A un año de haber derrotado a Macarena Posse en las PASO y a apenas ocho meses de asumir, el intendente de San Isidro acumula varios frentes abiertos: un prolongado conflicto con los trabajadores municipales y quejas generalizadas de los vecinos, con foco en la seguridad. El possismo se prepara para competir.
El caso de Ramón Lanús en San Isidro, al menos por ahora, parece desmentir un viejo lugar común de la política según el cuál "los distritos con plata se gobiernan solos". Lanús era hombre de Rodríguez Larreta, pero saltó al bullrichismo para enfrentar a los Posse, la familia que más años llevaba al frente de un municipio en el país, y ahora es cercano a Milei.
La gestión de Lanús arrastra un prolongado conflicto con los trabajadores municipales, que ganan comparativamente mucho menos que en el vecino partido de Vicente Lopez. "Desde diciembre, Lanús aumentó el ABL casi 200 por ciento, pero los sueldos apenas subieron 55 puntos. De los 7 mil trabajadores, más de la mitad percibe el básico pelado, que apenas llega a 400 mil", informan fuentes sindicales. Al menos uno de esos aumentos, el de junio, fue aplicado sin el respaldo del decreto correspondiente, lo que le valió al intendente una denuncia del possismo por abuso de autoridad.
En este punto, la comparación con el distrito vecino, que tiene una composición socioeconómica similar, deja a Lanús muy mal parado. A modo de ejemplo, un empleado sanisidrense que en diciembre ganaba 300 mil pesos, pagaba 10 mil pesos de ABL. Hoy ese mismo empleado gana 465 mil pero paga el triple de ABL. Buena parte de la diferencia entre recaudación y salarios la explica el gasto en la planta política: los directores y secretarios que nombraron ganan entre 4 y 5 millones de pesos mensuales.
Un agente de la denominada "policía municipal", que realiza tareas de prevención en la vía pública, gana 700 mil en San Isidro, frente al millón que cobran, por idéntica tarea, al sur de la avenida Paraná. La seguridad es una de las principales quejas de los vecinos.
Frente a este panorama, el possismo, que en el verano había bajado la orden de "desensillar hasta que aclare", se planta abiertamente como oposición. Uno de sus últimos movimientos fue el de fustigar al intendente por la falta de controles y de reacción ante el descubirimiento del tunel en el centro de la localidad, con el que ladrones pensaban ingresar al Banco Macro.
Dos semanas atrás un pequeño episodio expuso la diferencia de estilos de uno y otro. Fue la cena anual del Rotary Club local dónde ambos, el intendente y su antecesor, estaban invitados. Posse se demoró media hora, saludando mesa por mesa, repartiendo besos y abrazos, desde la entrada hasta llegar a su sitio. Lanús faltó a la cita.
El concejal possista Walter Pérez, consultado por Buenos Aires/12, diagnostica que "no esperaban ganar y se encontraron de golpe con la obligación de gestionar. Hay una mezcla de soberbia e ignorancia".
Entre las cosas que más lo preocupan, menciona "por lo menos 40 cargos políticos de gente que no es de San Isidro ni vive en el distrito. Cuando ocurrió la tormenta del 17 de diciembre se vio con claridad. No sabían qué pasaba porque no estaban".
Historia reciente
Aunque muchas veces en su extensa trayectoria política, Posse había amagado con saltar a un escenario más grande, fue finalmente en 2023 que decidió completar la fórmula encabezada por Diego Santilli como candidato a vicegobernador del larretismo y dejar la candidatura local en manos de su hija Macarena. El acuerdo entre Posse y Larreta empujó a Lanús a los brazos del bullrichismo.
La sociedad sanisidrense no convalidó la jugada familiar y definió, de esa manera, el fin de una dinastía ininterrumpida de 40 años.
Lanús había integrado la lista de concejales del oficialismo en 2015, cuando se integró Cambiemos, en representación de la minoría, tras acompañar en su intento al ahora intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro. Pero, antes de asumir en su banca, fue convocado por el ejecutivo nacional para conducir la Agencia de Administración de Bienes del Estados o (AABE).
Durante su gestión se produjo el escándaloso traspaso a la ciudad, por parte del entonces presidente Mauricio Macri, de más de 100 inmuebles por alrededor de 16 mil millones de pesos, en el tramo final de su gobierno. De esa etapa, le quedan una decena de causas penales.
Apenas asumió, Lanús hizo un acuerdo con Posse, que le permitió al histórico intendente conservar parte de su estructura política dentro del municipio, pero la paz duró poco y hubo denuncias de sobreprecios contra los funcionarios salientes. Si la falta de gestión es el temprano talón de Aquiles de Lanús, la preocupación de Posse son los ex possistas que migraron a las filas de su rival, que por los lugares que ocuparon durante años, manejan información relevante.
Aún cuando no lo acompañan los votos, como ocurrió el año pasado, Posse juega en varias ligas en simultáneo. La abogada de la ex primera dama, Fabiola Yañez, en Mariana Gallego, casada con otro abogado, Mauricio D'Alessandro, que fue candidato a intendente de San Martín por el possismo.
Encuestas
Según el ranking de intendentes del conurbano, que mes a mes elabora la empresa CB Consultores, del cordobés Cristian Buttié, Ramón Lanús, de San Isidro, sigue clavado en el fondo de la tabla. Desde hace varios meses consecutivos es el intendente de peor imagen de todo el conurbano y no logra levantar su performance.
El ranking de intendentes es una de las series de estudios que realiza CB Consultores, junto con el ranking de gobernadores, el de intendentes de capitales provinciales y principales ciudades del país y el de imagen del presidente Javier Milei por provincia y por municipio bonaerense.
Curiosamente, en esta útima edición, los datos de imagen de Milei en el conurbano no fueron publicados. La omisión coincide con dos focus de otras empresas del sector, hechos entre votantes jóvenes del oficialismo en el conurbano, que empiezan a mostrar el fin de la paciencia de los bonaerenses frente a un escenario de políticas de ajuste que llevan a que los vecinos a que cada vez les alcance menos el dinero para los gastos cotidianos.