María Branyas, la persona más longeva del mundo hasta ahora, ha fallecido a la edad de 117 años, según ha podido confirmar Público. La catalana murió este lunes, pero la familia no quiso difundir la noticia para preservar una ceremonia íntima que se ha hecho este martes con la incineración de Branyas.

La catalana, que vivía en una residencia de Olot (Girona), nació el 4 de marzo de 1907 en San Francisco, California. Con 117 años y 138 días, Branyas se convirtió la octava persona más longeva de la historia, según la asociación Gerontology Research Group que nutre la lista de récords Guinness. De momento, la francesa Jeanne Calment encabeza el ranking mundial de persona que más ha vivido, ya que murió con 122 años y 164 días.

Branyas también se ha convertido en la tercera europea más anciana jamás documentada. Ahora, le tomará el testigo la japonesa Tomiko Itooka, que tiene 116 años y 89 días.

Nacida en 1907 en San Francisco

Hija de padres catalanes, Branyas nació en San Francisco pero se mudó a Catalunya cuando era muy pequeña. Tenía recuerdos que se remontan a la Primera Guerra Mundial y a la Guerra Civil española, según explicaba en 2019 en una entrevista a la Agencia Catalana de Noticias.

De hecho, el regreso a Catalunya de la familia, cuando ella tenía siete años, se produjo en 1914, en pleno estallido de la primera gran guerra del siglo XX. "Llegamos en barco. Debido a la guerra Alemania atacaba el norte y no podías atravesar los mares del nórdico, tuvimos que ir por las Azores y por Cuba", explicaba. A lo largo de su vida ha vivido en Barcelona y en diferentes localidades de Girona.

Maria Branyas se casó con el traumatólogo Joan Moret en 1931, con el que tuvo tres hijos, y tiene 11 nietos y 11 bisnietos. Había ejercido de enfermera y trabajó en la consulta de su marido hasta que él murió, en 1976.

El secreto de la longevidad

Maria Branyas también es la persona más anciana del mundo que ha superado la covid-19, con 113 años. Además, la catalana participó en una investigación liderada por el doctor Manel Esteller, que busca el secreto de la longevidad estudiando su ADN.

Entre los elementos que explican su longevidad, el investigador destaca que Maria Branyas "ha recibido un buen genoma, con variantes genéticas que le dan una ventaja evolutiva, como menos inflamación crónica y una buena reducción calórica", y la dieta, muy rica en yogures, por ejemplo, que explican la composición distinta de su microbioma.

También ha llevado una buena vida social, con un buen círculo familiar y de amistades, y aficiones como la música y la lectura, que han favorecido un envejecimiento saludable