El médico infectólogo y exdirector del Hospital Rawson, Miguel Díaz, explicó por la 750 que la viruela del mono, una enfermedad proveniente de África y por la que la OMS declaró una emergencia sanitaria, es “prevenible” en el país y explicó cómo se debe actuar frente a los primeros casos.
Consulado por Víctor Hugo Morales, recordó que hace dos años ya hubo casos de viruela del mono. "Hubo un pequeño brote con casos ingresados desde el exterior. Prácticamente, no hubo registro de casos autóctonos. La mayoría se habían contagiado en el exterior”, sostuvo.
Este tipo de eventos sanitarios, tal como ocurrió con el coronavirus, son “producto de la globalización y el cambio climático”, explicó Díaz, quien aclaró que esto sucede a pesar de que “muchos los cuestionan”, entre ellos, el propio presidente Javier Milei. “Estas enfermedades, que estaban en algunos lugares, hoy están en todo el mundo”, dijo.
“Cuando hubo el brote se desarrollaron todos los protocolos pertinentes. Se realizó un trabajo de capacitación, sobre todo en los lugares de entrada a la Argentina. Se hicieron medidas de controles y sensibilización para que las personas expuestas fueran asistidas rápidamente”, recordó sobre el 2022.
Por eso, explicó, ahora se debe tener en cuenta la historia reciente: “Desde el punto de vista sanitario, lo más importante son las medidas preventivas. Que las personas que puedan estar expuestas se hagan asistir por el sistema sanitario lo más rápido posible. Esta enfermedad es prevenible”.
¿Qué es la viruela del mono?
Es una enfermedad zoonótica muy poco frecuente cuyos síntomas son parecidos a los que se observaban en los pacientes de viruela, aunque menos graves. Los primeros casos humanos se identificaron en la República Democrática del Congo en 1970. El número de casos en países de África occidental y central aumentó durante la última década.
¿Cuáles son los síntomas de la viruela del mono?
Generalmente, las personas con esta enfermedad suelen presentar:
Fiebre baja.
Dolor de cabeza.
Dolor muscular.
Ganglios.
cansancio
- Erupción con ampollas. Principalmente en la cara, palmas y pies.
El período de incubación suele ser de 6 a 16 días, aunque puede variar entre 5 y 21. Unos días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla un exantema (una erupción en la piel rojiza), que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo.