Patricia Bullrich está haciendo lo imposible por escapar del escándalo de la visita de los diputados de La Libertad Avanza a Alfredo Astiz & sus amigos, y a sus repercusiones judiciales. Luego de que el Servicio Penitenciario Federal -que depende de ella- fuera allanado, la ministra intentó negar haber tenido ningún rol en el ingreso irregular de los diputados al penal de Ezeiza. “Nunca en la vida hablé con (el diputado Beltrán) Benedit. Nunca hablé con nadie. Me enteré de la visita a la cárcel por los diarios. Me enteré por ustedes, los periodistas”, aseguró, en abierta contradicción con lo que dicen algunos de los visitantes a genocidas, que la involucran de lleno. La ministra no explicó por qué se violaron normas de seguridad del penal, por ejemplo, al dejarlos ingresar con los celulares. Todo es materia de investigación judicial.
Bullrich viene intentando eludir quedar involucrada en la causa judicial que instruye el juez Ernesto Kreplak y que investiga presuntas irregularidades en esas visitas. El SPF fue, al menos, errático en las respuestas a los pedidos de informes judiciales, por lo que hubo un allanamiento en Ezeiza para hacerse con la documentación que estaban reticentes en entregar.
Lo que Bullrich intenta es no quedar pegada a los chats entre los diputados visitantes que la mencionan como una de las que había avalado el encuentro. Sostuvo que “nunca en la vida” había hablado con Benedit, el diputado que organizó la visita a la banda de criminales alojados en el Penal de Ezeiza.
Sin embargo, los testimonios de los involucrados dicen lo contrario. El nombre de Bullrich aparece en los chats mencionado por el sacerdote católico Javier Olivera Ravasi, hijo del represor condenado Jorge Olivera, le adjudica haber facilitado las condiciones de la visita a Ezeiza: “El Dip Beltrán Benedit habló con Patricia Bullrich para que quienes deseen sumarse, al día siguiente de nuestra reunión a visitar a los presos políticos que están detenidos en Campo de Mayo/Ezeiza/Marcos Paz. Se les facilite el ingreso sin inconvenientes”, dijo en la conversación privada
En un posteo anterior, el propio Benedit reconoció haber tenido “una muy buena charla con Fernando Martínes, el director del SPF", quien “nos facilitará el ingreso a los penales”. De esta forma, de ese diálogo se desprende que Bullrich lo habría derivado con la máxima autoridad del SFF.
En tanto, Lourdes Arrieta -la otra diputada que decidió desobedecer la orden de Martin Menem de no salir a hablar del tema- también menciona a la ministra en los chats: "El diputado Beltrán Benedit habló con Patricia Bullrich para que quienes deseen sumarse a visitar a los presos políticos que están detenidos en Campo de Mayo, Ezeiza y Marcos Paz se les facilite el ingreso sin inconvenientes”, dijo en un escrito casi calcando el chat del cura Ravasi.
Pero quien más la dejó expuesta a la ministra de Seguridad fue la diputada de LLA Rocío Bonacci, que fue parte de la comitiva que visitó a los genocidas. Bonacci dijo que el encuentro “lo craneó Beltrán, supongo que con ayuda de Guillermo (Montenegro) y, parece ser, a raíz de unos chats que salieron ayer, todavía no lo charlé con el bloque, que esto tenía un okey de Patricia Bullrich”, afirmó. Más claro, imposible.
“Nunca hablé con nadie”, intentó desmentirlos Bullrich, en una escueta e incómoda respuesta. Habrá que ver si le creen en Tribunales, donde ya examinan la información obtenida en contraposición a los informes que entregó voluntariamente el SPF, que están cargados de imprecisiones.