La ONU denunció este lunes la violencia "inadmisible" que causó la muerte de 280 trabajadores humanitarios en 2023, un récord impulsado por la guerra en Gaza y que amenaza con ser superado en 2024. Los jefes de varias organizaciones humanitarias de Naciones Unidas advirtieron a la Asamblea General que, a pesar del creciente número de civiles y trabajadores humanitarios que mueren en zonas de conflicto, los responsables quedan impunes "con demasiada frecuencia".

"Inaceptable y sumamente peligrosa"

"La normalización de la violencia contra los trabajadores humanitarios y el hecho de que nadie pague por eso es inaceptable, inadmisible y sumamente peligrosa para las operaciones humanitarias en todo el mundo", denunció en un comunicado Joyce Msuya, jefa interina de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), con motivo del Día Mundial de la Ayuda Humanitaria. "Queridos dirigentes mundiales, ¿qué más se necesita para que hagan algo?", espetó Msuya.

En la red social X el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró que "en Gaza, en Sudán y en muchos otros lugares, los trabajadores humanitarios son atacados, asesinados, heridos y secuestrados", por lo que exigió "el fin de la impunidad para que los responsables rindan cuentas ante la justicia". Guterres insistió en que 2023 fue el año más mortífero para los trabajadores humanitarios y que "homenajearlos en el Día Mundial de la Ayuda Humanitaria no basta".

Gaza, Sudán del Sur y Sudán

Según la organización Aid Worker Security Database, el año pasado perdieron la vida 280 trabajadores en 33 países. Se trata de un 137 por ciento más que en 2022 (118 asesinados), señala la OCHA en un comunicado, que utiliza cifras de Aid Worker Security Database, una base de datos creada en 1997. Más de la mitad de estas muertes (163) se registraron en Gaza durante los tres primeros meses de la guerra entre Israel y Hamas, principalmente en los bombardeos aéreos.

Sudán del Sur, teatro de violencia intercomunitaria, y Sudán, escenario de una guerra cruenta entre dos generales rivales desde abril de 2023, son los otros dos conflictos más mortíferos para los trabajadores humanitarios con 34 y 25 muertos, respectivamente. Entre los 10 primeros también aparecen Israel y Siria (siete muertos cada uno) Etiopía y Ucrania (seis muertos cada uno), Somalia (cinco), República Democrática de Congo y Birmania (cuatro cada uno).

Si los 280 muertos en 2023 son de por sí una cifra "escandalosa", 2024 podría ser "mucho más mortífero", dice la ONU. Según Aid Worker Security Database, entre el 1 de enero y el 9 de agosto de 2024 murieron 176 trabajadores humanitarios (121 de ellos en los territorios palestinos ocupados), una cifra que ya supera a la mayoría de los años completos anteriores (el récord anterior se remonta a 2013, con 159 muertes).

Día Mundial de la Asistencia Humanitaria

En una carta abierta con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, autoridades como el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus o el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, advirtieron que las muertes impunes de civiles y trabajadores humanitarios son el nuevo "status quo".

"Las brutales hostilidades que estamos presenciando en múltiples conflictos en todo el mundo han sacado a la luz una terrible verdad: vivimos en una era de impunidad", señaló la misiva suscrita también por más de 400 ONGs como Cáritas o Médicos Sin Fronteras. Los firmantes advirtieron que, si no se pone remedio, los efectos inmediatos de esta impunidad no sólo se limitarán a las zonas de conflicto, sino que a menudo "se extenderán mucho más allá".

Ante esta situación instaron a los Estados miembros de la ONU a aprovechar su influencia para garantizar el respeto de las normas de la guerra y reducir al mínimo el sufrimiento humano. "Los ataques que matan o hieren a civiles, entre ellos al personal humanitario y médico, son terriblemente banales. Y pese a la condena generalizada, las violaciones graves de las reglas de la guerra son a menudo impunes", escribieron haciendo un llamado al que sumó la población en redes sociales bajo el hashtag #ActforHumanity.

Según los firmantes, la mayoría de las víctimas forman parte del equipo nacional de las organizaciones humanitarias, con el personal femenino enfrentándose a riesgos a menudo mayores por el mero hecho de ser mujeres. Advirtieron también que además de obstaculizar la ayuda humanitaria, estos ataques aumentan la inseguridad alimentaria, la desnutrición infantil, los desplazamientos involuntarios y la propagación de enfermedades infecciosas y otras amenazas para la población de las zonas en conflicto.

Por ese motivo pidieron a las partes combatientes en conflictos activos que garanticen la protección total de civiles y personal humanitario y les recordaron que todo ataque en el que éstos mueran o resulten heridos constituyen graves violaciones del derecho internacional humanitario. "La situación exige que adoptemos una postura unida para pedir la protección de nuestro personal, nuestros voluntarios y los civiles a los que servimos", concluyeron. 

La ONU celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria cada 19 de agosto, aniversario del atentado contra su sede en Bagdad en 2003. En ese atentado murieron 22 personas, entre ellas Sergio Vieira de Mello, representante especial de la ONU en Irak, y resultaron heridos otros 150 trabajadores humanitarios locales y extranjeros.