Fabiola Yañez se conectó a un Zoom desde España y, frente al fiscal Ramiro González, ratificó las acusaciones que ya había realizado contra su expareja, el expresidente Alberto Fernández, por violencia de género. Yañez repitió todo lo que había escrito en el documento de 20 páginas que había presentado el día anterior junto a su abogada, Mariana Gallego, pero añadió más detalles. Dijo, por ejemplo, que una vez el exmandatario “la agarró del cuello”, según comentaron a este diario. A lo largo de las cuatro horas que duró la comunicación, Yañez se quebró tres veces. Y aportó fechas más precisas de las que ya se conocían o estimaban. Dijo que el golpe en el ojo, que Fernández le habría pegado estando en la cama de la Quinta de Olivos, fue el 13 de agosto de 2021. También que el primer golpe que le propinó su pareja fue en el año 2016. Por último, la exprimera dama prometió aportar más chats al expediente y dio nombres entre los que volvió a repetir el del médico presidencial, Federico Saavedra, entre otros.

Durante la conversación con González, según supo este diario, Yañez se tomó el tiempo necesario para describir cinco o seis hechos de violencia que Alberto Fernández habría cometido contra ella desde el año 2016 hasta la fecha. De esos episodios tres habrían sido con violencia física. Dos de ellos ya eran conocidos: uno fue, dijo, el que le provocó el hematoma en el ojo del cual se conoció la foto por los chats que fueron publicados entre ella y María Cantero, la secretaria personal de Fernández.

Tal como contó en el escrito del lunes, Yañez también dijo que el golpe en la cara habría ocurrido luego de una discusión que ella y Fernández tuvieron en la habitación que compartían en la Quinta de Olivos, cuando aún dormían juntos y antes de que ella se traslade a la casa de huéspedes. Esta vez, en tanto, agregó que ese episodio ocurrió el 13 de agosto de 2021. Es decir, cuando ella ya estaba embarazada de Francisco.

En las redes sociales de la primera dama hay un posteo del 12 de octubre en el que ella cuenta que estaba transitando la semana 12 de embarazo, es decir, el 13 de agosto ya llevaba casi dos meses de gestación. Al día siguiente del que Yañez marca como el del golpe en la cara, es decir, el 14 de agosto, ella subió a sus historias una foto durante la presentación de la segunda edición del Previaje 2021-2022, en la que se la veía agarrándose la panza y, desde ese momento comenzaron a circular rumores que consignaban que ella estaba embarazada. La noticia finalmente fue confirmada mediante un comunicado de la unidad médica presidencial, con la firma de Federico Saavedra, poco más de un mes después: el 23 de septiembre.

El otro episodio de violencia física que Yañez relató fue el que le habría generado el moretón en el brazo, al lado de la axila, que también se ve en las fotos que ella le envió a Cantero, y que son parte del expediente judicial. El día anterior había contado que eso ocurrió luego de un viaje a Chapadmalal, cuando descubrió videos de él con mujeres en un celular que le habían dado al hijo de ambos. Después de eso, remarcó, “empezaron los cachetazos casi diarios”.

El tercer episodio es uno que no estaba en la declaración de 20 páginas. Ahora relató que el expresidente la tomó del cuello. También se refirió al tratamiento y la ayuda que recibió en el año 2017 en el Instituto de Neurología Cognitiva Ineco, fundado por Facundo Manes. Además explicó que, como consecuencia de los episodios de violencia, comenzó a consumir alcohol y marihuana, y agregó que el expresidente también tomaba bebidas alcohólicas, algo que públicamente él y su entorno siempre negaron. Decían que era abstemio. Yañez también acusó a su expareja de organizar la famosa “fiesta de Olivos” durante la pandemia y relató que después de eso “empezó un calvario”.

Además de mencionar a Saavedra, que fue el médico que, según ella, la atendió cuando sufrió al menos uno de los golpes y le dio medicación para que le baje la inflamación que tenía en un ojo, en el escrito del día anterior, Yañez había mencionado a la exministra de las Mujeres, Ayelen Mazzina, como una de las personas del entorno del mandatario que sabía y estaba al tanto de la violencia que ella sufría. Lo volvió a repetir y dijo que podía aportar chats.

Mazzina, en tanto, salió a defenderse en redes: “Nunca estuve al tanto de la situación de violencia denunciada por la exprimera dama. Me pondré a disposición de la Justicia, que es quien debe investigar, porque no puedo permitir una falsedad sobre lo que sucedió ni que se banalice la violencia de género”.

Las declaraciones de las abogadas

Después de la declaración de Yañez, las abogadas de ambas partes salieron a hacer declaraciones a la prensa. Gallego contó que Yañez “pudo declarar, se sintió muy bien, muy apoyada y acompañada por toda la prensa, por la gente y, sobre todo, por la UFEM (Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres) , la fiscalía y el juzgado que está interviniendo”. Por último remarcó: “ahora solo resta confiar en la Justicia y seguir los pasos procesales”. Consultada acerca de si será necesario ampliar el testimonio de su representada, indicó: “No creo que haga falta que vuelva a declarar”.

El día, sin embargo, había comenzado con un conflicto porque Fernández, mediante su abogada, Silvina Carreiras, había solicitado estar presente en el Zoom. El juez Julián Ercolini, sin embargo, decidió rechazar el pedido. Al terminar la reunión de Zoom, Carreiras aseguró que la declaración de Yañez “no era válida” y remarcó: “Si puede prestar una declaración televisiva de muchas horas y exponerse públicamente ante toda la sociedad, entonces no la revictimiza tanto la situación, ¿por qué no permiten las preguntas de esta defensa?”.

El fiscal ahora tiene que decidir qué delitos imputa: podrían ser lesiones leves , graves o gravísimas. También hay una discusión sobre la jurisdicción donde debe tramitar la causa (no sólo si es ordinaria o federal). El fiscal tiene varias personas para llamar a declaración testimonial y pediría documentación como la historia clínica de Fabiola.