Crónicas de una santa errante - 6 puntos
(Argentina/Estados Unidos, 2023)
Dirección y guion: Tomás Gómez Bustillo.
Duración: 85 minutos.
Intérpretes: Mónica Villa, Horacio Aníbal Marassi, Pablo Moseinco, Iair Said, Dahyana Ruth Turkie.
Estreno en Cine Gaumont y Espacios INCAA de todo el país.
Quizás lo más extraño que ocurre en Crónicas de una santa errante sea la ubicación temporal de los títulos de cierre, que aparecen en el momento menos imaginado. Aunque hay que decir también que la ópera prima del argentino Tomás Gómez Bustillo posee otros elementos de extrañeza que compiten de igual a igual con esa juguetona extravagancia. Presentado en sociedad hace un año y medio en el festival South by Southwest, una de las venas más transitadas por el cine indie estadounidense, el film resultó ganador de un premio relevante en términos de distribución global, pero recién ahora llega a las pantallas locales.
Con un papel central de esa auténtica abeja obrera del cine argentino llamada Mónica Villa (la Susana de Esperando la carroza), Crónicas… se propone como una comedia absurda y sensible, un relato donde la fe religiosa y el misticismo se dan la mano con lo fantástico y ultraterreno, aunque aquí los misterios del alma humana poseen una inconfundible familiaridad con lo secular.
Villa es Rita López, habitante de un pueblito de provincia llamado… Santa Rita. Casada desde hace cuarenta años con Norberto (Horacio Marassi), un hombre amable pero algo intenso, cuyas prácticas nocturnas de la guitarra criolla no siempre son bienvenidas, Rita limpia diariamente los pisos y la sillería de la pequeña iglesia del pueblo, acompañando regularmente los rezos de un trío de señoras de religiosidad inobjetable. Un día la mujer descubre la estatua de una santa envuelta y abandonada en un desván, punto de partida de una falsificación que, tal vez, logre convocar a las masas, siempre sedientas de un buen y ostentoso milagro. Por ese camino transita el guion de Gómez Bustillo, con un ritmo calmo, como de siesta, que imita los ritmos de un paraje que parece habitado por pocas personas (el cura sólo se aparece de tanto en tanto, ya que anda de rotación en iglesias de pueblos vecinos).
Pero cuando la película parece cómodamente afincada en sus trazos de costumbrismo se produce el inesperado giro que todo lo cambia. Y los títulos de cierre, que no marcan clausura alguna sino un verdadero comienzo. A partir de ese momento Crónicas de una santa errante se transforma en algo distinto. Una historia de fantasmas, como afirma el realizador en el texto escrito para la gacetilla de prensa: “Fantasmas y voyeurs, perdidos entre la oscuridad y la luz, entre la risa y el llanto, buscando contestar esa pregunta que quizás jamás tenga una respuesta”.
Con elementos que remiten a otros films recientes –y algún que otro clásico de Hollywood–, el de Gómez Bustillo es una bienvenida incursión en la comedia fantástica criolla, con sus santitos y almas que no andan vagando en pena sino todo lo contrario. Comedia melancólica, además, que puede condensarse en un comentario aparentemente banal de Norberto (“Parece que están bailando”), al observar un par de pantalones colgados al sol para secarse. A fin de cuentas, la posibilidad de la trascendencia está ahí a mano, oculta entre los pliegues de la realidad más concreta.