Los dólares financieros cerraron este miércoles en los 1268 pesos, al tiempo que el dólar blue bajó 5 pesos para ubicarse en 1355. También subieron los bonos soberanos y las acciones de la bolsa porteña. A pesar del rebote en los activos bursátiles y menores presiones cambiarias, los inversores mantienen la cautela. Eso se observa con un nivel de riesgo país que no baja de los 1500 puntos.
El Banco Central compró 33 millones de dólares y encadenó seis jornadas consecutivas con saldos netos positivos. Sin embargo, las reservas brutas de la autoridad monetaria bajaron 11 millones hasta 27.571 millones. Se trató de la primera baja en cuatro ruedas. El equipo económico no consigue recuperar el ritmo de acumulación de reservas de la primera parte de este año y es uno de los principales interrogantes del mercado en los próximos meses.
El presidente Javier Milei intentó en sus últimas declaraciones dar señales vinculadas con las deudas en moneda extranjera. Este miércoles repitió que el principal objetivo del equipo económico es el déficit fiscal cero, al mismo tiempo que mencionó que “Argentina no tomará nueva deuda (externa)”. Sin embargo, los inversores, más allá de las palabras oficiales, muestran una importante desconfianza, lo que se observa en los datos del riesgo país.
El indicador que elabora el JP Morgan se mantuvo este miércoles en 1515 puntos, y los bonos soberanos en moneda extranjera no logran subir en forma sostenida por encima de paridades del 45 o 50%. La principal causa es que la Argentina sigue sufriendo el problema de la restricción externa (o sea, de la escasez de divisas).
El gobierno al inicio de su gestión estaba convencido que iba a poder conseguir dólares frescos para levantar los controles cambiarios y evitar mayores rondas de devaluación en el tipo de cambio oficial. Sin embargo, con el correr de los meses empezó a percibir que no tiene fuentes claras de divisas. Eso llevó a un cambio de discurso evidente: ahora asegura que su prioridad no es sumar reservas sino barrer pesos de la economía.
Vinculado a este último punto, el Tesoro anunció una nueva colocación de deudas en moneda local. Se adjudicaron 1,59 billones de pesos, y se recibieron ofertas por 4,45 billones. “El producido de esta licitación, por encima de los vencimientos de 1,26 billones, será utilizado para la compra de títulos en cartera del BCRA continuando con el saneamiento de su hoja de balance”, dijeron en el Palacio de Hacienda.
En detalle, se precisó que la colocación de deuda en pesos fue por una Lecap con vencimiento en junio del próximo año a tasa mensual efectiva del 3,95%. “En línea con la baja de expectativas de inflación, se logró una baja de la tasa nominal con una mejora en el perfil de vencimientos. De esta manera, se resolvió dejar el resto de los instrumentos ofrecidos desiertos”, aseguró el equipo económico.
A pesar de las declaraciones del gobierno, la inflación sigue en niveles muy elevados cuando se lo contrasta con el impacto que acumula la actividad económica. El Indec publicó que la inflación de julio fue del 4 por ciento, por encima de las expectativas del gobierno, que planteaba que el número iba a empezar con 3, y que para septiembre ese número podría comenzar directamente con 1.
En el mercado no creen que la caída de los precios sea rápida y se considera que la inercia en torno del 4 por ciento será compleja de desarmar. Se estiman aumentos mensuales parecidos al de julio hasta finales de este año, lo cual genera problema para la política cambiaria del gobierno. Al tener un tipo de cambio oficial que sube 2% mensual, las tasas de inflación provocan más presiones sobre la paridad real.
Esto último se traduce en nuevas expectativas de devaluación, menores liquidaciones del complejo agropecuario, más dificultades para acumular reservas internacionales y cada vez más incertidumbre para la economía local.