Miguel Bru tenía 23 años y estudiaba periodismo en la Universidad Nacional de La Plata. Vivía rodeado de amigo, defendía sus ideales, y amaba la música y los animales. El 17 de agosto de 1993 fue secuestrado, torturado, asesinado y desaparecido en la Comisaría Novena de La Plata, en calle 5 y 59. Este sábado, a 31 años del hecho, la Asociación Miguel Bru y su familia convocan a una nueva vigilia frente a la dependencia policial platense.
Alberto Mendoza fue amigo de Miguel. Lo conoció cuando llegó a la escuela de periodismo. Cuenta a BuenosAires/12 que junto a él y la reducida matrícula que estudiaba periodismo, formaron "una gran familia", movilizada por la militancia, los torneos de fútbol y las peñas.
Mendoza dice a este diario que el dolor de su desaparición "fue un dolor compartido y colectivo", que los constituyó "como una comisión de familiares, amigos y compañeros de Miguel, que inmediatamente nos organizamos, empezamos con su búsqueda y con el pedido de justicia que se mantiene hasta la actualidad".
"Queremos demostrar que la organización y la lucha por la justicia sirven y no es en vano, que cuando es de manera colectiva se hace mucho más llevadera y los resultados generalmente también son positivos", sostiene.
Asegura que, después de 31 años, continúan visualizando su caso "para que no vuelvan a pasar", pero sobre todo para "generar cierta conciencia dentro la sociedad civil y las fuerzas de seguridad". Cuenta que el objetivo de la Asociación Miguel Bru es "transmitir y compartir la experiencia de recorrer los tribunales y el Poder Judicial, que la mayoría de las veces es muy ingrato, muy expulsivo y muy clasista", según Mendoza.
Es por que eso que "¿Dónde está Miguel?" es una pregunta que hasta el día de hoy se ve pintada en las paredes de la capital bonaerense y dentro de la propia facultad de Periodismo y Comunicación Social. Esa misma pregunta se convirtió en bandera y es la que convoca, desde hace 31 años, a la familia de Miguel, a los integrantes de la Asociación, y a cientos de vecinos platenses que reclaman justicia por el joven desaparecido en democracia.
Este sábado la vigilia será desde las siete de la tarde hasta las dos de la mañana, y el horario tiene un motivo específico. Fue entre esas horas que, hace 31 años, la Policía Bonaerense lo ingresó a la Comisaría Novena, lo torturó, y lo sacó muerto para luego desaparecerlo. Hasta la actualidad, se desconoce el paradero de su cuerpo, pero su madre, Rosa, y toda su familia, continúan exigiendo saber qué pasó aquella noche de agosto.
Desde la organización remarcan que la vigilia, además de un homenaje, es "una reafirmación de la lucha" que sostienen desde 1999, luego del juicio a los policías Justo José López y Walter Abrigo a prisión perpetua, acusados de privación ilegal de la libertad y tortura seguida de muerte. Fue el primer juicio por un desaparecido en democracia y obtuvo sentencia firme en 2003 por la Suprema Corte Bonaerense. Más allá de esa sentencia, la Justicia no obtuvo ningún dato para encontrar el cuerpo de Miguel, a pesar de que a lo largo de los últimos 31 años ya se realizaron más de 40 rastrillajes de búsqueda.
Walter Abrigo falleció en prisión, pero la familia y la Asociación Miguel Bru continúan buscando la verdad y piden que Justo López, los demás policías implicados o cualquier persona que sepa algo, cooperen para poder encontrarlo y "cerrar una herida que sigue doliendo como el primer día".
"A nosotros nos llevó seis años llegar a un juicio oral y público, en el cual se condenó a miembros de la Fuerza de Seguridad", resalta Mendoza. Fue el primer caso en el cual se condenó a prisión perpetua por tortura seguida de muerte sin que estuviera el cuerpo del delito, un hecho que sentó jurisprudencia en la Justicia de la Provincia, pero también a nivel nacional.