Los republicanos anunciaron este viernes la apertura de una investigación parlamentaria sobre los vínculos del candidato demócrata a vicepresidente de Estados Unidos, Tim Walz, con China.

El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara Baja de Estados Unidos, el republicano James Comer, dijo que "los estadounidenses deberían estar profundamente preocupados de que el gobernador Walz, compañero de fórmula vicepresidencial de Kamala Harris, tenga una relación de larga data y cercana con China".

En 1989, Walz aceptó un trabajo de profesor de inglés durante un año en un instituto de China. El inicio de su trabajo coincidió con las protestas de la plaza de Tiananmén.

"El hecho de poder estar en una escuela secundaria china en ese momento crucial me parecía realmente esencial", confesó años más tarde ante un comité del Congreso estadounidense, donde actuó durante 12 años.

Luego, en los años 1990 y principios de los 2000, Walz y su mujer, Gwen, dirigieron viajes a China para presentar a sus estudiantes la historia y la cultura del gigante asiático. 

En total, el ahora gobernador de Minnesota ha viajado a China unas 30 veces, incluyendo su propia luna de miel. Esta relación con China ha sido objeto de atención de medios estadounidenses en los últimos días.

La investigación


En su anuncio de la apertura de la investigación, Comer informó que ha solicitado al FBI información, documentos y comunicaciones relacionados con las entidades y funcionarios del Partido Comunista de China con los que Walz ha interactuado y colaborado.

"El pueblo estadounidense merece comprender hasta qué punto llega la relación del gobernador Walz con China", agregó. Con este movimiento, los republicanos hacen evidente que tratarán de usar como arma electoral la relación de Walz con China. 

Sin embargo, el candidato demócrata a la vicepresidencia tiene un largo historial de críticas al autoritario liderazgo chino, informó la cadena CNN

Críticas de Walz al gobierno chino

Al regresar a Nebraska tras su primera estadía en  China declaró en 1990a un periódico local que sentía que el pueblo chino había sido maltratado por su gobierno durante años."Si tuvieran el liderazgo adecuado, no habría límites a lo que podrían conseguir. Son gente tan amable, generosa y capaz", dijo entonces al Star-Herald.

Durante su mandato en el Congreso, de 2007 a 2019, Walz apoyó a los activistas chinos encarcelados. Se reunió con el Dalai Lama, el líder espiritual tibetano en el exilio aborrecido por Beijing, y con Joshua Wong, el joven activista por la democracia de Hong Kong ahora encarcelado por su activismo contra el creciente control de Beijing.

"Cuanto más entiende China, más compasión siente por el pueblo chino y más crítico se muestra con los dirigentes que lo gobiernan", declaró a la CNN Shen Dingli, analista de política exterior en Shanghai.

"Comprende en cierta medida la cultura china y la respeta en el fondo, pero desde luego no acepta el (sistema) político de China", añadió Shen. "Beijing está probablemente más temeroso e incómodo con un extranjero que entiende China".

Walz formó parte de los primeros grupos de jóvenes estadounidenses que enseñaron en institutos de China en el marco de un programa de voluntariado de la Universidad de Harvard, justo una década después de que ambos países establecieran relaciones diplomáticas. Recién licenciado, pasó un año enseñando inglés e historia de Estados Unidos en el instituto nº 1 de Foshan, en la provincia meridional de Guangdong.

Allí se encontró con estudiantes aplicados y acogedores que le aplaudían cada vez que utilizaba correctamente una palabra china, y con amables desconocidos que se ofrecían a ayudarle cada vez que se detenía en la calle con cara de desconcierto, según declaró al Star-Herald en 1990.

"Me trataron excepcionalmente bien", declaró al periódico. "No había ningún sentimiento antiamericano. Para los chinos, lo americano es 'eso'. Muchos de los estudiantes quieren venir a estudiar a Estados Unidos".

Walz se aseguró de conmemorar siempre la represión de una forma personal: casándose el 4 de junio de 1994, quinto aniversario de la masacre de Tiananmén. "Quería tener una fecha que recordara siempre", declaró su esposa y compañera de instituto, Gwen, a un periódico local de Minnesota antes de su boda.