Qué es lo que sucede después de la muerte es uno de los grandes enigmas de la humanidad. Según las creencias religiosas, culturales y espirituales de cada cual, las repuestas son tan variadas como incomprobables. La cuestión del alma no tiene respuestas absolutas, mucho menos si lo que se quiere es encontrar pruebas científicas. ¿El alma existe? Si se acuerda de que sí, ¿muere, o acaso es inmortal y resetea su memoria ante cada fallecimiento para reencarnar en nuevos cuerpos? Esas son algunas de las preguntas que sobrevuelan la trama de Privier, la serie con la que Luzu TV se convirtió en el primer canal de streaming en vivo en estrenar contenido de ficción on demand en su programación. Un acontecimiento que vale la pena ser analizado, en tanto que se trata de un medio “no tradicional”, que construyó su audiencia mediante un lenguaje propio, y que ahora sumó un formato clásico a su propuesta.

El arribo de una ficción bajo demanda -sin horarios, a gusto del consumidor- al canal de streaming más visto del país no es un dato menor. En pleno reacomodamiento del sistema mediático, de nuevas y voraces audiencias y de las formas de consumo de la información y el entretenimiento, el estreno de Privier en Luzu TV es una apuesta a la que hay que prestarle atención. No solo a partir de lo que propone artísticamente sino también de cómo se comporta su audiencia ante el arribo de una serie de seis episodios de 50 minutos cada uno, acostumbrada al contenido en “vivo” y a la posibilidad de reaccionar y participar de lo que ve de manera inmediata. La ficción on demand, a la que desde el martes pasado se puede acceder ingresando al canal de Luzu TV en YouTube, es una apuesta a generar otro tipo de vínculo entre los antiguos seguidores y el contenido.

En ese contexto, Privier propone una narrativa que nada tiene que ver con los temas, el ritmo y el lenguaje del vivo de la programación de Luzu TV, donde todo es charla anecdótica, debate de temas cotidianos y entrevistas que casi no tocan temas densos como la política o la economía. Ese formato “vivo” que atrae diariamente a cientos de miles de jovenes, interpelándolos como no lo hacen buena parte de los programas de radio o televisión tradicionales, suma ahora una ficción mas cercana en su ritmo y narrativa a estos últimos que al medio que la produjo, y la ofrece de manera gratuita. Privier es, tal vez, el contenido que sintetiza con mayor elocuencia el encuentro entre el universo de lo nuevo y con lo viejo.

La ficción protagonizada por Alberto Ajaka, Viviana Saccone, Claudio Tolcachir y Mónica Antonópulos asume el riesgo de contar una historia cercana a la ciencia ficción, con altas dosis de fantasía, géneros no muy comunes en la industria audiovisual argentina. Bajo una estética cuidada, en la que se destaca una hermosa fotografía e impecable recreación de época, la ficción se centra en Privier (Ajaka), un profesor de astronomía al que desde muy pequeño lo atrapó la incertidumbre alrededor de la muerte y lo que pasa después con el alma de quien fallece. Su atracción por el funcionamiento del universo y de la vida humana lo convirtieron en su infancia en un chico “raro”, de esos que sufren del bullying por sus compañeros de colegio o natación, aunque nadie ni nada le hizo modificar sus intereses. Un chico con una capacidad sensorial diferente, con un padre misterioso que en los '70 desaparece de su casa por largos períodos de tiempo (sin mucha explicación, aunque con indicios de activista político), y una madre contenedora que habla con sus silencios y vive para él.

Esa atracción por el funcionamiento de las cosas lo lleva, años más tarde, a estudiar astronomía, área en la que se convierte en un particular profesor universitario. Ni siquiera la cotidianidad pedagógica lo hizo abandonar la obsesión que lo persigue desde siempre: si las almas son inmortales, ¿es posible recuperar los recuerdos de vidas pasadas? Privier cuenta la aventura de ese niño devenido profesor en su afán de poder acceder al recuerdo de sus vidas pasadas, poniendo en riesgo su propia existencia con el desarrollo de un experimento que no le permite simplemente viajar en el tiempo, sino que lo coloca en determinadas situaciones pasadas y también futuras. La ficción narra ese recorrido personal que emprende para lograr satisfacer su obsesión, en una trama que transcurre en tres tiempos de relato: los años '70 cando tiene 8 años, los '90 y el presente de la historia, cercana a la mediana edad de Privier. Incluso, a medida que avanzan los episodios, el relato se abre a una dimensión futurista.

“Aquél que pretenda caminar sin riesgos no está escapando de la muerte; está escapando de la vida”. La voz en off de Leonor Benedetto, que inaugura y cierra cada uno de los seis episodios, le imprime a Privier un halo de misterio, en una historia en la que la emotividad y la intriga se entrelazan en los distintos tiempos de un relato convencional, pero que se anima a jugar con la imaginación y los diferentes tiempos históricos. Sin rehuir a los elementos oníricos, extrasensoriales, incluso multidimensionales, Privier es un canto a la libertad artística, actuada por un elenco que se completa con Diego Castro, Alejo García Pintos y Camilo Rauch.

“Es una serie en el que el tratamiento estético fue fundamental”, le explicó a Página/12 Nicolás Tuozzo, el director de Privier. “Trabajamos cada época con distintas tonalidades de colores: los años '70 tienen colores más cálidos y beige, y a medida que los tiempos avanzan se vuelven más blancos y azulados, abstractos. El arte y la luz nos permitieron trabajar los viajes a la Escocia del 1100, a la época del renacimiento en Francia y al 3500 a.C. en Egipto. La dimensión onírica se percibe en las transiciones de los viajes de las almas de Privier hacia otras épocas, con texturas de imagen muy peculiares. Y por último, generamos otro lugar fantasioso, descontextualizado del día y la noche, sin tiempo, como es el limbo, esa zona que está a mitad de camino entre la vida y la muerte, ese lugar a la que van las almas antes de reencarnar”.

No deja de ser paradójico, o acaso se trate de un síntoma de estos tiempos: con Privier, los canales de streaming empiezan a ofrecer el contenido de ficción que la TV abierta abandonó desde hace unos años, ante un escenario en el que las plataformas on demand internacionales monopolizaron el género con producciones millonarias. Habrá que estar atento a ver cómo se desarrolla el género en estos nuevos medios, si acaso encuentran en estos canales sin pasado y dispuestos a explorar flamantes opciones de entretenimiento mayores espacios para la creatividad y el riesgo artístico. La respuesta hasta el momento es buena: el capítulo estreno de Privier, titulado "Bólido", tiene ya más de 130 mil visualizaciones en las primeras 36 horas de estar disponible en YouTube. No es poco para un experiencia impensada tiempo atrás.