El Acompañamiento, la obra de Carlos Gorostiza, tuvo muchas puestas en escena y también una película, pero ninguna interpretada íntegramente por mujeres. Una decisión perspicaz por parte de las actrices Raquel Monti y Alejandra Rubino, quienes a partir de la dirección de Victoria Hassan presentan El Acompañamiento, los sábados de agosto a las 21 en Sala Tándava (9 de julio 754). “El interés surgió de Raquel y Alejandra, quienes se encontraron con este clásico y se dijeron ‘¿por qué no hacerlo nosotras?’. Me convocaron para que las dirija y el desafío me gustó”, comenta Victoria Hassan a Rosario/12.
“Se trata de un clásico, es una obra muy conocida, y para nosotras implica el compromiso de poder brindar al público un producto de muy buena calidad pero, sobre todo, desde una versión actualizada, para que quien haya visto la obra, pueda apreciar algo diferente. Obviamente, lo hacemos respetando al texto, pero con una pequeña adaptación que, desde mi punto de vista, decidí realizar en el final, para de alguna manera poner un broche de oro a esta pieza maravillosa”, continúa Hassan.
-¿Hubo otras cuestiones en las que decidiste intervenir?
-Cuando dirijo, exprimo palabra por palabra y sentimiento por sentimiento. Además, se trata de un clásico, del que vi muchas de las interpretaciones, con grandes actores como “El Puma” Goity o Luis Brandoni. Desde mi mirada, me atreví humildemente a cambiar el final porque considero que daba para una vueltita más de tuerca, y así explotar la riqueza que tiene esta obra. Otra cuestión, es que se trata de una obra un poquito corta, más o menos dura 35 o 45 minutos, así que la alargamos. Fue escrita en la década del ’70, desde un punto de vista no te diría político, pero sí con un sentido determinado, en donde se habla de la libertad, de lo que se puede y no se puede hacer. En este caso, la llevamos a un punto de vista más profundo y actual, con la decisión de tocar otras fibras, como la de adultos mayores que están al borde del retiro y cerca de jubilarse, que quieren cumplir un sueño y no los dejan; trata también sobre el estado mental pero con mucha sutileza, a partir de la locura linda del personaje de Beba (Monti), a quien “La Tere” (Rubino) trata de rescatar de ese sueño que tiene de cantar.
-El aspecto sustancial es emotivo, ¿no?
-En un principio, coincidimos en ser neutrales ante ciertas cosas, para ofrecer un espectáculo que llegara más que nada al lugar emocional, nos volcamos allí, a un punto de vista humano, y podría decirte que universal. Desde ahí abordamos la situación de esta persona que vive aislada de su familia, que se enclaustró en una habitación esperando a que le llegue el acompañamiento de guitarra que alguien le dijo le iba a mandar, para que pueda presentarse en la tele. Esa persona sueña con ese acompañamiento y tiene ciertos conflictos emocionales, como no querer comer o no tener trato con la familia. La amiga busca la manera de sacarla de esa situación. Es algo que abordamos desde el punto de vista de lo que está pasando hoy con mucha gente adulta, que se encuentra sola o que está sola aun estando con su familia; hay mucho para explorar. Es una obra muy linda, pero ya vista por mucho público, así que ahí estaba nuestro compromiso, para modificar un poquito pero sin intervenir demasiado el guion.
-¿El estreno del sábado pasado las dejó conformes?
-Hemos tenido muchas devoluciones por parte de gente emocionada, y es también una obra entretenida y llevadera, con algunos momentos de comedia. Como suele pasar cuando se logra llegar a tocar la sensibilidad del público, muchos nos contaron sobre la sensación que sintieron, porque tenían o conocían a alguien de su familia que era parecido a estos personajes; por eso, quienes vayan a verla, que no piensen que van a ver algo que ya vieron, más allá del enfoque diferente que supone ser una obra interpretada por primera vez por mujeres.