Los gremios docentes y no docentes de las universidades nacionales confirmaron un nuevo paro que afectará a la Universidad de Buenos Aires (UBA). La medida de fuerza, resultado de un extenso conflicto salarial, comenzará el 20 de agosto y se extenderá por 48 horas. Además, se propuso una nueva Marcha Nacional Universitaria para la semana del 9 al 13 de septiembre, en respuesta al rechazo de un reciente ofrecimiento salarial por parte del Gobierno nacional.
En la última reunión paritaria realizada en el Palacio Sarmiento, el Ejecutivo propuso un aumento salarial del 3% para agosto y otro del 2% para septiembre. Esta oferta fue considerada insuficiente por los gremios, dado el impacto de la inflación acumulada y el deterioro de los salarios universitarios durante el año. Los representantes del Gobierno, encabezados por el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, y la subsecretaria de Desarrollo y Modernización del Empleo Público, María Rosana Reggi, se enfrentaron a la negativa rotunda de los sindicatos, quienes exigieron una recomposición más acorde con la realidad económica del país.
La posición gremial
Daniel Ricci, secretario general de la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN), expresó que "el Gobierno no ha dado respuesta a nuestros reclamos, a pesar de que hemos perdido más del 50% de nuestro salario debido a la inflación y los escasos aumentos". Ante este panorama, la FEDUN y otras organizaciones del Frente Sindical de Universidades Nacionales anunciaron un paro de 48 horas para el 20 y 21 de agosto, seguido por una nueva Marcha Nacional Universitaria.
Emiliano Cagnacci, secretario general de la Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (ADUBA), destacó que "sin salarios dignos, no hay Universidad de calidad", vinculando la política salarial del Ministerio de Capital Humano con un modelo de país que, según él, pone en riesgo el futuro de la educación superior en Argentina.
Respuesta del gobierno y futuro del conflicto
Por su parte, el Ministerio de Capital Humano aseguró que, pese a las medidas gremiales, el segundo cuatrimestre se desarrollará normalmente, ya que los fondos para las universidades nacionales están garantizados. Además, se acordó la creación de una Comisión Técnica Tripartita para intentar acercar las posiciones entre las partes y continuar con las negociaciones.
No obstante, los gremios universitarios sostienen que la oferta del gobierno es una "provocación", dado que los aumentos propuestos están por debajo de las expectativas inflacionarias proyectadas. Según Federico Montero, secretario de Organización de CONADU, "el gobierno desvirtúa el ámbito paritario con decisiones unilaterales que consolidan salarios debajo de la línea de pobreza, echando leña al fuego del conflicto".
En este contexto, los sindicatos planean intensificar las medidas de fuerza si no se alcanzan soluciones satisfactorias, incluyendo una movilización nacional durante la segunda quincena de septiembre. El descontento generalizado entre los docentes y no docentes se refleja en la necesidad de convocar a los estudiantes para sumar fuerza a la lucha gremial, con el objetivo de defender tanto sus salarios como la calidad de la educación pública.