Nació en Buenos Aires, pero escribía "desde" el interior. Vivió en Córdoba, se radicó en La Rioja, donde integró el Cuarteto de Cuerdas de la provincia, y, dictadura mediante, debió exiliarse en Madrid, donde murió en 1992. La editorial cordobesa Caballo Negro acaba de reeditar Mi música es para esta gente, primer volumen de los Cuentos Completos de Daniel Moyano. Reúne los relatos incluidos originalmente en Artistas de variedades (1960), La lombriz (1964), El fuego interrumpido (1967) y Mi música es para esta gente (1970).
El escritor, que fue también músico, periodista y fotógrafo, forjó en estas primeras publicaciones un lenguaje propio y reconocible. El autor paraguayo Augusto Roa Bastos lo definió como "realismo profundo" en el prólogo a La lombriz, aunque ese realismo iría cediendo paso, con los años, a registros más simbólicos, llevando al límite poético las posibilidades narrativas.
También, como apunta Marcelo Casarín en el prólogo de Mi música..., "las pequeñas historias familiares ceden en buena medida un lugar preponderante a un sujeto colectivo: los habitantes de pueblos o diminutas ciudades y un novedoso giro estético que propicia la mezcla, la contaminación, de lo cotidiano -un cierto realismo de la vida diaria- con lo fantástico".
Juan Gelman fue uno de los grandes admiradores de Moyano. Escribió así sobre el autor de Tres golpes de timbal y El vuelo del tigre, entre otros títulos: “De Daniel se ha dicho que es un escritor regionalista y es verdad, sólo que su región es el mundo, un mundo visual, táctil y auditivo de riqueza interminable. Se ha dicho que practica el realismo mágico y es verdad, sólo que su magia nace de que narra, más que los actos, las consecuencias de los actos y su invención compone territorios de sueño, delirio y deseo que crean una realidad más completa y absoluta que la que respira a nuestro alcance.”