Que fue femicidio y no un "incendio", como sentenció la Justicia, es lo que para la familia de Vanesa Celma reconoció el Estado provincial mediante un acta compromiso de solución amistosa para compensar la pérdida que vivieron sus hijos en 2010. "Esto da cuenta de que Vanesa no murió por amor", dijo Eva Domínguez, cuñada de la víctima, para dar por tierra con una frase que le dijo la fiscal que tenía la causa por ese entonces. Además, como parte de la reparación, esperan la colocación de una señalética con el nombre de Vanesa, en el Centro de Justicia Penal.
Vanesa tenía 27 años cuando salió con graves quemaduras de la habitación donde discutía con quien fuera su pareja, Omar Díaz, en junio de 2010, y murió cinco meses después. 14 años atrás, tenía un nene de 5 años y estaba embarazada de la más pequeña, que llegó a nacer. La causa no tuvo perspectiva de género y terminó en el archivo. Para Eva, militante contra la violencia de género e integrante de la asociación Atravesados por el Femicidio, la lucha por justicia fue en las calles, con acompañamiento de organizaciones y del movimiento feminista. En ese sentido, recordó que para la familia fueron años muy duros: "Su mamá y su papá fallecieron en el camino de este proceso", recordó.
La Justicia caratuló el hecho como "incendio". Además, personal de la comisaría 12° perdió pruebas de valor para la causa. Pese al incansable pedido de que se investigue en relación a que "había sido víctima de violencia de género", la justicia decidió archivar el caso, años atrás. En aquel momento, se tomó la versión de la pareja: que la víctima se había provocado las quemaduras por su voluntad. "Se le creyó a él la palabra, como pasó también en el caso de la maestra Noe --víctima de intento de femicidio a quien Eva acompañó durante el juicio que semanas atrás terminó con condena para el acusado--, porque (el imputado) dijo que ella se intentó suicidar. Creo que hay que insistir con las capacitaciones al personal de instituciones, sensibilizar a la sociedad sobre los derechos de las mujeres", dijo Eva.
La familia no bajó los brazos y llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que admitió la denuncia que hicieron sobre las faltas del Estado en el caso, e instó a que se inicie el proceso de solución amistosa. En ese contexto llegó el reconocimiento de la provincia, que comenzó a avanzar el año pasado, con medidas de satisfacción, de no repetición y de rehabilitación, en el marco de un acta de salida amistosa. El objetivo de la familia fue darles respuestas a los hijos de Vanesa, quienes -también como logro del reclamo- fueron incorporados al régimen de reparación Rennya, para hijos de víctimas de femicidio.