El Gobierno de Javier Milei depende más que nunca de las fuerzas del cielo. Desde este momento hasta un poco más allá de mediados de septiembre se juega una parte sustancial del acceso a las divisas para los próximos meses. El panorama será uno si llueve lo suficiente para habilitar una siembra importante, sobre todo de maíz, y otro muy distinto si finalmente reaparece La Niña, el fenómeno climático que trae sequías y disminuye la producción agrícola.

Las probabilidades de ocurrencia de La Niña entre agosto y octubre aumentaron y llegaron al 70 por ciento, de acuerdo al último reporte del instituto de estudios atmosféricos de Estados Unidos, publicado esta semana. Por su parte, la oficina meteorológica de Australia indicó que el fenómeno se produciría hacia finales de septiembre o comienzos de octubre. 

Respecto al impacto que tendría en Argentina, en principio se estima que será claramente más moderado que la sequía histórica que terminó de demoler al gobierno de Alberto Fernández. Sin embargo, los números están finos en el campo y una falta de lluvias que se prolongue o sea insuficiente en las próximas seis semanas puede disminuir los volúmenes de producción, al achicarse la siembra.

"Es un momento en el que nadie sabe a ciencia cierta qué puede pasar. Hay mucha incertidumbre. Para el productor agropecuario se puede armar la tormenta perfecta: sequía con La Niña, caída de los precios internacionales por la sobreoferta que generan otros países y encarecimiento de los costos de producción en dólares por el atraso cambiario", advierte el especialista Javier Preciado Patiño, ex funcionario del Ministerio de Agricultura en el gobierno anterior. 

De esos tres factores, dos ya están presentes e inciden en el humor de los productores rurales. Por eso es relevante lo que ocurra con la cuestión climática a corto plazo, ya que si la situación se complica con la llegada de La Niña, puede ser la gota que rebalse el vaso y empiecen a arreciar las protestas contra el gobierno de Milei.

Dólar libre

"La mayoría de los productores y las entidades del campo tienen un dilema porque están con el gobierno, lo quieren, dicen que lleva sus valores, pero entran en contradicción porque la política cambiaria es intervencionista y no les bajan las retenciones", explica el consultor.

"Una de las mayores quejas es contra la tablita del dólar. No les gusta nada esta suba pautada de 2 por ciento mensual. Quieren que el mercado se libere, que haya una unificación cambiaria y se termine con la intervención", apunta. 

El caldo se espesa en el campo porque los precios internacionales están al nivel que tenían antes de la pandemia, con retenciones a la soja que se mantienen y los costos de los insumos que se mueven al valor de los dólares financieros.

"La soja vale lo mismo hoy que en diciembre del año pasado y en el ínterin tuvimos una inflación acumulada de 87 puntos. El productor cobra los mismos pesos que antes, pero los costos de los insumos, el gasoil y el flete se dispararon y los márgenes están muy finos", señala Preciado Patiño.

Hasta ahora la entidad de la Mesa de Enlace que levantó un poco más la voz fue Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Reclamó al Gobierno a fines del mes pasado que "tome medidas con carácter perentorio y concrete la eliminación de las retenciones en el marco de un plan progresivo y cumplible".

"La carga impositiva excesiva y desmedida que representan las retenciones ahoga a nuestros productores, impidiendo su crecimiento y desarrollo", que quejó CRA, aunque por ahora el malestar de los ruralistas no pasó de ahí, a años luz del enfrentamiento abierto que asumieron cuando gobernó el peronismo.

Precios a la baja

El precio de la soja en términos reales llegó esta semana a su nivel más bajo en 18 años. El maíz también se encuentra con su valor más comprimido desde finales de 2020, cuando las medidas de restricción por la pandemia golpearon al comercio mundial y hundieron los precios de las materias primas.

"Está claro que la tendencia de precios para la nueva campaña es a la baja. Va a sobrar mucha soja y mucho maíz por el aumento de la producción en Estados Unidos y en especial en Brasil, que tiene una potencia infernal", indica Preciado Patiño. 

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos elevó el lunes pasado sus estimaciones de producción de maíz y soja respecto a las del mes anterior, e informó de sus expectativas de una fuerte oferta mundial de ambos cultivos.

"Con la baja de los precios internacionales y la revalorización del peso frente al dólar, el productor siente que se queda caro en dólares, que pierde competitividad exportadora", afirma el especialista. "Por lo menos quiere un dólar soja, que en su momento le sirvió, pero en realidad lo que espera del Gobierno es que levante el cepo y devalúe".

Luis Caputo les respondió este viernes que deberán seguir esperando. 

Sin embargo, si en las próximas semanas finalmente se presenta La Niña y complica las perspectivas de siembra, "seguramente veremos otra reacción de los productores, porque entienden que no les van a dar los números", concluye Preciado Patiño.