Imane Khelif, la boxeadora argelina y campeona olímpica en los Juegos de París 2024, inició una demanda contra el empresario Elon Musk y la escritora J.K. Rowling por ciberacoso. La acción legal se presentó en la Fiscalía de París, luego de que ambos personajes cuestionaran públicamente su identidad de género a través de la red social X (anteriormente Twitter), provocando una ola de mensajes de odio en su contra.
Khelif, quien obtuvo la medalla de oro en la categoría de peso wélter, fue víctima de una intensa campaña de acoso en línea, originada tras su victoria en París. La escritora J.K. Rowling publicó una imagen de Khelif durante su combate con la boxeadora italiana Angela Carini, acusándola de ser un hombre que disfrutaba de la angustia de su oponente. Esta declaración, difundida a los millones de seguidores de Rowling, exacerbó los ataques contra la boxeadora.
En otro posteo, la creadora de Harry Potter culpó a la Jefa de la Unidad de Deporte Seguro de los Juegos Olímpicos de arrebatarle el sueño a un luchadora olímpica.
Por su parte, Elon Musk, propietario de X, compartió un post de la nadadora Riley Gaines, quien criticaba la participación de "hombres en deportes femeninos", a lo que Musk respondió con un contundente "Absolutamente". Este comentario, sumado a otros de figuras públicas como Donald Trump, intensificó la polémica y la discriminación hacia Khelif.
La demanda
El abogado de la atleta, Nabil Boudi, subrayó la seriedad de la situación, indicando que aunque la demanda se centra en las figuras públicas mencionadas, cualquier persona que haya participado en la campaña de acoso podría ser investigada. "Estamos ante un caso de ciberacoso masivo que ha afectado gravemente a mi cliente y a su entorno", declaró Boudi. Además, no descartó que la investigación se extienda a otros países, dado el alcance global de las publicaciones.
El acoso no es un fenómeno nuevo para Khelif. Desde su ascenso en el mundo del boxeo, enfrenta rumores y falsas acusaciones sobre su género. En 2023, fue descalificada del campeonato mundial en Nueva Delhi por presuntamente no cumplir con los criterios de elegibilidad femenina, decisión basada en pruebas hormonales y de ADN que nunca fueron publicadas. Estos antecedentes hicieron que Khelif se convierta en un símbolo de resistencia contra la discriminación en el deporte.
El entrenador de Khelif, Pedro Díaz, también expresó su indignación ante la situación. "El acoso que sufrió durante los Juegos Olímpicos fue devastador. Le pedí que evitara las redes sociales para que no perdiera el enfoque en su objetivo, y aún así, logró la victoria más gratificante de mi carrera como entrenador", afirmó Díaz.
La demanda de Khelif busca no solo justicia para ella, sino también sentar un precedente en la lucha contra el ciberacoso. En un mundo donde las redes sociales pueden amplificar el odio, este caso podría marcar un antes y un después en la protección de los atletas frente a la discriminación y el acoso en línea.
Con el respaldo de figuras internacionales y la firmeza de su equipo legal, Imane Khelif se mantiene firme en su lucha, no solo por limpiar su nombre, sino también por garantizar que ningún otro deportista tenga que enfrentar el tipo de odio y acoso que ella vivió.