La empresa estatal Intercargo presentó una denuncia ante la Secretaría de Trabajo de la Nación contra la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) por causar demoras en la entrega de equipaje en el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery. Si bien la acusación habla de "medidas de acción directa", representantes gremiales de la compañía encargada de los servicios de rampa aseguran que no se trató de ninguna medida de fuerza, sino que se debió a "la desidia del Estado". Otra muestra más de las claras consecuencias del paso de la motosierra del gobierno libertario, que dejó a la empresa sin personal y sin equipamiento.

La compañía nacional encargada de la asistencia en tierra a las principales líneas aéreas del mundo en vuelos de cabotaje e internacionales, a cargo de Fernando Montes, solicitó a la secretaría de Trabajo que sancione a los empleados, "a los efectos de mantener la paz social".

 Los atrasos generaron la molestia de los pasajeros que buscaban embarcar o desembarcar. 

Sin embargo, los empleados y representantes gremiales de Intercargo aseguran que estas demoras no fueron causadas por una huelga, sino que son el resultado directo de los severos recortes presupuestarios y la falta de mantenimiento a los equipos, por parte del gobierno. 

De acuerdo con la denuncia que hizo la empresa estatal, la medida de fuerza de los maleteros, a la que calificó de "intempestiva", afectó la atención de vuelos de aerolíneas como JETSMART, FLYBONDI, GOL y LATAM. Estas demoras derivaron en algunos incidentes con los pasajeros en la terminal, lo que motivó a Intercargo a pedir la aplicación de sanciones para "mantener la paz social".

Contrario a las acusaciones de la empresa estatal presidida por Fernando Montes, los empleados de Intercargo explicaron a Página|12 que el problema no fue una medida de fuerza, sino una crisis operativa provocada por la reducción drástica de personal y la eliminación de horas extras.

"No fue un paro ni una huelga, es la desidia del Estado"

Daniel Gordillo, representante de Intercargo, remarcó que "no fue un paro ni una huelga. Esto es el resultado de la desidia del Estado. No compran repuestos ni acondicionan el equipamiento necesario para trabajar". En este sentido, el referente gremial detalló que los recortes en personal y horas extras llevaron a una "situación insostenible".

"Una máquina que frena los aviones tiene roto un resorte y no lo solucionan. No compran ni los aceites necesarios para las máquinas. Con lo que hay, no podemos cubrir la demanda", explicó. La falta de mantenimiento y los despidos generaron un colapso operativo, lo que complicó la situación en el aeropuerto.

En este punto, el empleado de Intercargo criticó la falta de respuesta del gobierno, alegando que las autoridades de la compañía están al tanto de los problemas pero que no han tomado medidas al respecto. "El presidente de la empresa sabe lo que está pasando, pero no da respuestas hace semanas. Todo está registrado, pero nadie actúa", denunció. 

Gordillo también advirtió sobre posibles repercusiones internacionales ante la desidia por el deterioro de los equipamientos y la faltas de medidas de seguridad en los aeropuertos nacionales, mencionando que una organización global de calificación de aeropuertos podría evaluar negativamente la situación. "Dentro de poco, vendrán a evaluar y los aeropuertos nacionales no están en condiciones. Esto es grave", concluyó. 

La denuncia de Intercargo refleja una crisis operativa severa causada por recortes estatales y una gestión ineficaz. La falta de inversión en personal y mantenimiento desencadenó en demoras y conflictos en el aeropuerto, una situación que, de no tener respuesta por parte del gobierno, se verá replicada en las próximas semanas. 

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