Este último Día de las infancias me encuentra en un momento de mucha sensibilidad y reflexión. No me sucede precisamente por haber estado tomando cursos sobre el arte de vivir, sino por los datos sobre pobreza infantil que esta semana circularon gracias a una encuesta publicada por Unicef: en Argentina más de un millón de niñxs se van a dormir sin cenar. La noticia caló hondo en mí y estoy segura de que en ustedes también. Quizás haya tocado alguna fibra de mi memoria emotiva. Cuando una vivió cosas fuertes en la infancia, queda marcada para toda la vida.

La información expone una realidad que duele. Como madre, pero sobre todo como cualquier persona sensible, no me es indiferente: me angustia y entristece. ¿Quién puede ser tan frío como para que una noticia así no le genere alguna emoción? Vivimos en un país donde los escándalos están a la orden del día y no dejan de sorprender. A cada hora surge un nuevo video o chat donde se exponen las peores miserias humanas del más alto poder político e institucional. No queda nada afuera: tenemos violencia de género, corrupción, tráfico de influencias, etc. Todo servido para hacer el show periodístico. Ojo, no digo que no sea grave: la violencia de género es uno de los problemas más complejos de nuestro país y mata a una mujer por día. Solo creo que existe un interés marcado en mostrar ciertos escándalos políticos, mientras que se dejan afuera otros temas importantes que deberían ocupar los titulares de todos los diarios. Se siguen viralizando videos de Tamara Petinatto, pero las fotos de los integrantes de LLA con genocidas, con sujetos que violaron y mataron a mujeres y hombres, que los desaparecieron y que se apropiaron de bebés no ocuparon la tapa de ningún diario. ¿No es tan repulsivo como las acciones de Alberto Fernández? ¿Cómo puede ser que resulten más escandalosas las infidelidades de un expresidente que los números de pobreza infantil?

Esta semana hice un comentario sobre las cifras de Unicef en mi programa Intrusos del espectáculo y automáticamente me volví tendencia en X. ¿Acaso creen que ocurrió por exponer el relieve que tiene esta información? Claro que no. Las agresiones, la descalificación y la transfobia no se hicieron esperar. Incluso dirigentes del gobierno actual salieron a cruzarme. ¡Qué intriga me genera este mundo de redes! Para esta generación de políticos es más importante responderle a una conductora de TV y que su horda de seguidores les den su aprobación conlikes y retuits que intentar resolver los problemas de la gente. Su interés parece ser solo el tribunero.

Mi comentario justamente va en consonancia con todo lo que estamos viviendo. No soy tan necia para culpar a nuestro actual presidente, Javier Milei, pero no nos olvidemos del escándalo del Ministerio de Capital Humano y la comida sin entregar. Conocidos los últimos datos, ¿esta noticia no les parece importante? ¿No es hora, como ciudadanes, de pedir explicaciones? ¿O vamos a dejar que nos pase lo mismo que nos sucedió con Alberto Fernández? Su pésimo gobierno ya pasó y deberá rendir cuentas en la justicia por las acusaciones recibidas. Hoy es cuando más debemos tomar conciencia de la responsabilidad que tienen nuestrxs dirigentes politicxs y gobernantes sobre sus actuaciones.

Empecemos a repetir hasta el cansancio también este tipo de noticias: en Argentina 7 de cada 10 menores son pobres, según la UCA. El 63% son pobres y el 16%, indigentes. Sabemos que los números son fríos, pero es necesario decirlos en voz alta para dimensionar esta tragedia y que se instale como una urgencia de una buena vez. En nuestro país hay 8 millones de pobres y 2 millones de menores indigentes. Un millón y medio de niños se saltean una comida. Esto es algo verdaderamente penoso: vivimos en un país que produce toneladas de alimentos. Dejemos de fingir demencia y exijamos medidas paliativas ahora, pero estructurales y sostenidas para el futuro. Reclamémosle a esta gestión, a la anterior y a la que venga después.

Es importante decir esto y recordarlo un día como el de las infancias. ¿Cómo podemos celebrar con estas noticias? ¿Quién puede salir a comprar juguetes sin pensar en que hay tantas criaturas con hambre? La fecha tiene que ser un día para reflexionar y es un trabajo para todxs: no nos podemos olvidar de este escenario que hoy está padeciendo la Argentina y en primer lugar, nuestras infancias. Una de las frases más usadas por lxs politicxs era “los niñxs son el futuro”. ¿Qué pasó? ¿Ya no lo son? Ni siquiera parecen ser el presente.

Feliz día de las infancias para todxs y ojala algún día la comida no sea un privilegio para pocos.