El 14 de junio pasado, el regreso de los astronautas Barry "Butch" Wilmore y Sunita "Suni" Williams desde la Estación Espacial Internacional (ISS son las siglas en inglés) parecía ser una tarea sencilla. Sin embargo, lo que comenzó como una misión rutinaria para la NASA, se convirtió en una odisea. Los dos tripulantes de la nave Starliner de Boeing, atrapados en el espacio, cumplen ya 76 días en órbita, más del doble del tiempo planeado inicialmente.
El problema surgió cuando fallas técnicas en los propulsores y fugas de helio en la nave retrasaron el regreso, dejando a Wilmore y Williams sin una fecha de retorno definida. Aunque la NASA y Boeing indicaron que continúan trabajando en solucionar las fallas, la posibilidad de que los astronautas permanezcan en la Estación hasta febrero de 2025 es cada vez más real.
¿Cómo será el "operativo regreso" de los astronautas?
Ante esta situación, la NASA empezó a considerar alternativas. Una de las opciones más viables es traer a los astronautas de vuelta en una cápsula Dragon de SpaceX, en lugar de la dañada Starliner. Durante una teleconferencia, Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, afirmó: "Estamos evaluando todas las opciones disponibles para asegurar el retorno seguro de Butch y Suni. Tomaremos la decisión correcta en el momento adecuado".
Este plan implica ciertos desafíos logísticos. La misión Crew 9 de SpaceX, que está programada para despegar el 24 de septiembre, podría llevar a solo dos tripulantes en lugar de cuatro, reservando así espacio para Wilmore y Williams en su regreso a la Tierra. Sin embargo, esta solución también significa que los astronautas tendrían que permanecer en el laboratorio orbital por otros seis meses, sumando un total de casi un año en la Estación.
Dana Weigel, subdirectora del Programa de la Estación Espacial Internacional de la NASA, explicó que actualmente se está desarrollando un "plan de contingencia", aunque no se tomó una decisión final sobre las fechas y el método de regreso. "Estamos trabajando en estrecha colaboración con SpaceX y Boeing para determinar la mejor estrategia. Lo más importante es la seguridad de nuestra tripulación", subrayó.
Mientras tanto, en el Centro Espacial Kennedy y en White Sands, Nuevo México, los ingenieros continúan realizando pruebas exhaustivas en los 27 propulsores de la Starliner, buscando identificar la causa raíz de los problemas técnicos que complicaron la vuelta de los astronautas.
La situación actual no solo pone a prueba las capacidades técnicas de Boeing y SpaceX, sino que también pone de relieve la falta de planificación ante la posibilidad de desperfectos.