592 monotributistas más. Una clara tendencia hacia la informalidad laboral.