Los vuelos fueron suspendidos temporalmente este jueves en el aeropuerto de Catania, en la isla italiana de Sicilia, después de que sus pistas quedaran cubiertas de cenizas por una erupción del volcán Etna que en su fase más intensa dejó una columna de humo de 9,5 kilómetros de altura.
La erupción de este volcán, el más activo de Europa y que volvió a tener actividad entre el miércoles y este jueves, produjo también una explosión de lava. Las cenizas que expulsó cubrieron tanto la ciudad de Catania como su aeropuerto. Esto obligó a cerrar el espacio aéreo y a suspender temporalmente las llegadas y salidas de aviones. Actualmente se limpian las pistas y las operaciones de vuelo se reanudarán una vez la infraestructura esté en buenas condiciones.
A raíz del cierre, varios aviones que debían aterrizar a Catania fueron desviados al aeropuerto de Palermo, capital de Sicilia, en la zona noroeste de la isla, que estos días recibe a gran cantidad de turistas en plenas vacaciones de agosto.
Las lluvias de ceniza del Etna cubrieron tanto las localidades en las cercanías del volcán como la propia ciudad de Catania. Su alcalde, Enrico Trantino, vetó circular por la ciudad durante las próximas 24 horas a vehículos de dos ruedas como motos mientras prosiguen las tareas de limpieza de la ceniza en la vía pública. A su vez, limitó el tráfico de coches a una velocidad máxima de treinta kilómetros por hora.
También se pidió a los ciudadanos que entreguen los restos de ceniza volcánica recogida en sus propiedades en pequeños contenedores que se deben llevar a espacios habilitados para ello.