A veces, las páginas de una historieta pueden ser un refugio. Un viaje a mundos distantes. Otras, un recorrido por la realidad más cercana. Cualquiera sea el caso, durante cuatro días las viñetas argentinas tendrán sede en Rosario, porque desde el jueves 15 hasta el domingo se celebrará la 13º edición de la fundamental convención internacional Crack Bang Boom, que reunirá a creadores de todo el país y del extranjero con sus públicos. El epicentro de la actividad será en el corredor que construyen el Galpón de la música, el Centro de Expresiones Contemporáneas y el Galpón de la Juventud (todo en torno a la desembocadura de la calle San Lorenzo con el río), aunque también habrá actividades en otras sedes, como el Cine Lumiere o la Sala Lavardén.

Entre los invitados, destacan especialmente el guionista norteamericano Jeph Loeb y el editor brasileño Sidney Gusman, responsable, entre otros títulos, de la versión actual de la legendaria Turma da Monica. Entre los autores nacionales sobresalen Esteban Podetti, Rocío Zucchi Yakubecki, Cristian Mallea y Agustina Casot.

Crack Bang Boom se destaca por su intensa actividad, tanto durante los horarios oficiales de la convención como en su previa y sus noches. Desde su primera edición el encuentro rosarino se convirtió no sólo en el más convocante de los eventos donde la historieta tiene un rol central, sino también en un punto insustituible del calendario comiquero anual, pues concentra el lanzamiento de un sinfín de títulos de editoriales de todo el espectro. Al respecto, el multipremiado dibujante Eduardo Risso, titular de CBB, destaca que como siempre “pretendemos darle cabida a todo lo que es lo nuevo en la industria nacional, por supuesto siempre tratando de traccionarla o al menos alentarla, y CBB como siempre es un lugar de referencia para lanzamiento de nuevos títulos, así que esperamos que este año sea particularmente interesante”.

En cuanto a Jeph Loeb, Risso señala que es “muy reconocido en Estados Unidos” no solo por sus trabajos en cómic junto a Tim Sale, sino que “también incursionó en el cine”. “Para mí ese tipo de personas siempre enriquecen con lo que nos puedan contar acerca de lo que está sucediendo en un mercado tan dinámico como es el americano”, comenta. Loeb trabaja tanto para las pantallas como para el papel. En TV y cine guionó desde Teen Wolf (en 1985) hasta Smallville, Lost, y las series de Marvel para Netflix, entre otros muchos títulos.

“En el caso de Sidney Guzmán que es el editor de Tourma da Mónica, él le dio un vuelco muy importante a esa editorial desde su ingreso hasta el punto que hoy ya no solo están publicando su producto que le va muy bien, con un estilo muy renovado sino que está incursionando en títulos de autores independientes, eso a mi parecer resulta muy importante porque él viene a ver portfolios y proyectos con la intención de que si algo vale la pena se lo puede llegar a publicar en Brasil”, agrega.

Mucho más allá de ser una simple feria de editoriales, la Crack se realiza siempre en torno a fechas espaciales, como la del Día de las Infancias, algo que siempre se capitaliza con la realización del concurso de cosplay en una pasarela en plena rambla junto al río Paraná. Como parte de esto, Risso cuenta a Página/12 que esta edición habrá muchos talleres dedicados a los más pequeños, que se sumarán a los habituales para dibujantes en formación. “También hemos cursado muchas invitaciones a los colegios, sobre todo de nivel nacional, provincial y municipal, sé que vamos a tener mucha afluencia de parte de las escuelas”, anticipa.

Otro punto fundamental del evento es la entrega de los Premios Trillo, que reconoce a lo más granado de la historieta vernácula. Un jurado de preselección –integrado, entre otros, por los periodistas de Página/12 Diego Trerotola y quien esto escribe, y de Rosario/12 Leandro Arteaga- nominó publicaciones de 2023 que luego fueron votadas por un jurado integrado por todos los invitados de las ediciones anteriores de Crack Bang Boom. Entre las muchas categorías destaca la pugna en el rubro Mejor Obra para Público Adulto, que tiene ocho aspirantes al galardón: Aquelarres (por Patricio Oliver), El animador (Juanungo), Guía básica para sobrevivir explosiones (Cristian Blasco e Ian Debiase), La gran estaca (Tony Ganem), Las locas (Dolores Alcatena), Naúfrago Morris (Pablo Franco y Lautaro Fiszman, Volver (Nacha Vollenweider) y Walicho (de Sole Otero).

CBB es desde hace años fruto de la colaboración público-privada. A la iniciativa de una serie de profesionales y devotos de la historieta se suma el apoyo estructural del Municipio. En los últimos años, además, sumó la asistencia de la provincia y autoridades de los dos estamentos estatales asistieron al lanzamiento para prensa de la convención. Risso destacó esto y afirmó que el hecho de que CBB “funcione todos los años a pesar de todo es algo loable. Nosotros estamos sumamente agradecidos por eso”. 

Por su parte, el secretario de Cultura y Educación de Rosario, Federico Valentini, dijo que “en un año donde vemos muchas retracciones, donde vemos muchos cuestionamientos a la cultura a nivel nacional, en Rosario estamos convencidos de que hay que apostar por la cultura. La mejor manera de reconstruir una ciudad, es devolviendo a cada rosarina y rosarino la posibilidad de sentirse seguro en el espacio público. Esto es mucho más que un evento cultural. Es despertar el interés por algo que para muchos termina siendo su profesión, una posibilidad de trabajo. La ciudad de Rosario se merece que pasen estas cosas y el Estado debe estar presente para acompañar”. 

Es el primer año que Valentini está en funciones y tiene vínculos con la convención, pero su relación está marcada por el acuerdo que la Ciudad firmó con los organizadores para apoyar el encuentro más allá de los vaivenes de la política. Razones, desde lo material, no faltan: desde hace tiempo Crack Bang Boom es también un evento de referencia para el calendario cultural rosarino, uno de sus más convocantes, y al que se acerca gente de todo el país. Por eso, afortunadamente, en Rosario se puede decir: continuará.